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Una profesional bipasional derrumba estereotipos y escucha a su corazón

Ángeles Guzmán González es ingeniera agrónoma y profesora de danzas clásicas. Ejerce con igual motivación ambas carreras y cuenta sus secretos para lograrlo.
Martes, 18 de abril de 2023 18:25

Hay inclinaciones o preferencias muy vivas en algunas personas. La pasión es apetito. La pasión es afición vehemente. Y a veces no es solo una, sino dos o más, ni se subordina una a la otra, sino que son voces imperantes que exigen la misma y esmerada atención.

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Hay inclinaciones o preferencias muy vivas en algunas personas. La pasión es apetito. La pasión es afición vehemente. Y a veces no es solo una, sino dos o más, ni se subordina una a la otra, sino que son voces imperantes que exigen la misma y esmerada atención.

Ángeles Guzmán González (42) es una muestra de ello, pero asumiendo un reto mayúsculo: el de gobernar las ciencias y las artes. Ingeniera agrónoma y profesora de danzas contemporánea, jazz y clásica, para este reportaje se puso a resignificar escenas de su infancia buscando cuándo estaban interviniendo las manos del hado. Primera nieta y primera hija, dice que su madre, abuelos y tíos la motivaban constantemente a desarrollar sus habilidades de observación y a atender todo aquello que le generara curiosidad.

"Tal vez lo primero que se despertó en mí fue la danza, ya que a días de nacer, mi mamá seguía marcando la coreografía de la Marcha de San Lorenzo a sus alumnos. Recuerdo a mi tía Miriam -que iba al Centro Polivalente de Arte- enseñarme a caminar en equilibrio, mientras aprendía a hacer el paso básico de danza, o bailar con mis tíos desenfrenadamente en las tardes al escuchar Madonna, Michael Jackson y Queen. Al mismo tiempo, observar a las hormigas cómo recolectaban semillas de las plantas del patio de la casa de mi abuela materna, aprender nombres científicos de un muestrario de rocas de la colección de mi tío, leer las enciclopedias 'Lo sé todo' a mis hermanos (sin saber leer), ya que inventaba lo que veía en las imágenes. Como digo, siento que todo sucedió al mismo tiempo, y supongo que mi curiosidad e inquietud originaron que así fuera", reflexiona.

Los niños no son conscientes -y muchas veces tampoco lo son del todo sus padres o educadores- de que los juegos son posibilidades de proyección y ficcionalización, por ello tal vez más importante que la tradicional pregunta de: "¿Qué querés ser cuando seas grande?" sea más imperioso consultar: "¿A qué jugás?". Ángeles comenta que jugaba con las barbies y otros muñecos pequeños, pero, curiosamente, a los habitantes de su ficticia nación liliputiense les hacía piletas en la tierra para probar qué materiales resistían mejor a la infiltración. Fueron sus praxis rudimentarias y primigenias sobre la infiltración en el suelo y la porosidad de los plásticos. "Construía estructuras como refugios, con sillas, sillones y todos los muebles del departamento junto a mi hermanos. Pasábamos horas haciéndolos. Ya entre los 10 y 11 años, mi mamá nos regaló un juego de química para niños y eso fue un inicio a otro mundo", recuerda.

¿Qué proyectaba mientras jugaba? "Que era una mujer independiente, curiosa, expeditiva, decidida, temeraria, que vestía elegante y bonita como mis barbies. Sentía que aprendiendo más podía solucionar aquello que estaba enfermo, como las plantas, o reparar objetos rotos, o inventar otros con piezas recolectadas", rememora acerca de esta infancia pasada con su mamá, una hermana y dos hermanos, en un departamento del barrio Castañares, "la república de Castañares, siempre en el corazón", acota.

