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Con 80 años, recorrió la mítica ruta 40 en moto, recibió una distinción y rompió un récord

“Mi propósito era demostrar que los ‘viejitos’ todavía estamos para hacer cosas, para cumplir nuestros sueños”, expresó Adolfo “Buby” Del Castillo. 
Viernes, 25 de noviembre de 2022 06:15

Adolfo “Buby” Del Castillo, vecino de Tres Cerritos, cumplió uno de sus sueños más anhelados: cubrir los casi 5.200 km de la mítica ruta 40 a bordo de su motocicleta. A este trayecto hay que sumarle otros 5.000 km que transitó sobre dos ruedas hasta llegar al Km 0, ubicado en inmediaciones de una pequeña base naval de Cabo Vírgenes, provincia de Santa Cruz
El 12 de octubre junto a su sobrino Rodrigo Mac Lean (47) contemplaron en silencio el Estrecho de Magallanes, luego se colocaron los cascos, encendieron las motos y comenzaron a rodar con rumbo al extremo norte del país. Destino: La Quiaca.

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Adolfo “Buby” Del Castillo, vecino de Tres Cerritos, cumplió uno de sus sueños más anhelados: cubrir los casi 5.200 km de la mítica ruta 40 a bordo de su motocicleta. A este trayecto hay que sumarle otros 5.000 km que transitó sobre dos ruedas hasta llegar al Km 0, ubicado en inmediaciones de una pequeña base naval de Cabo Vírgenes, provincia de Santa Cruz
El 12 de octubre junto a su sobrino Rodrigo Mac Lean (47) contemplaron en silencio el Estrecho de Magallanes, luego se colocaron los cascos, encendieron las motos y comenzaron a rodar con rumbo al extremo norte del país. Destino: La Quiaca.

 


El primer tramo no fue nada fácil. Anduvieron por 250 km de ripio muy suelto, soportando vientos de hasta 110 km/h. Fue realmente complicado. Apenas iniciado del viaje, la violencia de las ráfagas apareció como el primer gran obstáculo. Después, la cosa se hizo más llevadera. Recorrieron la Patagonia hasta El Calafate, donde pasaron un día formidable disfrutando del glaciar Perito Moreno y de los atractivos turísticos del lugar. Pero la travesía era larga y la geografía muy diversa. Pasaron por Tres Lagos, Estancia La Leona y un tramo llamado “Los 73 Malditos” hasta Gobernador Gregores, que es en extremo complicado. Su nombre lo dice todo. Es un camino de pedregullos, donde el viento es inclemente. Tuvieron que consultar en todo momento una aplicación que informa sobre las condiciones climáticas, la velocidad de las ráfagas e indica los períodos en los que no es recomendable transitar. Los amaneceres hasta ese momento eran muy fríos. 

 


En Santa Cruz, Buby sufrió la rotura del parabrisas de su moto. Si bien puede parecer un dato menor, el quedar desprotegido y a merced de la ventisca sureña acarrea más de una complicación, especialmente para la salud. “Me dio todo el frío de la Patagonia en el pecho. Estuve muy congestionado, muy mal la garganta. Luego pude reponer el parabrisas”, contó el motero.
Hicieron noche en Gregores, donde se desató una tormenta. Al día siguiente amaneció nublado. Buby y Rodrigo se pusieron nuevamente en marcha para avanzar otros 600 km hacia el norte
“Entre Chilecito y San Blas de los Sauces, en La Rioja, se me cortó la cadena, a pesar de que cada 500 km -promedio- la limpiaba y lubricaba. Fue un inconveniente con suerte, porque sucedió en velocidad. Miré por el retrovisor y la vi zigzaguear como una víbora en el camino. Hacían 40º a la sombra. Un grupo de moteros paró y me indicó la dirección de un tallercito en un pueblo cercano, donde me asistieron y solucionamos el problema”, detalló. 

 


En esa provincia no dejaron de visitar el parque nacional Talampaya y de acondicionar las motocicletas para continuar viaje. 

