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El actor estadounidense Michael Madsen, reconocido mundialmente por sus interpretaciones en películas de Quentin Tarantino como Perros de la calle y Kill Bill, murió este jueves 3 de julio a los 67 años, según confirmó su representante a Variety. La causa del fallecimiento fue un paro cardíaco ocurrido por la mañana en Los Ángeles.
Con una presencia imponente y una carrera marcada por personajes intensos y complejos, Madsen supo convertirse en un rostro inconfundible del cine de los años 90 y 2000. Su salto a la fama llegó en 1992 con Perros de la calle, donde interpretó al Sr. Rubio (Vic Vega), un gánster impredecible y violento cuya escena con una oreja y una navaja quedó grabada en la memoria del público.
Tarantino quiso volver a contar con él para Pulp Fiction (1994), pero Madsen debió rechazar el papel por conflictos de agenda. A pesar de eso, el vínculo profesional entre ambos no se quebró y años más tarde lo convocó para Kill Bill Vol. 1 y 2, en el rol de Budd, el hermano desalineado y letal de Bill. Su actuación fue aclamada por la crítica y reconfirmó su lugar en el universo tarantinesco.
Nacido el 25 de septiembre de 1958 en Chicago, Illinois, Madsen creció en el seno de una familia de clase trabajadora: su padre era bombero y su madre, escritora. Tanto él como su hermana Virginia Madsen eligieron el camino de la actuación, y Michael forjó una carrera sólida con más de un centenar de créditos en cine y televisión.
Sin embargo, su vida personal estuvo lejos de ser tranquila. Casado en tres oportunidades, su vínculo más prolongado fue con la modelo DeAnna Madsen, con quien compartió 28 años de matrimonio y seis hijos. Pero el drama golpeó con fuerza en 2022, cuando Hudson, uno de sus hijos, se quitó la vida a los 26 años tras haber prestado servicio en el ejército estadounidense. Madsen responsabilizó públicamente a su exesposa por la tragedia, acusándola de negligencia y alcoholismo.
A raíz de ese episodio, la relación entre ambos derivó en denuncias cruzadas por violencia doméstica. DeAnna afirmó que fue víctima de una "relación abusiva y tóxica", mientras que Madsen, con antecedentes de arrestos por violencia menor y conducción bajo los efectos del alcohol, enfrentó nuevas acusaciones. Aunque en todos los casos eludió condenas firmes, la controversia manchó sus últimos años.
También tuvo incidentes previos con la ley. En 2012 fue detenido tras una pelea con uno de sus hijos adolescentes y en 2016 fue arrestado por conducir ebrio. Estas situaciones alimentaron una imagen pública tan intensa como sus personajes cinematográficos.
A pesar de los escándalos, Michael Madsen deja una huella imborrable en la historia del cine, sobre todo por sus colaboraciones con Tarantino, su estilo crudo y su voz inconfundible.