"Es muy importante entender que la inteligencia emocional no es lo opuesto a la inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección de ambas". (David Caruso)
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"Es muy importante entender que la inteligencia emocional no es lo opuesto a la inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección de ambas". (David Caruso)
El impulso de un proyecto de ley de educación emocional ya está aprobado y en marcha en algunas provincias y camino a implementarse en otras. En Salta, el proyecto elaborado por una mesa de trabajo que se encuentra en manos de la cartera educativa provincial para su análisis, aún no fue aprobado.
Y en educación los tiempos apremian, sobre todo para nosotros, los docentes. Después de sortear durante estos últimos dos años diversos obstáculos, con las herramientas que tuvimos y generamos, hablar y trabajar la educación emocional en el aula es necesario y urgente.
Actualmente, el contexto educativo está dando respuesta a diversos escenarios donde la conflictividad, el ausentismo y la falta de motivación por parte de los alumnos, sobre todo en enseñanza media, son componentes que se manifiestan de forma reiterada, dificultando la convivencia.
Hoy por hoy, observamos en el escenario escolar casos de violencia, abuso, delincuencia, bullying, grooming. entre muchos problemas que tienen como común denominador la mala gestión de las emociones. Varios estudios conectan esta problemática con la ausencia de competencias emocionales.
Por lo tanto es necesario implementar la educación emocional de manera transversal a todas las áreas de conocimiento como estrategia educativa.
El objetivo será mejorar la calidad de vida de las personas a partir del desarrollo de habilidades personales, el autoconocimiento, la autorregulación emocional, la automotivación, la empatía y las habilidades sociales.
¿Qué se entiende por educación emocional? Según Rafael Bizquerra "es un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral, para ello se propone el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre las emociones con el objeto de capacitar al individuo para afrontar mejor los retos que se planten en la vida cotidiana. todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social".
Desarrollar las competencias básicas para la vida supone conocer y comprender las propias emociones y las de los demás, regular los afectos y utilizar esta capacidad para gobernar los propios pensamientos y acciones, fomentando un entorno emocional que favorezca el desarrollo de estas competencias.
No se trata de poner afecto en el proceso educativo sino de educar el afecto, impartiendo los conocimientos teóricos y prácticos para reconocer esa esencia que somos y reconocer nuestras emociones y las de los demás. Las emociones son educables, pero para ello necesitan un espacio y un tiempo para hacer posible este aprendizaje. Esto supone generar un clima de trabajo adecuado en el aula. Supone brindar un espacio para construir la educación en base al vínculo. ¿Cómo fomentarlo y fortalecerlo? Con las herramientas adecuadas. Urge esta ley como tantas otras cosas en educación. Urge capacitar al docente, acompañarlo para que pueda desarrollar sus propias habilidades emocionales, urgen las escuelas para padres.
Nos apura la acción para dar lugar al cambio.
* David R. Caruso es uno de los pioneros en equipos de investigación en el ámbito de la Inteligencia Emocional. Es Adjunto al Decano en la Universidad de Yale para el Desarrollo Organizacional.
* Rafael Bisquerra es presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar y académico de la Universitat de Barcelona.