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En un Milagro atípico, la procesión fue por dentro

 La plaza 9 de Julio estuvo vacía, en un día  que quedará para la historia. Los fieles a los patronos tutelares de Salta acataron la consigna de cuidarse ante la pandemia.
Miércoles, 16 de septiembre de 2020 02:42

Vallas, un puñado de periodistas, policías, algunos perros vagabundos, unas cuantas palomas y nada más. Esa fue la postal que ayer ofreció la plaza 9 de Julio durante la atípica celebración del Milagro. Los fieles a los patronos tutelares de Salta acataron la consigna de cuidarse ante la pandemia y no dieron prácticamente trabajo a los efectivos policiales que montaron un operativo para restringir el paso al centro capitalino.

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Vallas, un puñado de periodistas, policías, algunos perros vagabundos, unas cuantas palomas y nada más. Esa fue la postal que ayer ofreció la plaza 9 de Julio durante la atípica celebración del Milagro. Los fieles a los patronos tutelares de Salta acataron la consigna de cuidarse ante la pandemia y no dieron prácticamente trabajo a los efectivos policiales que montaron un operativo para restringir el paso al centro capitalino.

  Una de las familias que llegó hasta la plaza 9 de Julio luego del Pacto de Fidelidad, cuando liberaron la zona.


Sin dudas la decisión de no realizar la procesión y tampoco sacar a las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro al frente de la Catedral frenó a quienes pensaban ir hacia el templo a pesar de las prohibiciones que impone la enfermedad del coronavirus.
Las puertas del mayor templo religioso de Salta permanecieron cerradas durante toda la jornada, a excepción de los 30 minutos que fueron abiertas para la ceremonia del Pacto de Fidelidad que encabezó el arzobispo Mario Antonio Cargnello.

  Tras la celebración del Pacto de Fidelidad, algunas personas pudieron acercarse a calle España. 

En esa media hora, los pocos que estaban sobre la vereda de calle España de la plaza central pudieron ver solo la imagen del Señor del Milagro que fue llevada a la nave principal de la iglesia. 


Apenas terminada la homilía del monseñor, se empezaron a cerrar las puertas de la Catedral y comenzó el repiqueteo de las campanas, cuyos sonidos fueron acompañados por la sirena del diario El Tribuno. Mientras, desde los dos campanarios caían los pétalos rojos y blancos.

  Santino Orisberg es la primera vez que no asiste a la plaza para esta festividad religiosa.

Todo terminó 20 minutos después. Se apagaron las campanas, la plaza semidesértica y el silencio que fue interrumpido por un grito que salió desde adentro del templo: “Viva el Señor y la Virgen del Milagro!”, “Viva!”, respondieron.

Hubo caravana de fieles en el centro 

Una vez que terminó la atípica celebración del Milagro, un grupo de personas que se concentró en el centro realizó una pequeña caravana. 
Los fieles de la Virgen y el Señor del Milagro circularon en autos, con imágenes de los santos patronos. 
Por disposición del Comité Operativo de Emergencia (COE) se suspendieron las actividades religiosas por lo menos hasta el 20 de septiembre.
Este Milagro tuvo idas y vueltas, es que el Arzobispado salteño había informado que se iba a realizar una procesión alrededor de la plaza 9 de Julio, con autoridades, pero ante el rechazo del gobernador y la intendenta decidieron dar marcha atrás con los dispuesto.
 


 

 

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