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En el marco de un ciclo dedicado a terapias alternativas y bienestar integral, el arquitecto Ignacio Pancetti compartió su experiencia como lector de registros akáshicos y brindó una explicación sobre esta práctica que cada vez suma más consultas, especialmente entre personas que buscan respuestas a conflictos emocionales, bloqueos personales o situaciones repetitivas en sus vidas.
Según explicó, los registros akáshicos son una especie de memoria energética donde queda registrada toda la información del recorrido del alma a lo largo de sus diferentes experiencias de vida. El término surge de la combinación de la palabra registro, en referencia a lo que queda plasmado, y akasha, una voz de origen sánscrito que alude al éter o vacío que contiene toda la existencia. En ese plano, sostiene, se almacena la energía desde la primera emanación hasta la reintegración final al todo.
Pancetti, quien durante años ejerció su profesión como arquitecto, relató que su acercamiento a este ámbito se dio a partir de vivencias personales desde la infancia, vinculadas a percepciones anticipadas, intuiciones intensas y recepción de información no convencional al entrar en contacto con otras personas. Con el tiempo, afirmó, ese proceso lo llevó a formarse en lectura de registros, primero para sí mismo y luego para acompañar a terceros.
De acuerdo con su testimonio, las personas suelen acercarse por curiosidad o por la necesidad de comprender situaciones que se repiten en su vida, desde dificultades vinculares, problemas económicos, miedos sin causa aparente o sensaciones de angustia en determinados lugares. En esos casos, explicó, se formulan preguntas específicas que permiten acceder a mensajes atribuidos a guías espirituales, con el objetivo de obtener orientación sobre el presente o posibles caminos a futuro.
En relación al proceso de lectura, detalló que las respuestas pueden manifestarse a través de imágenes breves, sensaciones o palabras, como si se tratara de escenas condensadas que luego se interpretan. Además, señaló que el trabajo se basa en la concepción de que todo es energía y que tanto las experiencias vividas como los vínculos cotidianos dejan una huella vibracional que influye en el comportamiento actual.
Pancetti también abordó los límites de esta práctica. Indicó que no se recomienda realizar lecturas a personas con alteraciones psíquicas severas ni a mujeres embarazadas, ya que en ese caso interactúan dos campos energéticos. Asimismo, subrayó que quienes acceden a una sesión deben ser mayores de edad y estar en condiciones de comprender y decidir con claridad.
Las sesiones, explicó, pueden realizarse de manera presencial, online o mediante preguntas escritas que luego son canalizadas. En algunos casos, las respuestas se entregan en forma de textos o incluso dibujos simbólicos que surgen durante la conexión. Según su visión, los mensajes no buscan predecir el futuro de manera cerrada, sino ofrecer herramientas para tomar decisiones desde el libre albedrío.
Finalmente, sostuvo que este tipo de prácticas, antes relegadas o estigmatizadas, hoy comienzan a tener mayor visibilidad en un contexto donde muchas personas buscan respuestas más allá de los enfoques tradicionales, especialmente frente a crisis personales, emocionales o existenciales.