El grupo de teatro independiente El Altillo repone "Juana Azurduy. Una revolución inconclusa" este jueves, a las 21, en la Casa de la Cultura, Caseros 460, dentro del ciclo Jueves de Teatro. Lejos del estereotipo del relato épico, el unipersonal se adentra en la gran humanidad de la teniente coronela. Se presentó con gran éxito en escenarios del país y fue invitada al teatro del Espacio Cultural Marcó del Pont de Capital Federal. Escrita por Violeta Herrero, la obra es interpretada Marisa Ruiz con la dirección de Mario Cura.
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El grupo de teatro independiente El Altillo repone "Juana Azurduy. Una revolución inconclusa" este jueves, a las 21, en la Casa de la Cultura, Caseros 460, dentro del ciclo Jueves de Teatro. Lejos del estereotipo del relato épico, el unipersonal se adentra en la gran humanidad de la teniente coronela. Se presentó con gran éxito en escenarios del país y fue invitada al teatro del Espacio Cultural Marcó del Pont de Capital Federal. Escrita por Violeta Herrero, la obra es interpretada Marisa Ruiz con la dirección de Mario Cura.
"Es un unipersonal sobre Juana Azurduy de Padilla en sus 80 años. Recordando todo lo vivido con dolor, con alegría, va descubriendo un montón de situaciones que no están en los libros... Es desgarrante, descarnado porque nos muestra cuánto ha sufrido Juana", dijo Marisa Ruiz en contacto con El Tribuno, y sumó: "Murieron sus cuatro hijos en la lucha, su marido fue asesinado y murió su terrateniente y todo lo que tenía lo perdió y llegó a su vejez completamente sola y pobre. Bolívar le había dado una pensión, pero luego se la quitaron. Muere en Chuquisaca, Sucre, sola". La actriz, profesora y, sobre todo, mujer de un teatro vital compartió en una charla amena sus impresiones sobre la obra, su trabajo y el teatro.
¿Qué significa para vos componer a una mujer así?
Tiene mucho que ver con la historia de su sufrimiento. Cuando empecé a hacer esta obra, a descubrir la obra, estaba transcurriendo mi rehabilitación después de un ACV y estaba completamente discapacitada. Me ofrecieron el papel y yo decía "están locos, cómo se les ocurre semejante cosa si yo no podía moverme". Y fue una sentencia de buenas voluntades y también parte de la mía, que me hizo poner de pie y salir adelante con esta Juana, tan, tan importante para mi vida y que siempre se hace presente con diferentes signos...
Grupo Teatral El Altillo repone "Juana Azurduy. Una revolución inconclusa" hoy, a las 21, en la sala Mecano de la Casa de la Cultura, Caseros 460. Entrada general $1.500, en boletería.
¿Hiciste muchas funciones con Juana Azurduy?
Con esta obra paseé por casi todas las provincias argentinas, tuve la suerte de estar en un teatrito chiquito de Flores, en Buenos Aires, y de repente vino uno de los mejores críticos de teatro de la Argentina, vio mi obra, mi representación y quedó fascinado y luego de unos meses me llevó a la calle Corrientes de Buenos Aires. Era Jorge Dubatti. Estaba cuidándolo a su suegro que estaba enfermo y, por hacer tiempo, me fue a ver... fue una causalidad divina. Fue a verme y cuando vio el espectáculo quedó maravillado y nos convocó para que sigamos presentándola en varios lugares. En el Centro Cultural de la Cooperación, en el Conti, donde era la ESMA, y es todo simbólico, como te decía, no pasan las cosas porque sí. Fui ayudada porque por delante mío y detrás mío está Juana, conduciéndome y ayudándome.
Contame cómo fue lo de Dubatti...
En el Marcó del Pont estábamos dándola un domingo... te cuento la anécdota. Se sentó en primera fila y yo veía que escribía y digo "la pucha este hombre, no me da bolilla". No sabía quién era... cuando me lo dijo tampoco lo sabía (risas). "Jorge Dubatti", me dice, y yo estaba muerta de odio, con mucho sentimiento y le digo "no disfrutaste de la obra"... Y se mata de risa, y me dice: "Sí, la disfruté tanto, tanto que te espero mañana para hacerte un reportaje y te convoco al Centro Cultural de la Cooperación"... Y estaba tan entusiasmado, y yo por dentro me decía "quién será este tipo". Te juro que fue así… la inocencia mía, la pueblerina que no sabía quién era. Después, por supuesto, cuando me dijeron quién era Jorge Dubatti en teatro, obviamente sí lo reconocí por todas las críticas que hizo, los libros que escribió...
