inicia sesión o regístrate.
Cada 3 de diciembre, Argentina rinde homenaje a quienes sostienen el sistema de salud desde la atención cotidiana hasta la investigación científica. Es una jornada que invita a reconocer a los equipos médicos del país, pero también a recordar a las figuras que marcaron un antes y un después en la historia sanitaria argentina.
La fecha fue instituida en honor al nacimiento del médico cubano Carlos Juan Finlay Barrés, cuya investigación sobre la transmisión de la fiebre amarilla por el mosquito Aedes aegypti revolucionó la salud pública en toda América Latina. Su aporte fue reconocido por la Organización Panamericana de la Salud en 1953, que impulsó la conmemoración regional.
Un homenaje que en Argentina tiene nombres propios
Si bien la efeméride está vinculada a Finlay, en Argentina el Día del Médico también se resignifica a través de las trayectorias de profesionales que dejaron un sello imborrable.
El ejemplo más emblemático es René Favaloro, creador del bypass coronario y referente internacional en cirugía cardiovascular. Su aporte transformó la cardiología moderna y abrió puertas a tratamientos que hoy salvan miles de vidas. Pero su legado trasciende la técnica: Favaloro defendió la medicina al servicio de lo público, de la educación y del acceso universal.
Otra figura fundamental es Cecilia Grierson, la primera médica argentina, pionera en la formación de enfermeras y en la lucha por la igualdad educativa en el ámbito científico. Su trabajo abrió caminos para generaciones enteras de profesionales mujeres.
También destaca Salvador Mazza, el investigador que dedicó su vida a estudiar enfermedades endémicas como el mal de Chagas. Desde laboratorios improvisados y campañas itinerantes, llevó la ciencia a zonas rurales y puso en agenda un problema sanitario que durante décadas había sido ignorado.
Ellos representan una tradición de excelencia que se construyó tanto en hospitales públicos como en universidades, centros de investigación y pequeñas salas rurales, muchas veces con recursos limitados pero con un compromiso inquebrantable hacia la salud pública.
Por qué se celebra el 3 de diciembre
La elección de la fecha responde al natalicio de Carlos Juan Finlay, nacido el 3 de diciembre de 1833 en La Habana. Fue él quien, tras años de investigaciones y rechazo inicial de la comunidad científica, logró demostrar que la fiebre amarilla se transmitía a través del mosquito Aedes aegypti. Su teoría, comprobada recién nueve años después, permitió diseñar campañas sanitarias que salvaron miles de vidas en países como Brasil y Argentina, especialmente en Buenos Aires tras la epidemia de 1871.
Finlay murió en 1915, pero su aporte se convirtió en un pilar de la salud pública continental.
Una fecha compartida en la región
El Día del Médico también se celebra el 3 de diciembre en Cuba, México, Paraguay, Ecuador y Perú, que adoptaron la recomendación de la OPS. Otros países mantienen fechas propias, pero todos coinciden en la necesidad de reconocer la tarea médica y poner en agenda las condiciones de trabajo del sector.
En Argentina, el homenaje convoca a mirar hacia quienes hicieron historia y hacia quienes hoy sostienen consultorios, quirófanos, guardias y centros de salud en cada rincón del país. Es una fecha para agradecer, pero también para subrayar la importancia de fortalecer un sistema sanitario que, una y otra vez, demuestra la calidad de sus profesionales.