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19 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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“Asistimos en África a niñas que sus padres entregan para no tener que alimentarlas”

El doctor y profesor Gervasio Salgado Mijaiel es un destacado médico salteño que se especializó en cirugía colorrectal y desde hace más de 40 años que vive en España. Actualmente reside y trabaja en Marbella.
Domingo, 19 de junio de 2022 02:24

El doctor y profesor Gervasio Salgado Mijaiel es un destacado médico salteño que se especializó en cirugía colorrectal y desde hace más de 40 años que vive en España. Actualmente reside y trabaja en Marbella, aunque también se desempeña en Madrid. Afirma que se siente “muy salteño” y se define como “el hombre que no se fue” de la provincia. Hace unas semanas llegó a Salta y el jueves fue distinguido por su labor y trayectoria por el Concejo Deliberante de la Ciudad.
Más allá de su extenso -muy extenso- currículum, Gervasio Salgado realiza una fundamental labor social. Forma parte de las misiones humanitarias lideradas por el médico cirujano español Manuel Devesa a Mozambique y Madagascar, donde realizan operaciones a niñas con patologías de origen obstétrico que afectan a más de dos millones de mujeres jóvenes. “Asistimos a lo que se conoce como la herida de África, que son las niñas que en cuanto tienen el período menstrual, el padre las entrega a un hombre para no tener que alimentarlas. Se embarazan y tienen grandes destrozos pélvicos en los partos, con una mortalidad enorme”, contó a El Tribuno.

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El doctor y profesor Gervasio Salgado Mijaiel es un destacado médico salteño que se especializó en cirugía colorrectal y desde hace más de 40 años que vive en España. Actualmente reside y trabaja en Marbella, aunque también se desempeña en Madrid. Afirma que se siente “muy salteño” y se define como “el hombre que no se fue” de la provincia. Hace unas semanas llegó a Salta y el jueves fue distinguido por su labor y trayectoria por el Concejo Deliberante de la Ciudad.
Más allá de su extenso -muy extenso- currículum, Gervasio Salgado realiza una fundamental labor social. Forma parte de las misiones humanitarias lideradas por el médico cirujano español Manuel Devesa a Mozambique y Madagascar, donde realizan operaciones a niñas con patologías de origen obstétrico que afectan a más de dos millones de mujeres jóvenes. “Asistimos a lo que se conoce como la herida de África, que son las niñas que en cuanto tienen el período menstrual, el padre las entrega a un hombre para no tener que alimentarlas. Se embarazan y tienen grandes destrozos pélvicos en los partos, con una mortalidad enorme”, contó a El Tribuno.

¿Cómo llega un salteño a ser uno de los médicos más reconocidos en Marbella?
Cuando yo terminé la carrera en Córdoba, el 1 de octubre de 1975, pasé una temporada corta en La Plata y gestioné una beca del Gobierno español por un año en Madrid y así llegué a España con mi mujer. Estando en Madrid coincidimos con el período del año 76, de la transición política -de la dictadura de Franco a la democracia- y había un ambiente estupendo. Se palpaba el deseo de la gente de cambiar de régimen con la muerte de Franco, en noviembre del 75. Nuestros planes iniciales eran saltar de ahí a Estados Unidos pero nos gustó tanto Madrid y lo que se vivía que me quedé. 
Hice toda mi especialidad en un hospital universitario y posteriormente estuve en Londres en el St Mark’s Hospital, que está dedicado a la cirugía colorrectal y es como la meca en Europa. De allí salté a Málaga, a Marbella, donde llegué siendo el tercer cirujano de la ciudad. 
Ahí hicimos nuestra vida, criamos a nuestros hijos. Trabajo allí y también en Madrid, en el Hospital Ruber Internacional.

¿Qué peligrosidad tiene el cáncer colorrectal y qué tratamientos hay? 
El cáncer de colon es una enfermedad prevenible. Nadie debería tener un cáncer de colon y en el recto, nadie. De hecho, en los programas americanos de concienciación ciudadana, de educación médica de ciudadanía, el rótulo que le ponen es: el cáncer que nadie debería de tener. Eso es porque tiene una lesión precursora, que es el pólipo, y se tarda unos años en que ese pólipo crezca y se haga maligno, se haga cáncer. Por lo tanto, si el pólipo se detecta y se extirpa se evita el cáncer. Siempre digo lo mismo. Usted imagínese que el cáncer de mama tuviera una lesión que avisa, que sea precursora, sería una maravilla. Hubiéramos reducido la incidencia del cáncer de mama y su mortalidad de una manera dramática. Por lo tanto, hay que buscar el cáncer porque los pólipos no son sintomáticos y, muchas veces, el cáncer tampoco. Casi 1/3 de los cánceres de colon debutan de manera urgente, con cuadros urgentes donde hay obstrucción, perforación o sangrado importante. Entonces hay que hacerse colonoscopias que es el “gold standard”. A los 50 años hay que hacerse una colonoscopia.