¿Cómo se sostiene la tensión en un unipersonal?
Bueno, estoy haciendo teatro desde el 85, soy directora y profesora de Teatro tanto tiempo y, sin embargo, no te voy a discutir que me muero de espanto y siempre pienso que me voy a olvidar la letra, como una primeriza, como la primera vez. Pero transcurro con una tranquilidad arriba del escenario; cuando se prenden las luces, me dejo llevar por el texto y te juro que brota, brota, nace la emoción que tiene esta obra y eso hace que la respete y pueda hacerla como la autora la describió.
La pieza es de Violeta Herrero y Mario Cura hace la puesta...
Y soy la actriz que encarna a Juana. Mario la dirigió hace mucho tiempo. Ya no está en Salta, vive en Buenos Aires. Pero respeto su puesta, algunas cosas han cambiado, él ha sido el primer director y así debe ser. Y este mensaje quizás sea para los jóvenes que dicen "ya no me dirige porque no está presente, porque me cambié de grupo"... no. Yo respeto la puesta.
"Yo siento que vivo teatro; desde que me despierto, respiro teatro... No me imagino haciendo otra cosa de mi vida que hacer teatro...".
¿Hace cuánto hiciste por primera vez la obra?
Hace más de 10 años, no me acuerdo exactamente. Y la dejé de hacer por mucho tiempo… y ahora vengo con todo.
¿Cómo fue la experiencia en el Haroldo Conti?
Fue hace algunos años y por las ganas que tenía la gente de Buenos Aires de que la presentemos. Fue toda una experiencia alucinante estar en ese lugar, fue muy shockeante. Y tuve la suerte que me vio el director de cine Emilio Cartoy Díaz y me llamó para ser parte de un homenaje a las Madres de Plaza de Mayo, filmaron fragmentos de "Juana Azurduy"... hay algo en YouTube. Y también me invitaron a la Feria del Libro para hacer la puesta. No te puedo enumerar la cantidad de lugares a los que fui con Juanita.
¿Cómo son los viajes? Te imagino con una valija... ¿cómo es el proceso de llegar a un lugar para presentar la obra?
Voy con mi valijita, mi bolsón lleno de ilusiones. Con mis elementos -que no te voy a decir cuáles (risas)-, con mi música. Bueno, el palo de agua -sí te lo digo- porque el palo de agua forma parte del espectáculo y se transforma en distintas cosas, con arena, con tierra... Tiene mucho que ver con la tierra que Juana defendió a capa y espada para que tengamos la libertad.
¿Cuánto tiempo tiene El Altillo como grupo?
Yo considero del 85 para adelante... un montón de años. Han pasado muchas personas por el grupo y en casi todas -no te digo todas- dejé un lindo recuerdo. Soy directora del grupo hace muchos años, y ellos también dejaron muchísimo afecto para conmigo.
¿Qué es el teatro para vos?
Yo siento que vivo teatro: desde que me despierto, respiro teatro... No me imagino haciendo otra cosa de mi vida que hacer teatro porque desde chica, en actos escolares, después formando grupos de teatro... Y todo comenzó a los 5 años, desde entonces comenzó todo esto, haciendo obras, obviamente, en grupos... Como actriz, para mí es un disfrute total, total, como te vuelvo a repetir: vivo y respiro teatro.
¿Proyectos?
Tenemos un año lindo. El 14 de julio estrenamos "Eva tes". Es una comedia pura para matarse de risa, con contenido, obviamente, y para disfrutar y para pasarla súper bien con esta Eva, que es una delicia, una capocómica, una compañera, con un elenco, ¿no? pero ella es la protagonista y la rompe, será el 14 y el 15 en el Auditórium. Dirijo la pieza y están Carlos Arce, Carlitos Fernández, Rita Larrosa y Susana Traverso, y la protagonista es Orietta Aid. Y después el 21 "Cómo si pasara un tren", allí vuelvo a ponerme en el papel de Susana. Estamos con Rita Victoria Larrosa, Andres De La Rocha. Es una comedia dramática, una obra que trata sobre una madre y la relación que tiene con un hijo discapacitado, y la sobreprotección... Y llega a esta casa una sobrina, a romper un poco, a hacer descubrir a Susana que está equivocada, que no es la manera de llegar a su hijo, que ella siente que es como todos, pero hay momentos que no es verdad, es un chico con problemas y, lógico, no quiere reconocerlo. La obra tiene tintes de humor... y es para pensar.