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Los Caballeros de la Noche, a la vanguardia de un reclamo social

Sobre cómo una organización carnestolenda trans que nació con la democracia se volvió un movimiento político que consiguió logros significativos para la comunidad LGBTIQ.
Martes, 01 de marzo de 2022 02:13

En el Carnaval “todo vale” y las normas tienden a distorsionarse pues, cuando “nos vemos en el corso”, todo ese desfile de colores, de músicas envolventes, de cuerpos liberados y de cosas que vuelan por los aires altera la realidad de los participantes, también de quienes se mantienen al margen y miran, desde la vereda de enfrente, ese despliegue incontrolado y sodomita del antruejo.

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En el Carnaval “todo vale” y las normas tienden a distorsionarse pues, cuando “nos vemos en el corso”, todo ese desfile de colores, de músicas envolventes, de cuerpos liberados y de cosas que vuelan por los aires altera la realidad de los participantes, también de quienes se mantienen al margen y miran, desde la vereda de enfrente, ese despliegue incontrolado y sodomita del antruejo.

Es un espacio de tiempo que siempre molestó, que incomodó y de alguna manera alteró al poder de turno. Hablamos acá de un Carnaval como construcción de sentido para la organización política; pues todo festejo es político. Y si tenemos en cuenta que en Salta el conservadurismo intentó encorsetar en normas hasta la sexualidad, debemos decir que el “carnaval trans” o de travestidos fue (y es) un fuego revolucionario que llegó a su culmine con la sanción de las leyes de identidad de género, matrimonio igualitario y de cupo laboral. Es un movimiento que sigue adelante contra la discriminación y la violencia hacia las disidencias.

Sobre lo disruptivo del movimiento de transformistas en Salta, El Tribuno consultó a Natalia Gil, docente e investigadora de la UNSa, además de militante de la cátedra de Género y Disidencias bautizada "Lohana Berkins" en honor a la activista trans salteña que se hizo conocida a nivel nacional. Natalia Gil realizó numerosos trabajos y su tesis para el doctorado en Humanidades se titula "Del Carnaval a la revuelta: imágenes transmigrantes".

La académica explica que, durante el siglo XIX, los carnavales se desarrollaban en las afueras de la ciudad, donde las libertades eran las típicas del origen primario de esta fiesta. En las viejas carpas pasaba de todo y sin control alguno.

Antes de que comience el siglo XX se crearon los corsos que, para la especialista, llegaron como una forma de controlar y normalizar las actividades de esta época del año. Desde entonces se comenzó a anotar a los participantes, a supervisar días y horarios de desfile, en definitiva, a establecer lo que está permitido desde la óptica de las autoridades.

"Los primeros corsos fueron establecidos por la aristocracia salteña a fines del siglo XIX como un recurso para poner coto a los festejos populares de carnaval que hasta entonces se celebraban a través del juego libre en las calles de la pequeña ciudad de aquel entonces y en las carpas establecidas en los límites externos de la misma. No entraban en cuestión aquí los bailes exclusivos que las clases adineradas realizaban en casas y clubes como el paradigmático 20 de Febrero", asegura Gil.

La investigadora además destaca que, desde la segunda mitad de siglo XIX, pueden leerse reiteradas notas periodísticas que cargan las tintas sobre los desmanes que se producían durante el carnaval. Cita al diario La Reforma del 14 de febrero de 1880, donde puede leerse: "A la Policía nadie le ha visto la cara en los días del carnaval. No asomó siquiera por casualidad sus narices por las carpas".

La docente ubica a fines de la década del sesenta el surgimiento de un conjunto artístico que tuvo distintos nombres pero que, desde 1984, lleva el de "Los Caballeros de la Noche" y se constituyó con los años en la agrupación carnestolenda más reconocida. Salvo durante la última dictadura militar, siempre fueron parte de la fiesta del carnaval.

