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La nobleza inca en el Perú de hoy

Jueves, 29 de julio de 2021 01:38

Los profesores de historia en Perú suelen hablar de la nobleza inca como de una elite que desapareció con la llegada de los colonizadores españoles. Pero los descendientes de las familias reales incas no solo siguieron existiendo, sino que mantuvieron ciertos privilegios durante el virreinato y desde 1980 fueron elegidos para cargos públicos.

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Los profesores de historia en Perú suelen hablar de la nobleza inca como de una elite que desapareció con la llegada de los colonizadores españoles. Pero los descendientes de las familias reales incas no solo siguieron existiendo, sino que mantuvieron ciertos privilegios durante el virreinato y desde 1980 fueron elegidos para cargos públicos.

El neerlandés Ronald Elward Haagsma llegó a Perú en 2009 con la intención de averiguar qué había pasado con los herederos de los gobernantes incas durante los últimos años de la colonia y las primeras décadas de la independencia. Como resultado de su investigación escribió el libro "Los incas republicanos", publicado en 2020.

Elward es ingeniero, pero en Perú es más conocido por este trabajo, para el que revisó más de 150.000 documentos y entrevistó a cerca de 35 familias que sobreviven cerca a Cusco, la antigua capital del Imperio Inca.

"A pesar de que Machu Picchu es una de las maravillas mundiales, no hay tanta información sobre los incas y sus descendientes, y lo que había terminaba con la Independencia, en 1821. Así que aquí pude usar mi experiencia para analizar fuentes en los archivos del Cusco, que contienen tesoros documentales desde el siglo XVI", dijo en una entrevista con BBC News Mundo. "La población indígena, en cierta medida, tenía más autonomía en la época colonial porque tenía sus propios líderes, que mantuvieron una identidad más independiente.

No hay que olvidar que en el siglo XVII se dio un renacimiento inca, donde surge la pintura cusqueña, se expande la platería, se desarrolla la arquitectura, se crean obras de teatro en quechua, se empieza a exportar arte y productos con identidad indígena a toda la región, y esto daba trabajo a mucha gente. En esa época Cusco llegó a ser la tercera ciudad del virreinato después de Lima y Quito. Pero tampoco debemos romantizar ese periodo, porque el abuso existía. Ahí tenemos la mita, que institucionalizó el trabajo forzado, y el pago del tributo obligatorio. En todo caso, con la Independencia pierden a sus líderes o representantes, los caciques, y se da inicio, entre otras consecuencias, a un periodo de despojo de tierras ancestrales, que pasan a manos de criollos y mestizos".

Tras la Independencia, relata el investigador, varios miembros de estas familias nobles indígenas apoyaron activamente la nueva República y durante los primeros años participaron de la política nacional. Fue quizás el único momento en el Perú cuando indígenas, mestizos y criollos blancos comparten un proyecto conjunto de nación, pero por varias razones los indígenas terminaron siendo excluidos e invisibilizados.

"Uno piensa que el fin de la época colonial se dio en 1821 (en Lima) o 1824 (después de la Batalla de Ayacucho) con la creación de la nueva república, pero hay historiadores que argumentan que después de España, Perú pasó a depender de Inglaterra y Francia, y después, de Estados Unidos. Una dependencia no solo material y política, sino también mental. La Independencia no tuvo como consecuencia una nación mestiza, sino que un pequeño grupo de origen europeo, y los terratenientes de origen mestizo y europeo, tomaron el control total del Estado y crearon jerarquías sociales basadas en el color de la piel, apellidos, costumbres, idioma, todos relacionados a Occidente y vistos como algo superior.

La cultura local termina siendo estigmatizada como inferior, lo que significa una colonización mental. Creo que esa colonización mental resultó en una invisibilidad de la población indígena como ciudadanos".

Lo que sucedió es que su identidad y su historia dejaron de existir, fueron convertidas en objetos de colección o en folklore, y dejaron de ser gente de carne y hueso con sentimientos, pensamientos, opiniones, derechos e historias que viven en el presente.

La misma historiografía peruana, en las pocas ocasiones que investigó el tema, prefirió verlo como algo perdido o extinto, sin continuidad alguna, cuando generaciones de descendientes siguieron manteniendo posiciones de influencia en sus comunidades y varios de ellos desempeñan cargos públicos hasta el día de hoy.

¿Los descendientes de los incas son reconocidos como tales por su entorno?

Sí. De las casi 50 familias que existen hoy, he conocido y conversado con representantes de 35 de ellas. En lo que hoy conocemos como los distritos de San Sebastián y San Jerónimo, a 15 y 20 minutos de la ciudad del Cusco, mantuvieron posiciones de prestigio a lo largo del tiempo, en una señal de sobrevivencia de la memoria. En otros lugares, su ascendencia imperial poco a poco pasó a ser una leyenda familiar, hasta perderse.

En San Sebastián y San Jerónimo se concentraba la mitad de los linajes de los gobernadores inca. Aquí, a lo largo de unos 500 años se mantuvo un sorprendente nivel de continuidad. Tanto así que cuando los indígenas reciben el derecho al voto en 1980, empiezan a elegir como alcaldes a varios descendientes de los antiguos emperadores.

"Eso significa no sólo una continuidad de liderazgo sino además de cierta popularidad. Como digo en mi libro, los incas regresaron al poder por las urnas, aunque esta vez a nivel local", observa Ronald Elward.

- En tu libro, uno de los descendientes cuenta que no era del todo consciente de su origen noble. ¿Cómo se sintió al descubrirlo?

Las reacciones al ser reconectados con su pasado son diversas. En San Sebastián y San Jerónimo todos se ponían muy felices, pero en Cusco a veces necesitaba explicar en mucho detalle la conexión con ancestros de origen inca y les tomaba tiempo adaptarse a esa idea. Para mí fue inesperado. Al inicio yo vi el tema como una investigación histórica, pero fue tomando bastante rápido elementos muy personales y relacionados a la identidad y exclusión. Varios descendientes que entrevisté hablaban de las burlas sobre sus apellidos cuando iban al colegio en Cusco y la discriminación en muchos niveles. ­Imagínate que en Cusco un apellido español o de otro origen europeo es mejor visto que un apellido inca o indígena!

*BBC News Mundo (fragmento)

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