¿A esa edad es recomendable?
No, hay cáncer en jóvenes pero si usted no tiene una historia familiar porque hay cólones que producen pólipos y cánceres como algunos jardines producen flores. Entonces, si su familia o si sus progenitores han tenido cáncer en edades tempranas, hay que hacerse una colonoscopia antes y, si no, a los 50 años se hace una. Si no hay nada, pues se puede esperar entre 10 y 12 años para hacerse la segunda. 

¿El cáncer de colon o recto tiene una incidencia alta de muertes? 
El cáncer de colon y recto es el tercero en frecuencia en hombres, atrás de la próstata y el pulmón, y en la mujer es el segundo, detrás del cáncer de mama. Es una enfermedad que es curable cuando se detecta precozmente, pero todavía tiene una mortalidad importante. Son miles de casos al año. Si usted calcula la incidencia tan grande, pues la mortalidad también es alta.

Más allá de vivir en España, usted también hace operaciones en Salta.
Yo tengo una excelente relación y concepto de los colegas de Salta, que son realmente gente muy preparada y tenemos una colaboración natural excelente. Entonces en el San Bernardo he operado hasta antes de la pandemia, durante la pandemia no. También en el Oñativia, donde me ha invitado el doctor Marcelo Nallar en varias ocasiones, y también en clínicas privadas. 

En Argentina, por la pandemia, dentro del sistema de salud muchas otras patologías se agudizaron por la falta de control y tratamiento. Me gustaría que me cuente qué pasó en España.
Es una muy buena pregunta, porque se retrasaron los diagnósticos. Entonces, los casos que estamos tratando ahora están más avanzados de lo que deberían en circunstancias normales. Eso perjudicó muchísimo. Todo el sistema sanitario, que en España el sistema público es muy poderoso y de muy buena calidad, se orientó hacia el tratamiento de la pandemia porque estaban los hospitales ocupados. Y eso ha influido negativamente sin duda.

¿Cómo es el sistema de salud de España? 
La verdad que el tema es muy interesante, porque toda Europa tiene un servicio público de salud, es el Estado. El gasto sanitario es dependiente de los presupuestos generales del Estado y es el gran empleador y el gran servidor de salud. Los hospitales públicos españoles son realmente impresionantes, en las dotaciones, en la habitaciones individuales. La verdad que es muy impresionante porque allí los sindicatos no gestionan el dinero de los afiliados, lo gestiona el Estado. El Estado es el responsable. Usted por estar en España o ser español tiene derecho a la sanidad pública, con un sistema farmacéutico maravilloso, donde se paga un pequeñísimo copago. Es un sistema que gasta muchísimo dinero y siempre estamos preocupados por la sostenibilidad. Luego, hay una proporción de casi de 1/3 de los ciudadanos españoles que tienen seguros particulares para acudir a los hospitales privados, que también son muy buenos, pero si necesita un trasplante hepático tiene que ir a hospitales públicos, que son estupendos.

Esto es una impresión particular pero al hablar con usted pienso que todavía está muy arraigado a Salta ¿Es así?
Así es, yo creo que de aquí no me fui nunca. Hay un colega en Buenos Aires que me presenta en los congresos como “el hombre que siempre quiso volver” y yo le digo “el hombre que no se fue”. Me siento muy salteño y no he perdido ni el acento. 

Tampoco usa modismos característicos de España...
Cuando escribo sí, lo hago completamente en español, pero cuando hablo no. Es curioso. 

Usted, con un equipo de profesionales hace misiones a Madagascar y Mozambique. Me gustaría que cuente de que se tratan...
Eso, yo creo que es lo que más me interesa en estos momentos. Nosotros somos un grupo liderado en España por Manuel Devesa, que es un africanista y un gran cirujano y son misiones mixtas con grupos de argentinos, que son liderados aquí por Jorge Arias. Entonces asistimos en Madagascar y Mozambique a lo que se conoce como la “herida de África”, que son las niñas que, en cuanto tienen el período menstrual, el padre las entrega a un hombre para no tener que alimentarlas. Se embarazan y tienen grandes destrozos pélvicos en los partos, con una mortalidad enorme. Se producen unas comunicaciones entre diferentes sectores de la pelvis, la vagina, la vejiga y el recto, por lo que el hombre las desprecia, las devuelve y la familia las tiene viviendo afuera de las chozas, hay 2 millones de niñas así. Es un trabajo muy duro porque es una cirugía muy compleja, muy laboriosa, muy larga e intentamos ayudar en algo porque la verdad uno siempre sale con una frustración. Decimos que hemos operado equis número de las llamadas “niñas madres” pero ¿cuántas quedan, no? Es un problema gigantesco. Pero eso a mí me ha enseñado que las personas que más admiro en el mundo son los misioneros, las monjas y los curas, la importancia de la iglesia en todo este trabajo. Quiero aclarar que no somos pagados por nadie, ni por gobiernos ni por ONG ni nada. Nos costeamos todo, exceptuando parte del material que en España nos donan los hospitales porque hay una gran tradición de cooperación con África. Hay una oficina para la mujer de África muy activa, muy ejecutiva y nos ayuda con material.
 

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