Pioneras

"Antes había un código contravencional por el cual no podíamos ir vestidas de mujer ni a comprar pan porque nos metían en cana", recordó Mary Robles, una de las históricas referentes del grupo, sobre esos años en los que las personas trasvertidas eran encarceladas.

"Entonces Los Caballeros... fue la manera de camuflar esa presencia en las calles", dijo Gil. Consideró que fue a partir de ese intersticio que, de a poco, se fue abriendo a un movimiento político que hoy tiene una fuerza indiscutible.

"Para inscribirse había que poner el nombre de hombre y decir que éramos una murga como cualquier otra; y eso que ya estaba la democracia. Lo mismo, luego nosotras salíamos como queríamos y fuimos revolucionarias para Salta y para el mundo", dijo Mary Robles.

"Esa forma de afirmar la propia identidad en una sociedad tradicional como la salteña, de mostrar que hay otra forma de vivir que está por fuera de la sociedad heteronormada, fue revolucionario. Salir de la caricaturización del trasvestido, de la espectacularización, fueron pasos gigantes", sintetizó Natalia Gil.

El origen y los cambios de nombres de la agrupación

Fueron 13 chicas las que iniciaron la historia de Los Caballeros de la Noche: Susana Sosa, Mary Robles, Débora Flores, Pirucha Cressini, Leona Martínez, la Fofó, la Negra Estela Marys, Nené Soria, Mery Brown, La Beto Gauna, Pinky, Viviana y Lohana Berkins. 
“El último día de ese primer carnaval se sumo Lohana”, dijo Mary Robles sobre quien se convertiría luego en bandera de lucha por la diversidad.
Lohana Berkins fue la salteña que se constituyó en referente nacional de los reclamos contra la discriminación por cuestiones de género y fue un puntal fundamental en la pelea por la ley de identidad de género en Buenos Aires.
En enero de 1984, Susana Sosa (Bamby Lu) convocó a Mary Robles y a Débora Flores para sumarse a un “conjunto artístico trans”. No sabían con qué nombre promocionarse por miedo a los resabios de la dictadura. Se decidieron por “Los Caballeros de la Noche”, pensando que no llamaría la atención.
“Los Caballeros de la Noche usábamos espacios dentro de otras agrupaciones con condiciones para desfilar. Luego llegó la silicona a la Argentina, luego a Salta y comenzaron a manifestarse los desnudos. Culturalmente, empezamos a censurarlos porque comenzamos a pedir respeto e inclusión para todo el colectivo. Entonces se comenzaron a mostrar desnudos artísticos o las vedettes trans”, recordó Robles.
En aquellos tiempos los conjuntos artísticos no tenían trompetas, redoblantes ni bombos. “Nosotras tuvimos un plantel propio de músicos y, por primera vez se vio la alegría y el brillo que destacarían para siempre a Los Caballeros de la Noche”, dijo Mary.


