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Son salteños, juegan en una liga jujeña y lo hacen todo a pulmón: la humilde historia de un club de Iruya

Sportivo Unión Lavalle subsiste en el lejano pueblo de la provincia. Ingresó al circuito de AFA a través de la Liga Quebradeña con la ilusión de jugar el Regional Federal y de integrarse a través del deporte. Necesitan pelotas, conos y otros elementos de entrenamiento. 
Domingo, 22 de mayo de 2022 00:00

Entre los maravillosos cerros y paisajes de Iruya también se respira fútbol. Allí también hay sueños que van detrás de una pelota. Hay una historia que conmueve y que se construye a puro pulmón.

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Entre los maravillosos cerros y paisajes de Iruya también se respira fútbol. Allí también hay sueños que van detrás de una pelota. Hay una historia que conmueve y que se construye a puro pulmón.

El Club Sportivo Unión Lavalle nació oficialmente hace poco más de un año de la mano de Oscar Apaza y un grupo de personas que le dieron vida a esta humilde institución.

Ellos tenían un sueño: ingresar al circuito de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), trascender, y lo lograron.

Como en aquella zona lejana de la provincia no hay una liga de fútbol organizada, cruzaron hasta la vecina provincia de Jujuy y pidieron competir en la Liga Quebradeña.

El equipo de la primera división de Unión Lavalle.

La petición fue aceptada y con gran esfuerzo comenzaron a competir. "Somos de Iruya, pero logramos afiliarnos en la Liga Quebradeña, que ya está afiliada a la AFA", contó Apaza en diálogo con El Tribuno, muy consciente de que el premio mayor es lograr la clasificación al Regional Federal Amateur, la cuarta categoría del fútbol nacional que se disputa en el interior, donde hasta hace poco estuvieron Gimnasia y Tiro o Juventud Antonia, por ejemplo.

Pero, para ellos no es solo competir, es también la posibilidad de integrarse, de hacer deporte.

"El club existe con personería jurídica hace un año, y ahora hicimos notas y nos autorizaron el ingreso la Liga Quebradeña", expresó quien además de presidente es entrenador.

La sede de la Liga Quebradeña está en Tilcara y reúne a los equipos del circuito que va desde León hasta Humahuaca. Están afiliados al Consejo Federal de la AFA desde julio de 2021 y hoy, con la inclusión de los salteños de Iruya, son 15 clubes los que la componen.

La formación femenina empató en su debut en la Liga Quebradeña.

Oscar Apaza contó que el torneo comenzó el fin de semana pasado y el debut fue contra Alma Fuerte de Humahuaca: "ganamos 3 a 2", dijo con orgullo.

El carnicero del pueblo, un enfermero, un policía, docentes, albañiles y empleados municipales conforman el equipo de primera división de una localidad que tiene apenas 2.600 habitantes. Pero además de esta formación Unión Lavalle se comprometió a presentar un equipo de quinta división y un equipo femenino. Eran requisitos excluyentes. Las chicas, por su parte, debutaron con un empate 1 a 1 contra el mismo rival.

Apaza manifestó que no tienen un espacio físico propio para entrenar, utilizan el polideportivo municipal y la cancha de otro club, llamado Sportivo Iruya, que tiene poca actividad. Cabe aclarar que los terrenos de juego en la zona son de tierra, solo tierra.

Los chicos de la quinta división que también participan en la Liga..

"Los chicos de quinta división tienen entre 15 y 20 años, la mayoría estudia, nos juntamos por las noches a entrenar", contó el DT. Y como no tienen un terreno de juego propio, Unión Lavalle debe alquilar la localía a la hora de los partidos por los puntos: "lo hacemos en el club Sportivo Humahuaca".

Los planteles se trasladan en colectivo y viajan varias horas para competir. Desde Iruya a Humahuaca hay 70 km de un camino irregular, por lo que el tiempo de viaje es de unas 3 horas. Y este domingo, por la segunda fecha del torneo, deben ir hasta Maimará para enfrentar a Unión de ese pueblo.

"Todavía somos nuevitos y por ahora no se nota la rivalidad entre jujeños y salteños", dijo con humor Oscar, quien además hace y vende pan casero en su casa.

El imponente paisaje de Iruya.

Es que todo es verdaderamente a pulmón allá en Iruya, que se encuentra a 2800 metros sobre el nivel del mar. Por eso, Apaza pidió humildemente la colaboración de quienes pudieran donar pelotas, conos, botines usados, medias, pecheras, pesas y cualquier otro material para entrenar.

El club recibe asistencia de la Intendencia de Iruya y un legislador también suele darles una mano. Pero para poder competir se necesita más ayuda, y permanente.

Para conseguir el único juego de camiseta que poseen vendieron rifas y armaron bingos entre los propios habitantes de un pueblo que con el fútbol persiguen más sueños.

 

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