La pelota vuelve a rodar en Italia, uno de los países más castigados por el coronavirus en el mundo, después de casi 100 días sin fútbol.
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La pelota vuelve a rodar en Italia, uno de los países más castigados por el coronavirus en el mundo, después de casi 100 días sin fútbol.
La Juventus recibe al Milan en un partido correspondiente a la semifinal de la Copa Italia que marcará el regreso del fútbol en el país europeo luego de más de tres meses de parate por la pandemia, y una semana antes de la esperada reanudación de la Serie A, que lidera precisamente el club turinés.
El encuentro se llevará a cabo a partir de las 16 (hora de Argentina) en el Juventus Stadium de Turín, donde el elenco local tendría entre los titulares a Paulo Dybala, recuperado de la enfermedad. Ambos equipos igualaron 1 a 1 en la ida disputada en Milán, por lo cual la serie quedó abierta.
En tanto, mañana a la misma hora se jugará la segunda semifinal de la Copa en el estadio San Paolo, donde el Nápoli buscará defender el valioso triunfo por 1 a 0 conseguido de visitante cuando se enfrente como local al Inter, que podría contar con Lautaro Martínez en el once inicial.
Los equipos que lleguen a la final se medirán el próximo miércoles 17 de junio en el estadio Olímpico de Roma y la Junta de la Liga de la Serie A dio a conocer que la Copa Italia tendrá algunos cambios en cuanto a la definición de los partidos, excepcionalmente.
“La junta de la Liga de la Serie A ha aceptado modificar, solo para la temporada 2019-2020, el reglamento de la Copa Italia y prevé que hasta el final del presente curso no se juegue la prórroga en las semifinales y en la final”, indicó la entidad a través de un comunicado.
Entonces, tanto en las semifinales como en la final no habrá tiempo suplementario en caso de que haya un empate en el marcador global, por lo que la definición se realizará directamente por penales.
Además, se informó que antes del inicio de los encuentros habrá un minuto de silencio y aplausos para recordar a las víctimas del coronavirus, que en Italia dejó más de 34 mil fallecidos, y a los médicos, que fueron fundamentales en la lucha contra este virus.