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Empezó a vender panes dulces con el IFE y ahora quiere comprar una amasadora

Iván espera la tercera cuota de la ayuda estatal para ampliar su emprendimiento.
Miércoles, 01 de julio de 2020 02:14

Cada día la jornada arranca a las 5 de la madrugada para Iván Apaza y su pareja. A esa hora empiezan a amasar 16 kilos de pan que luego cocerán y venderán por la tarde en la avenida Ex Combatientes de Malvinas, en el semáforo del cruce con la ruta 21 que va a San Agustín.

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Cada día la jornada arranca a las 5 de la madrugada para Iván Apaza y su pareja. A esa hora empiezan a amasar 16 kilos de pan que luego cocerán y venderán por la tarde en la avenida Ex Combatientes de Malvinas, en el semáforo del cruce con la ruta 21 que va a San Agustín.

La joven pareja inició este emprendimiento en el marco de la pandemia por la COVID-19, gracias al ingreso familiar de emergencia (IFE) que otorgó el Gobierno nacional.

Con la primera cuota compraron algunos ingredientes y empezaron a vender panes dulces; llegaban con lo justo a cubrir los gastos diarios y a comprar para hacer el pan nuevamente para el día siguiente.

Pero tenían claro que necesitaban invertir si querían sostener ese ingreso en el tiempo y, por eso, con la segunda cuota del IFE se stockearon de mercadería, de manera de tener garantizada la cadena de producción y poder ofrecer sus productos todos los días.

Antes de la pandemia y la consecuente cuarentena con aislamiento social obligatorio Iván se ganaba la vida como artista callejero y como vendedor ambulante y mantero en el centro de la ciudad. Pero el 20 de marzo ya no se pudo salir a la calle y su panorama y el de su familia cambió. El joven y su pareja tienen hijos a quienes tienen que seguir alimentando y vistiendo, haya virus o no.

Por eso esperaban con ansias la tercera cuota del IFE, habían proyectado comprar una amasadora para ampliar su producción, porque la demanda por sus productos supera la oferta que pueden producir manualmente.

Durante una charla con El Tribuno Iván recordó: "Con el IFE pudimos poner, junto con mi señora, este negocio para poder trabajar y salir adelante, porque ya no podía desempeñarme como ambulante en el centro de la ciudad".

"Cobramos dos cuotas (del IFE): con la primera compramos ingredientes y empezamos a hacer panes dulces y a vender en el día a día; con la segunda cuota pudimos comprar más mercadería", resaltó y enumeró: "Compramos harina, grasa y levadura".

El joven admitió que empezaron en este rubro "por necesidad, esto nos ayuda a llevar todos los días un plato de comida a nuestras casas para que coman nuestros hijos".

"Antes era artista callejero, actuaba como payaso en distintas funciones y vendía todo tipo de productos en el centro, como mantero", recuerda Iván, y luego repite una historia común a muchos otros pero que, lejos de ser una más, suma dramatismo a una situación que aqueja a muchos trabajadores informales e independientes: "Como no pudimos seguir durante la cuarentena nos quedó esta opción con la que ahora nos está yendo bien, porque todos los días vendemos".

El joven emprendedor ofrece bolsas de tres bollos por 50 pesos o de dos panes dulces con sabor a naranja o anís por el mismo monto. Vende unos 140 panes por día, que son entre 30 y 40 bolsas en total. Podría ampliar la producción y sus ventas, pero necesita una amasadora.

Hoy Iván tiene su clientela. Durante la charla con El Tribuno llegaron varias personas que lo saludaron por su nombre, él les alcanzó de memoria la bolsa con el pan de la preferencia de cada uno de ellos y luego continuó la charla con este diario. A esos clientes que ya se vuelven habituales se suman los que pasan por la zona y se tientan con un pancito casero para los mates cuando llegan a casa.

"Es un trabajo sacrificado, pero nos da de comer", destaca Iván, quien todos los días se para con su mesón con bolsas de panes dulces al costado de la avenida desde las 15.

"Esperamos que se concrete la tercera cuota del IFE", se ilusiona, pero reconoce que es una posibilidad remota y se lamenta: "Nosotros la esperábamos para comprar una amasadora, porque hacemos todo de manera artesanal, a mano, y no nos da la capacidad para ampliar la producción, aunque podríamos venderla de tener más. Son 16 kilos de pan que amasamos por día".

Para Iván es "muy injusto que se pague (el IFE) solamente en Buenos Aires y Chaco porque allá tienen más contagios, pero la realidad es que acá en Salta la situación económica también es difícil, aunque no hayamos tenido la cantidad de casos que otras provincias".

"No es que ahora se reactivó todo y yo puedo volver a mi actividad anterior, para nada", cerró.

 

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