La transmisión de estereotipos proviene del hogar, y en el suyo también la apoyaron para aproximarse a la ciencia. Ángeles relata que su madre trabajaba junto a geólogos en la edición de una revista en la Universidad Nacional de Salta y la llevaba con ella a esas reuniones, en la que mataba el tiempo entre juegos de encastre y libros, rodeada de rocas, dinosaurios, viendo entrar y salir gente de laboratorios con delantales blancos. "También asistí a la guardería de la universidad, por lo que tengo una relación desde bebé con la vida universitaria, su dinámica, personajes, estructura, mística. Creo que todo niño y toda niña deberían poder vivenciar como propia la universidad, ya que es de todos", señala. Y suma que de su madre, quien aún trabaja en esa casa de altos estudios, valora que les haya inculcado la importancia de "crecer individualmente como personas y profesionales". "Una frase con la que nos levantaba de adolescentes: 'Tú puedes'... Aún me levanto en mi casa con su voz en mi cabeza diciéndome eso cada mañana, en especial los días laborales más difíciles", confiesa. Luego de una primaria en el Colegio Santa Rosa de Viterbo al secundario lo terminó en el Colegio Belgrano. "En la institución nos invitaban a realizar talleres extracurriculares en la tarde, pese a que no era de doble escolaridad, por lo que iba a los laboratorios de química y a todas las actividades físicas que pudiera asistir, desde los intercolegiales de atletismo hasta las artísticas. Surgió en ese momento mi despertar por las artes plásticas y la música. También pasaba las tardes en la biblioteca, leyendo autores de teatro, poesía y literatura. Me sentía Leonardo da Vinci en sus talleres del Renacimiento", afirma, divertida, mirándose en el polímata florentino, con quien comparte -salvando dimensiones espacio-temporales- las inquietudes por diversas materias científicas y humanísticas.

Ángeles se formó como ingeniera agrónoma en la UNSa y luego cursó la Maestría en Teledetección y Sistemas de Información Geográfica en la Universidad Nacional del Centro (Buenos Aires). Mientras se encuentra en su proceso de tesis, ahora cursa la maestría en Arte y Cultura de la UNSa.

"Siempre me interesó, es como el sueño de infancia, hacer un robot, programarlo y ver que haga lo que vos le pidas. La posibilidad de efectivizarlo se dio por un curso de capacitación docente en robótica educativa y así inició todo. Desde allí decidí inscribirme en la Maestría en Teledetección y SIG en la Universidad del Nacional del Centro de Buenos Aires, la cursé completamente y hoy estoy trabajando con mi tesis en drones aplicados en agricultura. A partir de ahí también empecé a ser llamada a jurado de competencias en robótica y actualmente soy socia fundadora de la Fundación Liga de Robótica Salta", comenta.

Actualmente es coordinadora de la carrera de Tecnicatura Superior en Gestión Ambiental por elección de sus colegas del IES N° 6040 de Vaqueros. Como profesora de danza trabaja en el Studio salta Danza y en la Escuela de Comedia Musical y Acrobacias Aéreas. La agenda de Ángeles daría vértigo a muchas personas, pero ella la desgrana con naturalidad.

Ángeles, estirando y tomándose una foto luego de clases de entrenamiento de ballet. 

"Entreno los cinco días de la semana, en las siestas o en la noche. Dos días a la semana gimnasia acrobática y tres veces danza clásica. También practico yoga en casa los fines de semana y tenemos paseos en las platabandas del barrio Ciudad del Milagro con sus perros rescatados de la calle Kyloren y Puma, y Lyana.

Puesta a evaluar los preconceptos con los que se cruzó en su vida profesional de un lado y del otro, dice guardar muchas anécdotas. "Algunas muy hirientes, sin embargo siempre mantuve firme mi decisión de transitar y sostener mis dos perfiles laborales. En el área del arte, alguna vez escuche a un bailarín decir: 'ella es ingeniera, no bailarina'. O de una madre de una niña de mis clases de danza, por qué no me dedicaba solamente a la ingeniería, con la cual ganaba más dinero que con el arte. En tanto que en el área de ingeniería, algunas personas sugieren que tengo un perfil muy expuesto, que no parezco seria en lo que hago. Una vez, me dijeron: '¿Y qué vas a hacer cuando te recibas? ¿Bailarás en medio de los maizales?'. Le respondí que sí y que haría un video y se lo mandaría", describe.

Ángeles es cosplayer y con esta caracterización causó sensación en un Star Wars Day.

