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En la actualidad, a pesar de los cambios generaciones, los rituales siguen desempeñando un papel esencial en la vida de las personas. Estas prácticas, arraigadas en la tradición y la cultura, son una parte importante del patrimonio humano que merece ser explorada y valorada. El primer domingo de cada mes es la fecha ideal para hacer el ritual de la sal y así traer abundancia a la vida.
La sal es uno de los recursos naturales más abundantes. En la antigüedad era un elemento por demás codiciado gracias a su capacidad de conservación de alimentos y una moneda de trueque muy común, además del uso como condimento que le damos actualmente.
Por la misma razón se volvió un elemento muy empleado en rituales. En el mundo esotérico se lo considera un mineral muy poderoso, canalizador de energías. Incluso hoy, muchas personas que no creen en el poder de los rituales apoyan la sal sobre la mesa antes de dársela en la mano a otro o se tiran un poco por encima del hombro cuando la derraman.
Para activar la abundancia entonces se precisan estos ingredientes: un vaso de vidrio transparente (que no se use para beber), sal y agua.
Cómo se hace
- Colocá un poco de sal en el vaso. Si llenás un tercio de este es suficiente. Hay quienes dicen que debe ser sal gruesa, otros fina. Lo cierto es que se puede realizar con ambas y de igual forma funciona.
- Llená el vaso con agua, pero no hasta el tope.
- Esperá una hora dejando el vaso en reposo.
- Luego de haber transcurrido una hora, lavate las manos con la sal y el agua repitiendo la siguiente frase: "La sal es protectora y ella me ayudará a que la abundancia jamás falté en mi vida". Repetí la frase varias veces con mucha intención y fe mientras te refregás las manos.
- Lo ideal es que el agua vuelve a la tierra, por lo que el ritual se debe hacer sobre el jardín o patio, para que el agua caiga sobre el pasto o las macetas. Si no tenés jardín, lo podés tirar en la bacha de la cocina, ya que, de igual forma, funciona. Lo importante no son los detalles, sino la intención.
- Secá tus manos aplaudiendo, hacer ruido es como hacer sonar las campanas y aprovechar sus vibraciones. Cuando tus manos estén secas, continuá tu día con normalidad y con la certeza de que lo mejor está por llegar con el poder del ritual de la sal para atraer la abundancia.
Además, hay que recordar que se puede hacer a cualquier hora del día, en la casa propia o donde se esté en determinado momento. También que debés tener mucha confianza durante todo el proceso, si esperás que el ritual funcione.