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Luego de los lamentables hechos de violencia ocurridos durante el partido entre Independiente y la Universidad de Chile por los octavos de final de la Copa Sudamericana, la Conmebol se encuentra recabando las pruebas para sancionar a ambos clubes. La dirigencia del rojo planea volver a Paraguay para presentarlas personalmente.
El ente rector del fútbol sudamericano estableció mañana miércoles como día límite para presentar todo el material y desde el Rey de Copas solicitaron extender el plazo hasta el viernes. Comandados por el presidente Néstor Grindetti, volverá a viajar a Luque la misma comitiva que se trasladó el jueves pasado a "defender los intereses del club".
En aquella reunión con las autoridades de Conmebol, la dirigencia de Independiente planteó dividir lo que sucedió en dos: lo que pasó antes de la suspensión (que se la atribuyen a los disturbios ocasionados por los hinchas de la U) y lo que ocurrió después, que incluye el linchamiento por parte de los barras a los pocos chilenos que quedaban en el sector visitante.
La Tribuna Sur alta, la que ocuparon los simpatizantes de la U, quedó completamente destrozada tras el partido. Baños rotos, escombros, butacas, fierros y manchas de sangre por todas partes se veían en las imágenes del día después.
Independiente se hizo cargo de la reparación, que ya está consumada, pero le pedirá a la dirigencia de Universidad de Chile que se haga cargo de los gastos por los disturbios ocasionados por sus hinchas. El rojo regresó a trabar a la espera de lo que pasará con su continuidad en la Sudamericana.