Sobre si hay diferencias entre el hoy y el ayer en relación con el acceso de las mujeres a la educación, la capacitación y la investigación en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, dice: "Creo que hemos avanzado en el acceso a la educación, capacitación e investigación en esas áreas en la provincia. Tenemos muchas profesionales mujeres destacadas en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Tengo colegas postdoctorales, doctoradas, magíster y especialistas. Creo que el paso siguiente son los puestos jerárquicos en los diferentes institutos de investigación, agencias y empresas, porque su trayectoria, vocación y dedicación lo acreditan".

También se refiere "al precio a pagar" de alimentar dos vocaciones: la artística y la científica con el mismo brío. "Transitar estas dos vocaciones es un placer, soy una persona afortunada por poder realizarlo. Ambas requieren de dedicación para capacitarse, estudiar, crear, experimentar, lo que implica en ocasiones no tener tanta vida social y familiar. Con el tiempo encontrás el equilibrio; sin embargo, al principio es un tanto complejo", reflexiona.

Ángeles obtuvo el Premio Toyp 2021 "Diez jóvenes sobresalientes de la provincia de Salta" en la categoría Logros Culturales. Por ello, y otros méritos que quedaría demasiado extenso consignar en este reportaje, ella es autoridad para compartir con quienes quieran desarrollar dos vocaciones. ¿Se puede compatibilizar este desarrollo con una vida familiar y social completa también? "Siempre les digo a mis alumnos que traten de desarrollar lo que más aman, ya que eso crecerá y podrán dedicarle tiempo, dado que es lo que quieren. Se puede compatibilizar todo. Como dije, al principio es un tanto caótico, hasta que priorizás objetivos y generás proyectos con metas claras, para así dedicar tiempo a tu familia, amigos y seres queridos", concluye.

Lo primordial es alcanzar un equilibrio

La psicóloga Carina Salas, directora del Centro de Psicoterapias de Salta, señaló a El Tribuno que los profesionales bipasionales pueden experimentar una serie de dificultades emocionales, sociales y conductuales, debido a las tensiones y a la necesidad de satisfacer las demandas que surgen al equilibrar dos pasiones diferentes en su mundo. "Muchas veces se pueden presentar algunas situaciones vinculadas a un conflicto interno o a tratar de, inclusive en lo social, combinar ambas áreas, porque el grupo con el que participó en un área tal vez no es el mismo grupo que el de la otra. O la ansiedad y el estrés que me produce combinar ambas áreas, o la distribución del tiempo en función de las demandas o de mis necesidades, o cómo voy planificando la distribución del tiempo necesario para dar espacio a ambas áreas en mi vida", describió. Así, precisó que todo esto implica "un gran desafío de planificación, de organización, de claridad en las metas y, sobre todo, de tener una coherencia interna y poder aceptar ambas pasiones y la coexistencia de estas pasiones tiene que ver también con la construcción de la propia identidad".

Antes de ello, hay que reconocer que muchas veces los profesionales bipasionales lo son en función de haber adoptado una carrera que se esperaba de ellos y haberse arriesgado con una elección propia. "Muchas veces las elecciones están influidas por la transmisión, sobre todo transgeneracional o intergeneracional de los mandatos. Los mandatos están basados en lo que se espera de mí, entonces difícilmente voy a poder desarrollar o voy a poder desplegar las mejores áreas que tienen que ver con mi identidad y construir una identidad saludable si mis elecciones están teñidas por los mandatos y uno sabe que los mandatos se construyen a lo largo de la historia en las experiencias interpersonales y en este sentido el lugar donde por excelencia se construyen es el hogar, puntualizó.

En las organizaciones

Por último, consultada con respecto a si los profesionales bipasionales son valiosos para una organización que los contrate expresó: "En la medida que el profesional pueda tener un desarrollo equilibrado y armónico de estas pasiones, es absolutamente rica su participación, ya que aporta una novedad en la perspectiva, posibilita y promueve cambios sociales que van a enriquecer a todos en una organización, en donde se instala el aprendizaje de la validación y del desarrollo de algunos valores, tales como el coraje para poder llevar adelante los proyectos y las metas, la resiliencia, la claridad para poder tener propósitos y metas a desarrollar a lo largo de la vida, la inspiración para otros profesionales, para los diferentes miembros de las organizaciones y la inspiración también para la promoción de una sociedad sin estereotipos, estereotipos basados en las profesiones, en el género, en la edad, o en cualquier otro que la sociedad construya".

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