La solidaridad en estos tiempos de pandemia se hace presente en la provincia. Ciudadanos comunes eligen actuar ante las necesidades que el Estado no llega a cubrir. Adaptan sus actividades para ayudar a los demás. En estas últimas semanas han cobrado trascendencia aquellos que cuentan con una impresora 3D y las utilizan para fabricar elementos de protección vitales para el personal médico.
inicia sesión o regístrate.
La solidaridad en estos tiempos de pandemia se hace presente en la provincia. Ciudadanos comunes eligen actuar ante las necesidades que el Estado no llega a cubrir. Adaptan sus actividades para ayudar a los demás. En estas últimas semanas han cobrado trascendencia aquellos que cuentan con una impresora 3D y las utilizan para fabricar elementos de protección vitales para el personal médico.
En el país ya se registraron decenas de grupos o makers, como se los suele llamar, y Salta no se quedó atrás. Estos filántropos producen miles de máscaras protectoras hasta respiradores que luego son llevados a hospitales o destacamentos policiales.
En la provincia podemos encontrar a Esteban Corces, fundador de Corporis 3D, que desde sus inicios estuvo relacionado con la utilización de la impresión 3D con fines médicos. Su emprendimiento está dedicado al diseño y fabricación mediante tecnología 3D y desde hace años brinda sus servicios en el ámbito de la salud. Su campo de acción es la fabricación, puesta a punto y seguimiento de prótesis y órtesis 3D, en pacientes pediátricos que pasaron por un trauma o poseen alguna patología que requiere equipamiento recetado por el médico. Siempre trabajó en equipo junto a los profesionales de la salud como médicos, terapistas ocupacionales, psicólogos, fisiatras y kinesiólogos.
"La realidad me llevó a que pongamos todo nuestro conocimiento y equipamiento tecnológico al servicio de todos. Al momento estamos día y noche fabricando implementos de protección, viseras 3D, que están siendo donadas a establecimientos públicos, lo logramos mediante la ayuda de diferentes entidades y personas que nos facilitaron material y muchas otras personas que dedicaron el tiempo, su tiempo, para ayudar en esta causa", expresó Corces.
El profesional comentó a este medio que ya llevan entregadas 300 mascarillas y planean duplicar su producción. Una primera entrega se realizó en el hospital Papa Francisco y tiene entregas pendientes en el hospital Arturo Oñativia y en el San Bernardo.
"Es un laburo hacerlas bien, a mí me gustaría decir que entregué 1.500, pero no porque tengo que tomar más recaudos y eso lleva más tiempo. El objetivo es dar una mano, dada la situación de mi actividad no pude seguirla, así que decidí poner a disposición mi tiempo y mi equipamiento para dar una mano y ayudar en lo más se pueda", expresó.