Las paredes de la mitad de la vivienda de Claudia Barros de Trovato cedieron frente al desgaste de los materiales con las cuales fue construida, producto de un clima muy lluvioso. Unas grandes grietas, las cuales se hacían cada vez más visibles, daban aviso de que el derrumbe podía tener lugar en cualquier momento. Esta situación no pasaba desapercibida para doña Claudia Barros, pero debido a la importante erogación de dinero que se requería para poder evitar que las paredes se vinieran abajo, solo podía rogar para que este anticipado desastre, se dilatara hasta el momento en que se encontraran en una mejor situación económica.
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Las paredes de la mitad de la vivienda de Claudia Barros de Trovato cedieron frente al desgaste de los materiales con las cuales fue construida, producto de un clima muy lluvioso. Unas grandes grietas, las cuales se hacían cada vez más visibles, daban aviso de que el derrumbe podía tener lugar en cualquier momento. Esta situación no pasaba desapercibida para doña Claudia Barros, pero debido a la importante erogación de dinero que se requería para poder evitar que las paredes se vinieran abajo, solo podía rogar para que este anticipado desastre, se dilatara hasta el momento en que se encontraran en una mejor situación económica.
El clima que presentó el mes de marzo fue muy lluvioso, lo que favoreció el desgaste de las debilitadas paredes construidas con adobes de barro. La noche del derrumbe, doña Claudia junto a su hija se encontraban realizando unas manualidades, en la única habitación construida de ladrillos en la parte posterior de la casa.
Alrededor de las 20 las paredes más debilitadas se vinieron abajo. En el sector derrumbado no había nadie, de lo contrario podría haber tenido alguna consecuencia fatal. “Nosotros ya notábamos que la casa se estaba agrietando, por eso construimos una pieza en la parte de atrás, pero yo seguía durmiendo en la parte de adelante, justamente fue esa la habitación que se cayó”, dijo Barros.
Esa noche, la dueña de casa salió a la vereda y notó que el cielo estaba cargado de nubes, sufrió cada una de las lluvias caídas durante el lluvioso verano, porque la humedad iba debilitando poco a poco el material de barro con el que fueron construidas las paredes.
Se quedó entonces con su hija, que es maestra, realizando trabajos manuales en la pieza de ladrillos. “Sentimos como una explosión que nos asustó mucho, nunca pensé que se caería de esa manera, nosotros estábamos en la parte de atrás y mi nieta en clases de danza, en esta casa vivimos solamente las tres, cuando salimos de la pieza vimos que todos era un desastre, me hizo sentir muy mal”, expresó Claudia Barros.
La vivienda estaba construida parte con ladrillos y parte con adobes, de acuerdo a sus moradores tendría una antigüedad que podría superar los 200 años. Por tratarse de una casa con tanta antigüedad, en forma constante se solicitó a la familia Trovato que evitara modificarla porque representaba parte de la historia del municipio.
“Si queríamos mejorarla nos pedían que lo hagamos respetando su estilo colonial, pero eso es muy caro. En vida mi marido tuvo que realizar algunos cambios, por ejemplo hubo que cambiar las viejas y pesadas tejas por chapas, hubo que reforzar parte de las paredes con ladrillos, pero la mayor parte estaba como era originalmente”, relató la humilde mujer.
Si bien una pieza y la cocina quedaron en pie, sus estructuras están demasiado frágiles y es posible que deban tirarlas abajo porque resultaría muy peligroso habitar ese sector, “Lamentablemente no nos alcanza para construir una casa nueva en este terreno, es por esa razón que me veo en la obligación de pedir ayuda a la comunidad. Necesitamos de todo, desde cemento hasta ladrillos y chapas, si alguien nos quiere ayudar por favor que nos avisen, desde ya estamos sumamente agradecidas”, finalizó Claudia Barros.