En medio de los imponentes cerros de la Puna la familia Martínez Sangüezo sufre el atropello y la vulnerabilidad debido a que no se escuchan sus reclamos. Viven en el paraje La Bomba, a unos 120 kilómetros de Salta capital y a unos 20 kilómetros de la ruta nacional 51. Sufren la falta de agua, la prepotencia y el aislamiento. Esta región, por donde solía pasar la antigua traza del camino internacional hacia Chile, quedó marginada cuando se pavimentó el nuevo recorrido de la 51. La Bomba tenía agua, y además un puesto, por donde pasaban todos los que emprendían viaje a la Puna, y particularmente a San Antonio de los Cobres.
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En medio de los imponentes cerros de la Puna la familia Martínez Sangüezo sufre el atropello y la vulnerabilidad debido a que no se escuchan sus reclamos. Viven en el paraje La Bomba, a unos 120 kilómetros de Salta capital y a unos 20 kilómetros de la ruta nacional 51. Sufren la falta de agua, la prepotencia y el aislamiento. Esta región, por donde solía pasar la antigua traza del camino internacional hacia Chile, quedó marginada cuando se pavimentó el nuevo recorrido de la 51. La Bomba tenía agua, y además un puesto, por donde pasaban todos los que emprendían viaje a la Puna, y particularmente a San Antonio de los Cobres.
Allí había mucha agua salida de vertientes y vegas en medio de los cerros. Pero con el tiempo las vertientes se secaron y solo quedaron unas vegas ubicadas a 5 metros de altura, a unas dos horas de caminata desde su casa. Francisco Martínez y su mujer Estela Sanguezo tienen cinco hijos y padecen toda una situación de marginalidad.
Hace poco, empresas de comunicación usaron uno de sus cerros para instalar diez antenas de telefonía celular sin pedir permiso a esta familia compuesta por varios otros primos herederos de estas tierras. Solo una empresa, ante el reclamo de Francisco y su mujer, les brindó wifi para que tuvieran comunicación celular. Pero en el puesto no hay luz. Por lo tanto, el hombre y su mujer tuvieron que instalar a su costo una pantalla solar para tener energía unas horas al día.
El paraje está ubicado en el límite de los departamentos Rosario de Lerma y La Poma. Por allí pasa la vieja ruta 51, solo utilizada para el tiempo del Milagro por los peregrinos de San Antonio de lo Cobres.
"Un día vinieron y se instalaron allá arriba en el cerro justo donde sale una vega, la única que nos da agua para subsistir. Entonces, junto a mis primos reclamamos, pero no hubo caso. Los técnicos que vinieron al cerro a poner estas antenas me dijeron que tenían autorización de ENACOM y que ellos podían meterse en los cerros que quisieran", contó Estela.
La señora viajó a Salta y se puso en contacto con quien pudo para saber sobre estas antenas. Fue a ENACOM y le dijeron que ellos no autorizaron a instalar antenas en propiedades privadas. Y también fue a una de estas empresas con sede en Salta capital, donde la respuesta fue tajante: "No sabemos nada".
Francisco dice: "Solo una empresa reconoció que nos deberían ayudar por ocupar los cerros y nos ofreció instalarnos wifi para comunicarnos por celular. El resto de las empresas vinieron y se apoderaron del cerro. Para peor, justo donde ellos están, la vega de agua nace. Estamos preocupados porque nos dijeron que van a cercar el perímetro que nos ocuparon. No entendemos nada", reflexionó con pesadumbre Francisco.
Las tierras son de la familia de su mujer. Son áridas y sufren mucho debido a la falta de agua. En verano las lluvias son muy fuertes y terminan rompiendo todo, y luego se consumen en la aridez de la zona. La familia solo quiere traer agua con mangueras de plástico desde la vega de agua hasta cerca de su casa para poder plantar y darle agua a sus animales. Han hecho tantos trámites en tantas oficinas que jamás fueron escuchados, y ahora deben soportar la prepotencia de estas empresas.
Los Martínez Sangüezo contaron a El Tribuno, en el mismo puesto de La Bomba, que deben salir a changuear para poder subsistir. La mujer queda sola con los hijos mientras el marido hace oficios diferentes en Quijano y Rosario de Lerma para poder mantenerse económicamente. Y un dato más, el viejo camino de este paraje solo se mantiene en épocas del Milagro, el resto del año no va nadie por esos parajes.