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20 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Carlos Alberto Curi: la palabra rendirse no figura en su diccionario

El salteño, un luchador incansable, hizo cumbre en el Monte Ararat (Turquía). También superó el volcán más alto de Asia, el Damavand, en la misteriosa tierra de Irán.
Miércoles, 27 de abril de 2022 01:36

Carlos Alberto Curi, luego de superar una complicada historia de salud, comenzó un interminable camino de "ascenso", pero su vista enfocó hacia las montañas. El salteño "plantó" bandera en las cumbres más renombradas del planeta. Ahora, su desafío se vinculó al continente asiático.

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Carlos Alberto Curi, luego de superar una complicada historia de salud, comenzó un interminable camino de "ascenso", pero su vista enfocó hacia las montañas. El salteño "plantó" bandera en las cumbres más renombradas del planeta. Ahora, su desafío se vinculó al continente asiático.

"La primera referencia que tuve del Monte Ararat y el Arca de Noé fue en el colegio Salesiano con el padre Bessone, un curita que nos cautivaba con sus grandes historias y sus increíbles inventos. Esa mañana, mientras ajustaba el último tornillo de una fabulosa bicicleta con una gigantesca rueda delantera y una pequeña trasera, nos decía que él podía recrear el Arca de Noé porque tenía los planos. Sin darme cuenta en ese momento nacía este gran sueño de montaña, subir a la cumbre del Monte Ararat.

Es el pico más alto de Turquía, con 5.137 msnm, localizado en la parte oriental del país, muy cerca de la frontera con Irán y Armenia. Se trata de un volcán inactivo cuya cima se encuentra cubierta de nieves perpetuas.

"El 19 de marzo comenzó la travesía con mi gran amigo David "La Mamba' Descalzo, de la ciudad de Goya. Salimos de Ezeiza con escala en Frankfurt (Alemania) para llegar a Estambul (Turquía) como primera etapa de este viaje. Luego tomamos otro avión hasta Agri (Turquía), ciudad que nos recibió cubierta de hielo y nieve, preludio de lo que nos esperaba en la montaña sagrada. Aquí nos encontramos con Orhan Temel, nuestro guía Kurdo para juntos llegar a la ciudad de Dogubayazit, límite cuatripartito entre Armenia, Georgia, Turquía e Irán, cercana ya al Monte Ararat. Ya en la base de la montaña y alistándonos para el ascenso, me torcí el pie, sentí un profundo dolor y escuché como si una nuez se rompiera, me había quebrado un huesito del pie. La lesión no me impidió continuar con los planes. Con los caballos cargados, con todo lo necesario para armar el campamento, y dos perros de la raza Kangal Turco como escoltas, empezamos a subir. Siete horas después llegamos al campamento 1 con 35 grados bajo cero. El cansancio, el frío y el gruñido de un oso (que los perros Turcos ahuyentaron) hicieron que la noche fuera muy larga", contó Curi.

El salteño lleva la bandera de su provincia por el mundo.

"Llegamos al campamento 2 después de ocho horas, con el mismo frío, pero con un cansancio triplicado. A las 3 de la mañana del día siguiente salimos hacia la cumbre, lo que demandó un esfuerzo extremo ya que nos enterrábamos hasta la cintura en la nieve. Por fin, a las 9 de la mañana hicimos cumbreeee!!! Muy agotados, felices por lograrlo... me reencontré con el curita de mi infancia en la cima del Monte Ararat", sentenció el salteño.

Ahora era tiempo del volcán más alto de Asia, el Damavand y la misteriosa tierra de Irán.

"A horas de haber entrado a este país nos encontramos en la carretera con un control policial, las formas duras con las que nos hicieron bajar del auto se disiparon cuando les dijimos que éramos de Argentina. Inmediatamente nos dijeron: "Maradona","Messi" y los gestos rígidos se transformaron en sonrisas, abrazos y pedidos de fotos. Los caminos nos llevaron por Zanjan, Teherán, Isfahán, Shiraz, Plour, hasta llegar al majestuoso Damavand, volcán más alto de Asia con 5.610 metros sobre el nivel del mar. Iniciamos el ascenso con mucho frío pero menos nieve que la montaña anterior. Nos sentíamos fuertes y veníamos aclimatados del Monte Ararat, por eso decidimos subir hasta el segundo campamento. Este es un refugio de piedra administrado por el gobierno iraní. De allí partimos hacia la cima a las 12 de la noche, para llegar a hacer cumbre a las 11.38 de la mañana", resaltó Curi.

"Así culminó este viaje inolvidable en un país maravilloso, con la gente más hospitalaria, amable y mejores anfitriones que he conocido. Agradecimientos eternos a mi gran amigo La Mamba: David Descalzo, y a mi flamante amigo Kurdo Orhan Temel, y a cada uno de los que acompañaron este sueño", dijo el montañista.

Carlos Alberto Curi, un salteño de ley, la solidaridad es su fiel compañera. Sus experiencias de vida lo llevaron a observar con otros ojos los problemas cotidianos. No sabe de obstáculos, la palabra rendirse no figura en su diccionario, sus "brazos jamás se desplomarán", sentenciaron quienes lo conocen. Desde hace algunos años, se aferró a esa increíble denominación llamada: Fe.

Además, está certificado que, en cada objetivo cumplido llevó las banderas de Salta y la del Centro de Hemoterapia de Salta, con la intención de sensibilizar sobre la donación de médula ósea para salvar vidas. Entre las cumbres a las que llevó el mensaje se encuentran: Aconcagua (6.962 msnm); montaña Kilimanjaro (5.895), en Tanzania; Monte Elbrus (5.642) en Rusia; y las cinco montañas más altas de México (Nevado de Toluca (4.680), Volcán La Malinche (4.461), Volcán La Mujer Dormida (3.600), Sierras Negras (4.640) y el Pico de Orizaba (5.636).

 

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