Ya en el norte, pasaron por Cafayate y siguieron hasta Molinos, donde pernoctaron. Al otro día fueron a Cachi y a La Poma. Si bien tenían pensado en quedarse, no pudieron porque el tiempo los apremiaba. “En esa zona tuve al menos dos o tres caídas. Una de ellas subiendo por el Abra del Acay. Cuando llegué a uno de los puntos más altos del camino, un viento terrible me desestabilizó y me volteó. Sufrí algunas raspaduras y magullones, pero nada de gravedad”, recordó.

El jueves 27 de octubre llegaron a destino. Se quedaron hasta el otro día en La Quiaca, para luego emprender el retorno a Salta, donde toda su familia y amigos los esperaban. “Fue muy emocionante verlos. Habían preparado toda una recepción. Fueron 15 días sobre la ruta 40 inolvidables”, expresó.

 

“Diploma de honor al aventurero”

En Salta, “Buby” Del Castillo recibió este lunes un diploma de honor por haber cumplido con los sellos requeridos en el Pasaporte Ruta 40, que confirma que cubrió toda la traza de 5.080 km del camino nacional, entre Cabo Vírgenes (Santa Cruz) y La Quiaca (Jujuy). Los sellos deben ser registrado en la libreta en puntos específicos del trayecto. A este reconocimiento se suma un nuevo récord. Buby, con sus 80 años, se convirtió en el motero de mayor edad en haber cubierto oficialmente la travesía en moto. “Es un honor de entregarte este diploma, que sirva su ejemplo para todas las generaciones, fundamentalmente para entender que querer es poder”, expresaron los responsables del premio, entre ellos el salteño Federico Norte.

 

“Tengo entendido que soy el más ‘viejito’ -bromea- en haber cubierto la ruta 40 en moto. Se de un hombre de 90 años que lo hizo en un auto antiguo y otro de 75 en cuatriciclo. Pero en moto me dijeron que soy yo”, contó Del Castillo.

 

Un espíritu libre

A Buby Del Castillo le atraen los desafíos y la vida al aire libre. La edad nunca fue algo que le impidiera seguir su instinto. Esto lo llevó a cofundar, por ejemplo, el Club de Aladeltismo Salta. En ese deporte, orgullosamente cuenta que diseñó el primer aladelta fabricado íntegramente en la provincia. También fue piloto de ultralivianos e hizo montañismo, corrió en karting y hasta en bicicleta. “Con el Club Aventura Salta logré mis primeros 6 mil en Cachi, a los 52 años”, recordó.

“Entre otras cosas, el propósito de este viaje era demostrar que los ‘viejitos’ todavía estamos para hacer cosas, para cumplir nuestros sueños, lo que fuere, escalar una montaña o bailar. No hay que seguir postergándolos”, afirmó Buby.

Destacó el apoyo familiar que siempre lo apoyó en todas sus iniciativas y a un cúmulo de voluntades y de buena gente que se cruzó en el camino, desde moteros solidarios hasta los mecánicos y la gente común que a lo largo de toda la travesía no dejó de alentarlos.

“Hay buena gente y muchas cosas por las que vivir. No dejemos las cosas en el tintero, animémonos a ponerlas en marcha”, concluyó el aventurero salteño.

 

Su pasión, las motos

Buby aprendió a andar en motocicleta a los 11 años en una antigua “Pumita”, el emblema cordobés, donde nació. “Tenía palanca de cambios al tanque. Una lindura. Después tuve una DKW alemana, la pequeña maravilla. También la vendí cuando me mudé a Salta, hace más de 50 años”, recordó.  
Hace un tiempo adquirió una Bajaj 400, que lo tiene muy satisfecho. “Es una moto leal. Precio y prestaciones, un balance perfecto. Han mejorado mucho este modelo en cuanto a levas y potencia. Está pensada para ruta. Es muy cómoda para viajar. La posición de manejo es muy buena, es algo en lo que pense mucho por mi problema de columna. Tiene ABS de doble canal, discos grandes, horquilla robusta e invertida. En síntesis, le agregaron mucha tecnología, con un tablero que ofrece mucha información”, aseguró. Y la moto, indudablemente, superó el desafío.
 

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