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Cuando Central Norte y Gimnasia y Tiro visitaron el “templo”

Luis Marinoff, una vieja leyenda de Central Norte, revivió en El Tribuno sus dos experiencias en la Bombonera.
Lunes, 25 de mayo de 2020 02:30

Central Norte y Gimnasia y Tiro también dejaron una pequeña estela de historia con épicos enfrentamientos en la Bombonera, “batallas” que son mucho más recordadas en Salta por los fanáticos cuervos y albos, pero que también forman parte del riquísimo historial del mítico escenario del fútbol argentino que cumple 80 años de vida.

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Central Norte y Gimnasia y Tiro también dejaron una pequeña estela de historia con épicos enfrentamientos en la Bombonera, “batallas” que son mucho más recordadas en Salta por los fanáticos cuervos y albos, pero que también forman parte del riquísimo historial del mítico escenario del fútbol argentino que cumple 80 años de vida.

Quien llegaba a aquel “templo” denominado Camilo Cicchero en un principio, y Alberto J. Armando después, cumplían un sueño para miles de futbolistas, profesionales, amateur y aficionados, inalcanzable. Y más si se trataba de equipos de nuestro interior profundo, que durante años forjaron aquel anhelo gastando luchados torneos del interior en escenarios complicados. Llegar a la Primera División, en la época donde el fútbol argentino era más “federal”, en los años 70 y 80, e incluso en estos tiempos, y más aún visitar la Bombonera, era y es para cada representante de nuestro postergado y oprimido interior, una realización, personal y colectiva. Y para muchos, hubo un antes y un después tras pisar ese mítico césped de Brandsen 805, en la Capital Federal.

Central Norte, que en los tiempos dulces para el federalismo del fútbol enfrentó 8 veces a Boca (seis de ellas en forma oficial y dos de manera amistosa, en nuestra provincia, en 1970 y 1971), sufrió siete derrotas y alcanzó una victoria épica, en cancha de Gimnasia y Tiro, en 1982, en pleno litigio de la Guerra de Malvinas.

Pero en lo que a la Bombonera se refiere, el cuervo la pisó 3 veces: derrota 3-0 en el Nacional de 1974; caída por 2 a 0 en el Nacional de 1977, y derrota por idéntico marcador el 28 de febrero de 1982, fecha que quedará registrada como la última vez que Central Norte visitó el estadio de La Boca.

Aquella tarde, por la tercera fecha de la Zona C del Nacional de 1982, con el arbitraje de Carlos Espósito, el xeneize derrotaba al azabache salteño con un doblete del inspirado Ricardo Gareca -ambos goles de cabeza-.

El salteño Luis Marinoff fue testigo presencial de las dos últimas visitas a la Bombonera, en 1977 y en 1982, y lo recordó con nostalgia en diálogo con El Tribuno: “Yo soy hincha de Boca, y para mí fue muy especial. Cuando fui a Buenos Aires por primera vez en el Nacional de 1977 jugamos el 11 de enero, un día antes de mi cumpleaños, y para mí fue inolvidable. Y en el año 82 enfrentamos a la base del Boca campeón del 81, sin Maradona: Gatti en el arco, Mouzo, Brindisi, Gareca. Un equipazo, nos llevaban años luz. Todo ser humano al que le gusta el fútbol con fanatismo, anhela conocer la Bombonera. Es una locura estar ahí, no se puede hablar dentro de la cancha, es una caldera. Me tocó jugar en estadios grandes como el de Vélez, el mundialista de Mar del Plata, pero la cancha de Boca es única”, graficó Marinoff.

“En el 82 perdimos 2 a 0, luego les ganamos acá, les hicimos frente y no nos achicamos ante pedazo de equipo. El jugador salteño siempre se motivó y sacó un plus con los equipos de Buenos Aires, evocó con nostalgia una leyenda del cuervo.

También Gimnasia, que enfrentó 9 veces al xeneize en su historia (6 victorias de Boca, 2 empates y 1 triunfo albo -amistoso en el Martearena en 2014-), se dio el gusto de jugar 2 veces en la Bombonera luego de sus gestas gloriosas de sus ascensos a Primera: en el Apertura de 1993 (perdió 2 a 0 con goles del Manteca Martínez y Marcelo Tejera); y el 1 de junio de 1998, con la goleada de Boca por 4 a 0 con goles de Martín Palermo, Claudio Caniggia, Fernando Navas y Rodolfo Cardoso, encuentro que tuvo el arbitraje de Roberto Ruscio, que será recordado como la última vez que un equipo salteño pisó el templo de La Boca.
 

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