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Rosa Torino se aprovechó de ser "guía espiritual" para abusar

Así lo indicó el Tribunal que lo condenó a 12 años de prisión efectiva por 3 denuncias de abuso. El cuerpo colegiado dio a conocer los fundamentos de la condena contra el religioso salteño. 
Lunes, 19 de julio de 2021 00:00
EL CURA CONDENADO AGUSTÍN ROSA TORINO. FOTO: JAN TOUZEAU

Hace una semana condenaron con 12 años de prisión efectiva al cura Agustín Rosa Torino, el Tribunal que lo juzgó dio a conocer los fundamentos de su condena. En un fallo de más de 170 páginas, los jueces destacaron la manipulación espiritual basada en su figura de sacerdote y "guía espiritual" para cometer los abusos sexuales. El inédito juicio a nivel nacional por abuso sexual contra el fundador de un instituto religioso tuvo nueve audiencias de debate en la sala de grandes juicios y contó con cerca de 50 testigos. El Tribunal estuvo compuesto por Maximiliano Troyano (presidente), Norma Vera y Roberto Lezcano (vocales).

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Hace una semana condenaron con 12 años de prisión efectiva al cura Agustín Rosa Torino, el Tribunal que lo juzgó dio a conocer los fundamentos de su condena. En un fallo de más de 170 páginas, los jueces destacaron la manipulación espiritual basada en su figura de sacerdote y "guía espiritual" para cometer los abusos sexuales. El inédito juicio a nivel nacional por abuso sexual contra el fundador de un instituto religioso tuvo nueve audiencias de debate en la sala de grandes juicios y contó con cerca de 50 testigos. El Tribunal estuvo compuesto por Maximiliano Troyano (presidente), Norma Vera y Roberto Lezcano (vocales).

En el caso de Yair, los jueces lo condenaron por abuso sexual gravemente ultrajante por la duración, agravada por ser el autor un ministro de culto reconocido. Los hechos denunciados por el hijo de artesanos cafayateños fueron para los magistrados una muestra de que el sacerdote se aprovechó de la "inexperiencia, la edad, la inocencia y el afecto que el menor le tenía" para efectuar los tocamientos "al menos diez veces". Al ingresar al instituto Yair tenía 14 años, por lo que el Tribunal interpretó que "no existía la posibilidad de contradecir los mandatos de "Dios', donde se les inculcaba a través de la excusa de la religión católica, la "culpa' de toda situación extraña que ellos podían estar viviendo".

Por las denuncias de Jonatan Alustiza, se lo condenó por abuso sexual simple agravado por ser ministro de culto reconocido. En el caso del joven bonaerense, se repasaron los tocamientos con la excusa de una "posible varicocele", a igual que en el hecho de Yair. Los jueces interpretaron estos abusos como una "situación degradante" para el denunciante, que afectó su "libertad sexual". En este caso, también destacaron "la investidura que revestía el imputado", para resaltar el aprovechamiento de esa condición.

Tanto Yair com Jonatan también denunciaron a otro sacerdote del instituto de Rosa Torino, el cura Nicolás Parma, por abusos que habrían sido cometidos en el sur y que serán juzgados allí en octubre. Si bien el Tribunal evitó remitirse al hecho que será juzgado por sus colegas en los próximos meses, si advirtieron que cuando Rosa Torino fue puesto en aviso, "pidió que por favor nunca nadie sepa lo que le pasó, que resguarde el nombre del instituto y que cuide el nombre del sacerdote, que simplemente era una debilidad, que perdone y que olvide todo".

Las denuncias hechas por la exmonja Valeria Zarsa, que también tuvo un juicio por denuncias sexuales en el que fue declarada inocente y que señala esa causa como "armada como represalia", también fue tenida en cuenta por el Tribunal. En su caso los operadores de la Justicia rechazaron el pedido de imprescriptibilidad solicitado por los defensores del sacerdote, los abogados Humberto Oliver y Fabio Miguel Núñez Najle. El Tribunal advirtió que los hechos juzgados fueron cometidos desde 1999 hasta el 2005 y calificó los diferentes "tocamientos libidinosos" y las bromas sexuales o reiteradas hacia el cuerpo de Zarsa, como una "humillación en orden a la integridad sexual de la víctima" y "atentados hacia su dignidad". También destacaron la relación de subordinación en este caso entre por la entonces monja y el sacerdote: "Siendo el acusado el fundador y director de la parroquia se esperaba que otra fuera su conducta", advirtieron.

