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Acuerdo, deuda y COVID-19

Martes, 11 de agosto de 2020 00:00

Estamos ante una nueva rendición financiera.

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Estamos ante una nueva rendición financiera.

¿Qué pedía originalmente Argentina cuando presentó su primera oferta a fines de abril pasado y qué es lo que se terminó aceptando?

En toda renegociación de deuda, en caso de cesación de pagos como la Argentina, cuentan tres variables: primero, la quita que se pide como deudor para que baje el monto; segundo, el plazo, (un respiro para cumplir con las obligaciones; y tercero, la tasa de interés.

En materia de quita sobre el capital nominal, que es el valor sobre el que se pidió el préstamo original, el Gobierno declinó pedirles quita a los acreedores. La primera oferta se hizo pidiéndole solo un 5,4% del valor de los títulos. El Gobierno argentino presentó cuatro ofertas en estos meses, así que esta fue la quinta. En cada una fue declinando posiciones, mejorando la oferta, empeorando la posición argentina y mejorando la de los acreedores. En definitiva, declinó pedir el 5% y solamente tiene una quita del 1,9. Eso quiere decir que el que compró esos bonos a 30% va a cobrar 98%.

El plazo

Tanto el presidente Fernández como el ministro Guzmán reiteraron que Argentina no podía pagar ni capital ni intereses hasta noviembre del 2023. Eso fue rechazado de plano por los acreedores en las sucesivas ofertas. Ahora se acordó que Argentina empieza a pagar en enero de 2021. Ahora estamos en agosto, así que tenemos que empezar a pagar en condiciones cuyos detalles aún no se conocen, después de un año que va a terminar en condiciones económicas y fiscales muy malas.

Las medidas tomadas con la cuarentena implican un paro en la economía que ha provocado una recesión extraordinaria, con bajas de salarios reales por inflación y baja de salarios nominales gracias a que la CGT aceptó esas quitas. También bajas en las jubilaciones reales por inflación y nominales por la no aplicación de la movilidad jubilatoria.

El déficit fiscal se está disparando. ¿Y cómo se va a cubrir? Con más endeudamiento. Es paradójico que en plena negociación y en una situación terrible para la economía y para las finanzas públicas, el Gobierno cierre un acuerdo del que no hay la más mínima demostración de repago sino la idea de "patear para adelante" los compromisos.

No solamente tenemos que empezar a pagar antes, sino que están concentrando la mayoría de los vencimientos a menor plazo, de tal manera que en los plazos 2024-2025 y 2028/30 se concentran más de 14.500 millones de dólares de vencimientos de capital e intereses.

La tasa de interés

Argentina hoy está pagando una tasa de interés que, según el rendimiento, va entre el 7 y el 11% anual en dólares. Es la tasa de interés más alta del mundo. Ningún país paga tanto, como tampoco paga en el plano interno, con tasas del 30 al 40% y que durante el macrismo llegaron al 70%.

¿Qué tasa pactó Argentina?

Es una tasa de interés creciente que empieza con menos del 1%, pero que rápidamente va creciendo y se estabiliza en 5% de interés anual.

Hoy en día, las tasas internacionales están entre el 0 y el 1%. El Tesoro de los Estados Unidos, como referencia, coloca bonos a 30 años que rinden el 0,25% anual. La Unión Europea, que está tratando de salvar países endeudados como España o Italia les va a prestar como forma accesible tasas que a lo sumo llegarían al 1%. Y Argentina, que está en cesación de pagos, no puede abonar ni el capital ni puede arañar el pago de los intereses, porque se los están capitalizando; está aceptando con este acuerdo tasas del 5%, o sea 5 veces mayores que el mercado internacional.

Está negociando en el peor momento, porque es un momento de crisis.

Hay algo más grave: entre 40 y 50 países del mundo que están al borde del default porque esta crisis de la pandemia ha desequilibrado las finanzas públicas tanto de países en desarrollo como desarrollados. La Unión Europea y Estados Unidos están sufriendo las consecuencias de esta crisis.

El Premio Nobel Joseph Stiglitz, que es además el mentor del ministro Guzmán, ha planteado el caso Argentino como una experiencia piloto. Con lo que se arregle con Argentina va a ser tomado en cierta medida como patrón o punto de referencia para los acuerdos que lleguen otros países. Con lo cual estamos sentando un mal precedente, por el cual en lugar de ayudar a los países que estén en situación de crisis parecida de default los va a agravar.

Y ahora se abre el nuevo capítulo de quién le pone el cascabel al gato.

¿Cómo va a presentar los números el Gobierno?

Argentina empezó pidiendo en abril un valor presente de 39 dólares por cada 100 y los acreedores les pedían el 61. Ajustaron en 55. Esto quiere decir que los acreedores sacrificaron y Argentina aumentó 17 puntos el valor del dólar que les aceptó a los acreedores, que son lo fondos buitres que compraron títulos al 30%.

¿Cómo se paga esto?

El país está gastando más y recaudando menos. ¿De dónde va a sacar la plata? La respuesta está implícita en el acuerdo, porque la finalidad del acuerdo es doble.

La primera derivación es que el Gobierno acuerda con los acreedores la forma en la que va a pagar, pero concentrando los pagos en los próximos 10 años, arrancando fuerte en 2024, cuando el Gobierno actual ya no está.

Pero nada es gratis, porque por un lado logra cierto alivio, aunque empiece a pagar el año que viene. 

Pero con eso viene la segunda condición que es que al firmar un acuerdo con los acreedores el país queda habilitado formalmente para volver al mercado internacional de capitales a colocar más deuda. La finalidad del acuerdo es permitir el reingreso de Argentina al mercado internacional de capitales. Estamos festejando que vamos a poder volver a endeudarnos para poder pagar la deuda que convinimos pagar ahora.

Tasas inequitativas

¿Qué se entiende por sostenibilidad de la deuda? La primera interpretación que puede hacer cualquiera es que la deuda se pueda pagar. Pero lo que implica en la jerga financiera es que el deudor se compromete a pagar religiosamente intereses y cumplir las condiciones que imponen los acreedores, con ese compromiso en mano el deudor puede pedir más deuda, garantizando la sostenibilidad del pago de los intereses de la deuda para hacer la renovación del capital. 

Porque el capital nunca se cancela, es perpetuo. Esta encerrona, que es el ABC de la deuda, no solamente va a seguir existiendo, sino que, como paradoja, los gobiernos presentan sus claudicaciones como victorias. Ahora lo están felicitando al Gobierno. Pero queda la pregunta de quién y cómo se paga esto. Y la respuesta es con más ajuste fiscal. Es como dijo el economista Guillermo Calvo el año pasado: un gobierno populista puede llegar a hacer el ajuste de manera más fácil porque va a tener menos resistencia social.

 El Gobierno debió haber pedido el principio de igualdad financiera y renegociar la deuda a las tasas de interés internacionales. 

Así como hacen los países europeos, Argentina podría refinanciar a 30 años a una tasa del 1% que es lo que corresponde por justicia a nivel internacional. 

¿Por qué Argentina tiene que pagar tasa 5 veces más altas que el mercado internacional con las que va a tener una carga pública que le va a restringir su crecimiento? El Gobierno plantea que el acuerdo permitirá crecer, pero la deuda es el principal obstáculo del crecimiento.

 

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