Por medio de una carta abierta a la comunidad, trabajadores del hospital Miguel Ragone denunciaron que se enfrentan a críticas condiciones edilicias y laborales desde hace años. Hablaron de falta de agua corriente, situación estructural deplorable, falta de insumos y medicación, internaciones irregulares e incluso maltrato. El gerente, Fernando Acuña, admitió falencias estructurales y una inversión insuficiente, pero dijo que están programadas obras para solucionar problemas y que trabajan con el Poder Judicial en los criterios para el abordaje de cada caso.
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Por medio de una carta abierta a la comunidad, trabajadores del hospital Miguel Ragone denunciaron que se enfrentan a críticas condiciones edilicias y laborales desde hace años. Hablaron de falta de agua corriente, situación estructural deplorable, falta de insumos y medicación, internaciones irregulares e incluso maltrato. El gerente, Fernando Acuña, admitió falencias estructurales y una inversión insuficiente, pero dijo que están programadas obras para solucionar problemas y que trabajan con el Poder Judicial en los criterios para el abordaje de cada caso.
En un comunicado que decidieron no firmar, empleados aseguraron que en el Ministerio de Salud Pública ya saben desde hace años sobre sus reclamos. Manifestaron que las condiciones en las que atienden a los pacientes son "pésimas" y que las instalaciones están deterioradas, sin "ningún tipo de inversión económica".
Según describieron, los techos "se caen", las paredes están húmedas, sale agua por los ventiladores de techo, los pisos están rotos, los patios no tienen iluminación, las conexiones eléctricas son precarias y las cañerías están obsoletas.
Además denunciaron que, desde hace más de un año, en el Ragone no hay agua corriente y va un camión cisterna de 2 a 3 veces por día. Las enfermeras deben usar ollas o pavas eléctricas para bañar a los pacientes internados.
Según enumeraron, las instalaciones eléctricas son precarias, no tienen un baño para uso profesional y los calefactores que hay son viejos o están en mal estado. "La semana pasada, dos trabajadoras se intoxicaron por un artefacto que explotó", afirmaron.
También dijeron que el hospital recibe poca medicación psiquiátrica para los pacientes. "Llega de vez en cuando y solo algunas cosas", indicaron.
Aseguraron que hay "menos de 10 psiquiatras" para toda la provincia y que los turnos se dan para dentro de 3 a 4 meses, lo que genera "demoras, reinternaciones, sobrecarga y estrés laboral".
Además se quejaron de que la comida es de mala calidad, no les dan elementos de higiene y no cuentan con personal de seguridad, cuando muchas veces pueden darse situaciones de riesgo en la jornada laboral.
En la carta, los trabajadores aseguraron que todos los gerentes estuvieron al tanto de estas situaciones, pero ninguno intervino.
"Detrás de cada uno de los trabajadores del hospital, hay formación, entrega y compromiso pero, sin el apoyo necesario, los recursos y condiciones laborales mínimas se ven opacadas y, pese a todo el esfuerzo, no logra cubrir la demanda existente, generando malestar en todos los involucrados", expresaron los trabajadores.
"La salud mental es un derecho de todos que tristemente no le importa a quienes toman decisiones. Necesitamos soluciones urgentes!", pronunciaron.
"Maltrato"
El Tribuno dialogó con tres trabajadores que prefirieron no ser nombrados. Revelaron mucha angustia y miedo por las situaciones que están atravesando y dijeron que los afectan en su salud integral.
No solo describieron las condiciones críticas a nivel edilicio y económico, sino que también dijeron que sufren "maltrato y hostigamiento". Contaron que todos los jefes de los servicios renunciaron hace unos meses porque se volvió "insostenible" llevar adelante las jefaturas.
Los trabajadores señalaron que esta situación viene desde hace años pero se ha profundizado. "La violencia laboral que sufrimos es insostenible. El Gobierno lo sabe, pero no toma medidas".
Manifestaron también que hay denuncias contra el exgerente Ignacio Crespo "por acoso, abuso y maltrato" y que una de ellas está en la Justicia. Dijeron que, por eso, el funcionario, quien preside la Asociación de Psiquiatría de Salta, se fue del hospital y ahora trabaja en el Grand Bourg.
"Es un hospital pobre para pobres", expresó un trabajador, quien aseguró representaba con su voz la de todo el personal del hospital que "se viene bancando" muchas cosas.
Aseguró que el hospital no recibe fondos por parte de la cartera sanitaria, a pesar de lo que diga la ley de salud mental. A diferencia de otros hospitales, que son de autogestión, este depende totalmente de los aportes del Ministerio, que designa a gerentes propios.
Señalaron que el gerente, Fernando Acuña, sabe todo lo que sucede, pero consideraron que no quiere enfrentarse al Ministerio de Salud. "Hemos bancado mucho su gestión, pero es imposible sostener", expresaron.
Relataron que, en el verano, fue terrible trabajar sin agua corriente y que los que más lo sufrieron fueron los pacientes: "En el verano, a veces el mismo estado de la falta de recursos exaspera. Es complicado y una falta total de respeto", dijo uno de los empleados.
Le pidieron al contador un termotanque para la guardia, pero les dijo que era verano. Todavía no lo tienen cuando faltan menos de dos semanas para el invierno.
Según contaron, la carta abierta que publicaron llegó a senadores, a diputados, a la Secretaría de Salud Mental de la Provincia y a autoridades nacionales. Hasta este sábado, no habían obtenido respuestas. Aseguraron que tanto ATE como los gremios de salud están al tanto de esta situación.
Harán una asamblea
“Queremos que nos escuchen a los que estamos dentro del manicomio. Necesitamos ayuda”, dijeron trabajadores del hospital Ragone que difundieron una carta anónima.
Los empleados comunicaron que la semana que viene realizarán una asamblea, para comenzar con actividades para visibilidad las pésimas condiciones laborales que enfrentan.
Los trabajadores lamentaron que “nadie ha podido defenderse ante este tipo de situaciones” porque “es muy difícil hablar”.
“Hay una tristeza increíble. Lo peor lo vivimos día a día los pacientes y los trabajadores”, contaron.