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El Día Mundial del Perro celebra la relación especial entre los humanos y sus fieles compañeros caninos. Esta jornada, que se conmemora el 21 de julio de cada año desde 2004, honra la lealtad y el amor incondicional que los perros ofrecen, además de destacar la importancia de la responsabilidad hacia su bienestar.
Más allá de ser una celebración de los perros como parte integral del núcleo familiar, la efeméride busca sensibilizar sobre los problemas que enfrentan muchos caninos en todo el mundo, desde el abandono hasta el maltrato. Es una oportunidad para promover la adopción responsable, el cuidado adecuado de las mascotas y concientizar sobre la importancia de la esterilización y la vacunación.
Al explorar el mundo canino, existen una diversidad fascinante de razas que destacan por su inteligencia excepcional y su capacidad como compañeros leales. Algunas poseen una aguda habilidad de aprendizaje y resolución de problemas, y otras son mayormente conocidas por su devoción hacia sus tutores. Es importante aclarar, afirman los expertos, que los factores externos, como el tipo de crianza y las condiciones en las que viven, van a influir en el carácter canino en mayor medida que su genética.
El médico veterinario Juan Enrique Romero comentó que “como primera medida hay que diferenciar que ninguna de las características de las especies gregarias, entre ellas el perro, es 100% genética. Por lo tanto, las características genéticas de comportamiento, en este caso el compañerismo, solo responde en un 20% a lo que trae el bagaje genético del animal. Lo más importante en un perro es la crianza”.
Con respecto a esto, el doctor Romero destacó que es esencial la inhibición de la mordida, comportamiento que los cachorros aprenden a regular al estar con sus hermanos y su madre en sus primeros 60 días de vida.
Esto les ayuda a adaptar su conducta al momento del juego. Otro de los aspectos fundamentales para el compañerismo es la sociabilización que se le da al perro en sus primeros 4 meses, que es la etapa denominada como troquelado o “imprinting”. Además, estos perros aceptan al humano como líder de la manada y dependen de sus tutores casi al 100%.