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18 de Septiembre,  Salta, Centro, Argentina
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Estudio argentino confirma que el Omega-3 farmacéutico mejora la presión arterial

Un ensayo clínico multicéntrico realizado en el país demostró que la suplementación diaria con 2 gramos de ácidos grasos de alta pureza redujo la inflamación crónica, la presión arterial y la rigidez vascular en apenas 12 semanas en personas con hipertensión y colesterol elevado, sin efectos adversos.
Jueves, 18 de septiembre de 2025 08:52
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Un ensayo clínico pionero denominado OMECARDIO, realizado por científicos argentinos, confirmó que los ácidos grasos omega-3 de grado farmacéutico pueden ser una herramienta clave para el tratamiento complementario de la hipertensión arterial y la inflamación crónica, dos de los principales desafíos para la salud cardiovascular.

El estudio fue conducido por investigadores del Centro Médico Santa María de la Salud, el Hospital Universitario Austral y el Instituto BIOMED (UCA-CONICET), bajo estrictos estándares éticos y regulatorios aprobados por la ANMAT y un comité ético acreditado por el Ministerio de Salud de la Nación. Los resultados fueron presentados en prestigiosos congresos científicos internacionales y nacionales.

Se trató de un ensayo randomizado, doble ciego y controlado con placebo en el que participaron 130 voluntarios adultos con hipertensión y dislipidemia (colesterol elevado), todos bajo tratamiento médico estable. A cada participante se le asignó de forma aleatoria un placebo o dos cápsulas diarias con 1 gramo de ácidos grasos omega-3 de alta pureza (EPA y DHA en proporción 1,2:1). La dosis diaria utilizada, equivalente a 1.600 mg de EPA y DHA, es similar a consumir 150 gramos de salmón salvaje por día, un objetivo difícil de alcanzar solo con la dieta.

Las evaluaciones se realizaron al inicio y al final de las 12 semanas de intervención, incluyendo monitoreo ambulatorio de la presión arterial durante 24 horas (presirometría), presión aórtica central, rigidez vascular, velocidad de onda de pulso carotídeo-femoral y biomarcadores de inflamación en sangre.

Resultados concretos

Las conclusiones del estudio OMECARDIO mostraron que los participantes del grupo tratado con omega-3 experimentaron:

  • Una reducción promedio de 6,9 mmHg en la presión sistólica ambulatoria de 24 horas frente al grupo placebo (cercana al 6%).

  • Una disminución de 6,6 mmHg en la presión arterial central.

  • Una baja de 0,76 m/s en la velocidad de onda de pulso carotídeo-femoral, indicador clave de rigidez arterial, lo que equivale a una mejora del 10% en la elasticidad de las arterias.

Este cambio, interpretado como un rejuvenecimiento vascular en apenas tres meses, cobra relevancia en un contexto en el que estudios previos muestran que muchas personas de entre 20 y 40 años ya tienen una edad arterial diez años superior a la cronológica.

La disminución de la inflamación crónica también quedó demostrada en otros marcadores de laboratorio. Los pacientes mantenían niveles de colesterol y triglicéridos controlados por sus medicaciones habituales, de modo que no se registraron cambios significativos en ese aspecto.

El tratamiento fue bien tolerado: solo uno de los cien voluntarios reportó náuseas y debió suspender el suplemento; no se presentaron complicaciones relevantes, un dato crucial para quienes evalúan incorporar esta estrategia en la práctica clínica.

Voces de los especialistas

Los hallazgos sugieren que la incorporación de omega-3 junto a la medicación habitual de la hipertensión y dislipemia podría ser una estrategia efectiva para colaborar en la reducción del riesgo cardiovascular y mejorar la calidad de vida de los pacientes”, explicó la doctora Carol Kotliar, investigadora principal del estudio y directora del Centro Médico Santa María de la Salud.

En tanto, el doctor Sebastián Obregón, jefe de la Sección de Hipertensión del Hospital Universitario Austral, destacó: “No solo se hizo el control en el consultorio, sino que agregamos y les pusimos a los pacientes un monitoreo ambulatorio de presión de 24 horas, conocido como presirometría, con muy buenos resultados”.

La presentación de los doctores Kotliar y Obregón estuvo a cargo del médico nefrólogo y comunicador científico Claudio Zin, quien subrayó que “este estudio apunta a bajar la inflamación en el cuerpo mediante la ingesta suplementaria de omega-3” y recordó que la inflamación es un factor presente en patologías como cáncer, artritis reumatoidea, osteoartritis y enfermedades intestinales.

Medicina de precisión y acceso

Los investigadores recalcaron que el omega-3 no sustituye el tratamiento farmacológico, sino que se suma como estrategia complementaria. La hipótesis de reducir las dosis de antihipertensivos mediante su uso prolongado se mantiene abierta pero requiere más investigación. También remarcaron que las recomendaciones varían según el nivel de riesgo: para personas con antecedentes de infarto o ACV se sugieren 4 gramos diarios, mientras que para individuos sin eventos previos pero con riesgo moderado o alto, la dosis ideal se sitúa entre 2 y 3 gramos.

Para los autores, la suplementación con omega-3 representa una herramienta de medicina de precisión frente a factores de riesgo como sobrepeso, sedentarismo o triglicéridos altos, más que un suplemento universal. El desafío será garantizar el acceso a formulaciones de alta pureza y promover estudios de seguimiento a largo plazo para evaluar si los beneficios se mantienen en el tiempo.

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