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"La Pachamama nos invita a vivir como hermanos"

Por las restricciones de la pandemia, las familias en Salta celebraron los rituales ancestrales en la intimidad. Más que pedidos hubo agradecimientos.
Domingo, 01 de agosto de 2021 14:52
Los Rivero tuvieron su ceremonia en Cerrillos. Pablo Yapura
Familia Báez. Foto: Pablo Yapura.
FOTO: PABLO YAPURA
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"Más que pedir por algo para lo que viene, hoy estamos agradeciendo por todo lo que pasamos, porque seguimos todos con buena salud", dijo Venesa que llegó al mediodía a la casa de los Rivero, ubicada en el barrio Santa Teresita, de la ciudad de Cerrillos.

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"Más que pedir por algo para lo que viene, hoy estamos agradeciendo por todo lo que pasamos, porque seguimos todos con buena salud", dijo Venesa que llegó al mediodía a la casa de los Rivero, ubicada en el barrio Santa Teresita, de la ciudad de Cerrillos.

Ellos son 9 y desde hace más de 10 años que vienen realizando el ritual de dar de comer a la Tierra cada 1 de agosto, como en la gran mayoría de las familias salteñas. Hasta el año pasado la costumbre siempre fue la de pedir por la prosperidad para el año siguiente, sin embargo la pandemia cambió las pretensiones por los agradecimientos. Las que siguen intactas son las costumbres.

"Nosotros tenemos esta casa desde hace más de 30 años, pero desde hace 10 que decidimos hacer nuestra ceremonia a la Pachamama como familia. Desde que comenzamos con los rituales del 1 de agosto todo fue mejorando. El contacto con nuestra Madre Tierra cambia toda la forma de ver la vida. Yo le vengo a agradecer por otro año más porque ya estoy grande y cada vez más cerca de ella, de formar parte de ella. Entonces tomo la vida y la muerte con alegría. Hoy agradezco por tener a mis hijos grandes, a mi nieto y a toda mi familia unida", dijo Nora que está a la cabeza de ese matriarcado que son los Rivero.

Los rituales, su secuencia y algunos detalles pueden variar. En esa familia se almuerza tarde y se comparte lo que se come con la Tierra. En la corpachada o convite también hay preparaciones extras. Nora siempre tiene sémola, maíces, hojas coca, bebidas alcohólicas; hasta lo que come Emiliano que son como es el único nieto tienen tantas golosinas que desenvuelve cualquier dulce y lo comparte con la Pacha.

FOTO: PABLO YAPURA

El mojón ocupa un lugar central, en un jardín, al que se fue rodeando de rosas. Todo el lugar tiene una prolijidad que denota el trabajo de varios días. Toda la familia trabajó. Nora tiene con su esposo Raúl a tres hijos varones que ya son adultos. Ellos son Raúl, Daniel y Javier, que es el papá de Emiliano. Las nueras Rebeca y Vanesa completan la foto familiar.

"El único pedido que tenemos para este año es que los políticos cumplan las promesas de campaña", dice sería Nora. "Pero más allá de eso nosotros pedimos paz y prosperidad para todos, y para nuestra familia también. También entendemos que para que haya esa prosperidad debemos tener salud por lo que también pedimos es para que las familias tomen conciencia sobre la necesidad de no reunirse masivamente, de cuidarse y festejar con nuestra Pachamama la menor cantidad de personas", dijo Nora haciendo alusión a los grandes encuentros de francachelas que se realizaban hasta 2019, e inclusive en 2020 lo que ocasionó un trágico septiembre con la primera ola de coronavirus en la provincia. Con respecto a los políticos hace referencia a la ruta provincial 23 que lleva años de mal estado y que ahora en plena campaña comenzaron a repararla.

FOTO: PABLO YAPURA

En el medio del almuerzo, una ceremonia pequeña, corta en tiempo, muy respetuosa y luego todos vuelven a la mesa a continuar comiendo, bebiendo y riendo en un fraterno encuentro familiar que funciona en este mes como un informe sobre el estado de las cosas.

"Esto es sólo para los que creen, pues les puedo asegurar que a nuestra Mama Tierra hay que pedirle de corazón y ella luego nos brinda lo que queremos", concluyó Nora.

Tradiciones ancestrales

Donde siempre había festejos populares, concurrencia masiva de comensales y libadores de alta resistencia era en el Centro de Residentes Vallistos y Puneños, de Villa Primavera, de nuestra ciudad. Esa postal se perdió y hoy sólo había comida para comprar y retirar. Se podía entrar y recibir como una bendición la sahumada de doña Rafaela. Luego se les entregaba el paquete armado del manjar autóctono y se retiraban. como decía Leguizamón, "cada carancho a su rancho".

FOTO: PABLO YAPURA

“Este año, reunidos con mis hermanos, decidimos que va a haber venta de comidas regionales desde las 11 hasta las 14.30. A esa hora ya queda solo la familia y hacemos la ceremonia”, informó Viviana Báez a modo de parte de prensa.

El tema es que don Severo Báez y su esposa Rafaela Gaspar criaron a 14 hermanos, los cuales muchos ya tienen nietos por lo que la cantidad de familiares excede las cuentas del COE.

"Todos mis hijos están acá. Ellos tienen la obligación de venir y participar del ritual tradicional de corpachar a la Madre Tierra. Desde hace 41 años que lo hacemos y eso no va a cambiar", dijo Rafaela con barbijo y una olla de sahumerio en mano. En esos carbones encendidos se quemaban chuchicaña, coa, tola, romero, ruda, azúcar, yerba y ahora, por estos años especiales, agregó hojas secas de eucalipto.

 

"Pachamama Santa Tierra

parada frente a tu altar

rezaré toda mi vida

por el bien de la humanidad"

canta en la copla Rafaela mientras sahuma al que llega a recibir su bendición de humo sagrado.

Papel de serpentina que cuelgan de un árbol viejo y seco en un altar lleno de humo está abierta la Tierra para recibir las ofrendas que están ubicadas en una mesa tipo altar con papas del cerro, hojas de coca, habas, pan casero como los de antes, vainas de algarroba, charqui, mazorcas y bebidas en vasijas de barro adornadas con tulmas coloridas.

FOTO: PABLO YAPURA

"Nosotros ya soportamos muchas plagas y pandemias", dice Severo sentado mirando la nada y el todo de ese altar. El hombre tiene 71 años y sabe de lo que habla. "Ya tuvimos cólera, dengue, una guerra y tantas otras enfermedades que la superamos como pueblo unido. Esto nos pasa porque como humanidad nos portamos mal. Ya es hora que dejemos de vivir tan individualmente, si al fin y al cabo quedó demostrado que para muchos la plata no sirvió para nada frente a este enemigo invisible. Esta Pachamama en pandemia debería hacernos mirar la vida desde otra perspectiva, hacernos más unidos. Este años la Pachamama nos invita a vivir como hermanos", dijo Severo y siguió entreverando palabras en versos octosilábicos.

 

 

 

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