Ganaron un premio en 1984 y luego participaron en todos los corsos de la avenida Belgrano y el club Gimnasia y Tiro.
En 1990 la asociación obtuvo la personería jurídica y comenzó a trabajar en bloque junto a representantes de otras agrupaciones. Fue cuando se decidió realizar los corsos en la calle Ibazeta.
En 1996 consiguieron armar una carroza con un dragón de tres cabezas, orquesta y batucada propia. En 1997 se dividió la agrupación. Daysi La Mar (Pocha Escobar) se queda con el nombre de “Los Caballeros de la Noche” y Mary Robles, para no crear problemas en la agrupación, decide crear el conjunto artístico “Moonlight”, con el apoyo de Susana Sosa, Débora Flores, Cristal Rufino, Carina Cari, Cris Martínez, Micaela (Fofó), Daniela Miller Hurtado, Filli, Yamila Visconti, La Oso, Nora y Marion Navarro, con un desfile de batucada y carroza en forma de ostra.
En 1998 falleció Daysi y Susana Sosa recuperó el nombre y la agrupación , uniendo a “Moonlight” con “Los Caballeros de la Noche”. Decidieron conservar este último nombre y guardar “Moonlight” para cualquier otra ocasión.
Es así que desde 1999 en los carnavales capitalinos se presentan definitivamente con el nombre de “Los Caballeros de la Noche”. Cada edición fue temática y siempre impactaron por sus presentaciones. La organización fue fundamental. En el 2000 presentaron “Petit carrusel del país”. En 2011: “La caída del Imperio Romano”. 
En 2002 Mary Robles retomó el mando del conjunto artístico en los carnavales capitalinos en la calle Ibazeta y presentaron “La moda a través de los años”. “Noches mágicas”, “Revista teatral”, “Carnaval carioca”, “Érase una vez, México”, “Revista inspirada en Moulin Rouge”, “Ángeles y demonios”, fueron algunas de las propuestas en los desfiles.
“En aquellos años era difícil definir a una travesti. Decir travesti era una palabra prohibida y, más aún, verlas. En esos tiempos surgieron raras señoritas con modales muy finos que se destacaron no solo en los carnavales de Salta capital, sino también en el Corso de Flores de Cerrillos, en El Carril, La Merced, Quijano, Chicoana, General Güemes, El Bordo y en el entierro del carnaval en Rosario de Lerma. También salieron a la provincia de Jujuy, a San Salvador de Jujuy, Perico y El Carmen, y también a Tucumán”, dijo Mary Robles.
Al día de hoy iban a ser más de 30 las integrantes de “Los Caballeros”, pero no se presentan este año por las dificultades económicas y sanitarias que le planteó la pandemia por coronavirus. 
Una agrupación como esa, con tanto despliegue de brillo, musicalidad y contenido, necesita tiempo y dinero.
“Yo soy la responsable de las chicas y por la cuestión epidemiológica ya habíamos decidido, desde hace tiempo, no salir este año. Sin embargo, el espíritu de ‘Los Caballeros de la Noche’ sigue intacto y cuidándose para seguir haciendo historia en carnavales futuros”, aseguró Mary Robles.
 

   Brillo y color definieron la identidad de Los Caballeros de la Noche desde el inicio. Jan Touzeau
 

El marco legal asociado a un movimiento por la igualdad

Por los derechos transgénero que se sancionaron en los últimos años, la Argentina ha sido calificada como uno de los países más progresistas del mundo. 
Se considera a la ley de identidad de género como una de las más completas a nivel internacional. La norma permite cambiar de nombre e identidad de género en el DNI sin necesidad de realizar terapias de hormonas, cirugías o diagnósticos psiquiátricos que diagnostiquen una “anormalidad”.
La ley de identidad de género de Argentina, que lleva el número 26.743, fue sancionada el 9 de mayo de 2012. El objetivo de este instrumento legal es que las personas trans sean tratadas de acuerdo a su identidad autopercibida y puedan anotar en sus documentos DNI y otros registros el nombre y el género vivenciado.
Además, ordena que todos los tratamientos médicos de adecuación a la expresión de género sean incluidos en el Programa Médico Obligatorio, lo que garantiza una cobertura de las prácticas en todo el sistema de salud, tanto público como privado. Se considera que es la primera ley de identidad de género que no “patologiza” las identidades trans.

Ley de cupo

La ley 27.636 es conocida como “Diana Sacayán - Lohana Berkins” y también como “ley de cupo”. Se sancionó el 24 de junio de 2021 en el Congreso de la Nación y tiene por objeto establecer medidas de acción positiva para lograr la efectiva inclusión laboral de las personas travestis, transexuales y transgénero, a partir de lo cual fija que el Estado nacional debe ocupar una proporción no inferior al 1 por ciento de su plantilla con personas que se autoperciban con una identidad de género que no se corresponda con el sexo de nacimiento.

 

 


 

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