La plaza Serapio Gallegos de Cerrillos se transformó este domingo en un verdadero templo del automovilismo. Cerca de un centenar de vehículos modificados, provenientes de diversas partes de la provincia, se dieron cita en una exposición que reunió a amantes de los fierros de todas las edades.
Desde pasado el mediodía, los fanáticos comenzaron a poblar el corazón de la localidad con modelos emblemáticos de marcas como Ford, Fiat, Renault, Suzuki, Peugeot, VW, Chevrolet, Audi y Mercedes Benz. Los autos no solo se destacaron por sus líneas estilizadas y colores llamativos, sino también por su conservación y detalles únicos: motores preparados para la máxima potencia y sistemas de sonido que convirtieron la jornada en una auténtica fiesta de decibeles.
La muestra, organizada por el club Made in Salta, no solo ofreció un espectáculo visual y auditivo de alto nivel, sino que también reforzó el espíritu de camaradería entre los miembros de la comunidad automovilística. "Este tipo de encuentros son más que exhibiciones; son momentos para compartir experiencias, conocimientos y, sobre todo, la pasión por los autos", expresaron desde la organización.
El evento contó con la presencia de veteranos referentes del automovilismo local, entre ellos figuras como “Mingo” Martín, Alberto “Chueco” Berruezo, el Gringo Rada y Hugo Rottigni. Estos íconos locales, con décadas de historia en la Vuelta de los Valles, cafeteras y carreras de obstáculos, no escatimaron en charlas y anécdotas con los más jóvenes.
Además del aspecto recreativo, la exposición dejó un impacto positivo en la economía local. Los comerciantes de la zona destacaron el movimiento que generó el evento, con cientos de asistentes que aprovecharon para disfrutar de adquirir productos en los alrededores.
“Este es un espacio donde Cerrillos se posiciona como un lugar de encuentro para los apasionados del automovilismo”, señalaron desde el área de Turismo, impulsora del evento.
La jornada cerró con el rugir de los motores y el brillo de las carrocerías bajo el sol, en una muestra de que la pasión por los autos no tiene fronteras ni generaciones. Sin duda, Cerrillos se consagró, una vez más, como escenario de una tradición que sigue creciendo en Salta.