El Tribunal juzgo como "atroces los abusos consumados" por Rosa Torino e indicó que se basó no solo en las testimoniales de las víctimas para la condena, sino también en testigos presenciales de los hechos, los que hacen surgir con "meridiana claridad" que el cura se valió de su "condición de fundador y director del Instituto de los Discípulos de Jesús de San Juan Bautista". Durante las testimoniales, dos sacerdotes y dos exmiembros del Instituto advirtieron también haber sufrido abusos por parte de Rosa Torino. Uno de los testimonios que el Tribunal resaltó fue el del sacerdote Juan Jotayán "quien en la audiencia de debate se mostró sincero, muy afectado, llegando a quebrarse en varias oportunidades de su relato".

Además de los testimonios, las pericias psicológicas y psiquiátricas del cura tampoco le fueron favorables. En cambio, sí avalaron a las víctimas, de quienes indicaron que no se observó signos de fabulación y tener "personalidades vulnerables". En este punto los jueces recordaron la pericia que ofreció la defensa a cargo de la psicóloga Herrando y pusieron bajo la lupa la técnica utilizada, "logoterapia" y aseguraron que su declaración "fue dubitativa, insegura, con poca solidez e insolvente al momento de responder las preguntas efectuadas". La logoterapia también fue indicada por la psicóloga de la congregación, Eleonora Naranjo, que en su declaración defendió al sacerdote. El Tribunal aseguró no tener en cuenta sus dichos ya que, según lo afirmado por Naranjo, "su tarea era velar por la comunidad".

 

Los jueces destacaron además las "huellas indelebles" que "estas conductas vejatorias", dejaron en la psiquis de las víctimas, y pusieron como ejemplo el testimonio de Zarsa, que indicó ser atea: "Es decir, una monja, una religiosa con votos y consagrada, tras sus experiencias de abusos provocados por el Sr. Rosa Torino, dice no creer en Dios, estimamos en ello una prueba de daño en el espíritu de aquella y su fe en Dios".

En los diferentes testimonios se escuchó repetir el miedo como un obstáculo para denunciar. El Tribunal aseguró que este miedo era "fundado", ya que las víctimas indicaron que "jamás podrían expresar tales situaciones, porque inmediatamente eran humillados en público o gritados o insultados". Deslizando de esta manera las responsabilidades secundarias que tuvieron quienes hicieron caso omiso de los hechos que se juzgaron.

Al declarar, Rosa Torino aseguró que todo era un complot para terminar con "la obra". Argumento que fue echado por tierra por el Tribunal que se preguntó: "Si esto fuera un complot organizado, ¿por qué razones, algunas de las personas que hicieron denuncias canónicas no efectuaron denuncias penales?". En el fuero canónico se presentaron entre 8 y 10 denuncias de abuso sexual y de autoridad contra Rosa Torino.

La iglesia supo de los abusos en 2015    

En el fallo se conoció el testimonio del obispo emérito de Quilmes, Luis Stockler, que gracias a normativas vigentes, pudo enviar su declaración escrita.

En el 2015 el religioso fue nombrado comisario pontificio, interventor del instituto fundado por el cura Rosa Torino hasta julio del 2016. “Una vez designado, tomé conocimiento de denuncias que habían sido elevadas directamente a la Santa Sede y que ameritaban realizar sucesivas investigaciones previas”, indicó. En cuanto a qué tipo de denuncias se trataban, detalló que consistían en que Rosa Torino habría “realizado actos impúdicos, tales como tocamientos y supuestos exámenes corporales a aspirantes o miembros del instituto”. Además, nombró otras acusaciones que canónicamente podrían ser “abusos de autoridad o de conciencia”, y aseguró que se presentaron como denunciantes entre 8 y 10 personas.

Posterior a la intervención de Stockler, en el 2019 se cerró el instituto. En su declaración, Rosa Torino recordó que sigue siendo sacerdote y que aún puede oficiar misas. Stockler no explicó qué curso tuvieron las denuncias por abuso sexual ni por qué Rosa Torino continúa siendo sacerdote, y derivó el foco a Roma: “Lo actuado se elevó de inmediato a la congregación para la Doctrina de la Fe, tal como lo disponen las normas vigentes. Ahí concluyó mi labor, desconociendo los sucesivos pasos procesales y actuaciones, ya que ello, conforme señalé, releva de la competencia de la Santa Sede, a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe”.

Fue una de las declaraciones que se presentaron en la causa contra el cura Rosa Torino. En cuanto a la declaración de las víctimas como prueba, el Tribunal reafirmó que, si los dichos cumplen ciertos requisitos, son una “prueba directa”, ya que, advirtieron, en estos delitos, “por las circunstancias en que se cometen, no suelen contar con la presencia de otros testigos”.

 


 

 

 

 

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