En Argentina, un país futbolero por naturaleza, muchos niños crecen con el sueño de ser jugadores profesionales. El camino no es para nada fácil, menos para los del interior, ya que tienen que destacarse entre cientos de chicos que participan en las pruebas cuando los clubes de primera división hacen un tour por distintas provincias para cazar talentos. Este fue el caso de Ezequiel "Pitu" Herrera.
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En Argentina, un país futbolero por naturaleza, muchos niños crecen con el sueño de ser jugadores profesionales. El camino no es para nada fácil, menos para los del interior, ya que tienen que destacarse entre cientos de chicos que participan en las pruebas cuando los clubes de primera división hacen un tour por distintas provincias para cazar talentos. Este fue el caso de Ezequiel "Pitu" Herrera.
"Me fui muy chico, con 11 años", dijo el hoy defensor central titular de la reserva de San Lorenzo de Almagro, dirigida por Leandro "Pipi" Romagnoli, que tuvo que recorrer un largo camino para llegar a donde está, en la última división antes de debutar en la primera de un equipo grande del fútbol argentino.
"Pitu", nació en Hipólito Yrigoyen, pero vivió toda su infancia en Colonia Santa Rosa con sus padres y sus tres hermanas. Allí pasaba todas las tardes jugando a la pelota con sus amigos en la escuela de fútbol del barrio Parque Los Pinos, a unas pocas cuadras de su casa, donde sus entrenadores ya notaban algo distinto en él, calidad, sacrificio y entrega diferente a la de sus compañeritos.
Siempre jugó con categorías más grandes a la suya, tanto en la escuela de fútbol como en uno de los clubes del pueblo. Fue capitán de la sub 13 con tan solo 10 años.
"Dejé de hacer muchas cosas para llegar hasta aquí, también a mi familia y me empecé a manejar solo en la ciudad desde muy chico. Además tuve que hacer varias pruebas en Salta hasta poder llegar Buenos Aires", contó Herrera.
Su adaptación en el ciclón no fue para nada fácil, teniendo en cuenta su edad, él recalca que fue horrible estar lejos de su familia.
Vivió muchos años en la pensión del club, en la cual se hizo amigos de otras provincias y destacó que fue una linda experiencia.
Pasaron los años y el joven de Colonia Santa Rosa se fue formando como jugador y persona, aunque tuvo que superar distintos obstáculos.
"Tuve la pérdida de mi abuelo en 2017 y la de mi papá en 2019, fueron años muy duros para mí y para mi familia. Pensé muchas veces en dejar todo pero ellos me ayudaron a seguir", dijo haciendo referencia a su familia. "Hoy en día son mi motivación para cumplir mi sueño", agregó el jugador, que de vez en cuandio recibe la visita de su mamá y sus hermanas.
En cuanto a lo futbolístico, fue capitán de la quinta división y en la octava fue subcampeón en el torneo de la Asociación del Fútbol Argentino. En la actualidad mantiene la titularidad como segundo marcador central en la reserva, equipo que se encuentra en los primeras posiciones del campeonato.
"Mi objetivo a corto plazo es hacer las cosas bien en reserva, sumar minutos y poder llegar a primera y mi sueño como profesional es jugar en la Selección Argentina", sentenció "Pitu".
Cuando hay un parate en el mundo del fútbol, habitualmente en las vacaciones de verano, regresa a su pueblo. La gente de Colonia Santa Rosa lo espera con ansias y a pesar de que es consciente que puede debutar pronto en primera, mantiene los pies sobre la tierra con la humildad que lo caracteriza.
Cada verano despeja su mente en Colonia, acompañado de su familia y haciendo lo que más le gusta, jugar a la pelota con sus amigos como cuando era un nene, recargando energías para volver y representar de la mejor manera a la provincia, cumplir su sueño y el de todo un pueblo.