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5 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Dolor en el folclore: murió Federico Córdoba, histórico integrante de Las Voces de Orán

Leyenda del folclore nacional y maestro de cantores, el folclorista tenía 73 años y estaba bajo tratamiento médico. Fundó a fines de los 60 Las Voces de Orán junto a Roberto Franco y Martín Zalazar, ícono de la música popular argentina.
Viernes, 04 de julio de 2025 11:56
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El mundo del folclore está de luto. Este viernes falleció Federico Córdoba, referente del cancionero popular desde los 70, cuando fundó con Roberto "Ucucha" Franco y Martín "Pitín" Salazar Las Voces de Orán, un conjunto legendario que desde su ciudad natal se proyectó a todo el mundo con su música, poblada por vidas y paisajes del norte salteño.

Con 73 años, Federico seguía en actividad. Hace una semana, el 27 de junio, el conjunto anunciaba en sus redes que el cantor se encontraba atravesando un tratamiento médico, por lo que se alejaba de los escenarios. Y también informaba que "los nuevos temas de Las Voces de Orán", celebrando "¡Más de 50 años con ustedes!", ya estaban disponibles en plataformas, dando cuenta del compromiso de los cantores con su público.

Seis días después, por medios de sus historias, confirmaron la muerte del cantor, que en pocos días cumpliría los 74 años. "No hay palabras para este momento, más que de dolor y a la vez agradecimiento. Por todo lo compartido, por tu sabiduría, tu humildad y tu generosidad con cada una de las personas que se acercaban a vos", dicen Las Voces en Facebook. "Más de 50 años con la música y llevando nuestras amadas tradiciones salteñas, a lo más alto. Dejaste huella en cada corazón argentino y hoy más que nunca, rezamos por tu eterno descanso ¡Vuela alto Fede querido!", concluye el posteo.

 

 

"Con mucho dolor y tristeza, informamos que después de tanto luchar, hoy nos deja nuestro gran líder y amado Federico Córdoba. Gracias a todos por el apoyo brindado", decía el texto en una foto del oranense.

Federico Córdoba junto René Gerardo “Mocho” Flores y Nicolás Verón.

Federico Córdoba deja un lugar enorme en el folclore y, a la vez, lo inaugura, ya es parte de los amados creadores populares que desde sus más genuinos sentimientos lograron comunicar la emoción con el canto, un pan que nutre a los pueblos. Su huella será eterna. Su legado está vivo en cada zamba, en cada chacarera y en cada escenario o guitarreada donde se celebre el folclore.

 

 

Un cantor

Luis Federico Córdoba nació el 17 de julio de 1951 en San Ramón de la Nueva Orán. Desde muy joven abrazó la música. Las formaciones de Los Salteños y Las Voces del Huayra lo tuvieron entre sus entusiastas músicos, hasta que en 1969 fundó junto a Martín "Pitín" Zalazar y a Roberto "Ucucha" Franco Las Voces de Orán, grupo que marcó a generaciones.

 

 

En 1972 llegan al Festival de Cosquín y se alzan con el premio a la canción, interpretando "Chaya de los pobres", obra que terminaría siendo una referencia ineludible del folclore más genuino. Pitín dejó el grupo en los 90, y el Ucucha lo integró hasta su fallecimiento en el 2020.

Córdoba fue también autor y compositor de canciones que hoy forman parte del repertorio de los cantores de la región. Entre sus obras más recordadas se encuentran "Amar es un verbo triste", compuesta con Roberto Franco y Hugo Alarcón; "Chacarera para un cantor", junto al Chango Nieto y Andrés Cáceres; "El robadito", con Oscar Cuellar y Oscar Valles, y "El verde se llama Orán", también con el poeta Alarcón.

 

 

Escribió "Están que arden los carnavales" y "Florcita de carnaval" con el recordado Chango Nieto, "La chicharra chocha" con José Solís Pizarro, y otras como "La culpa es del carnaval", "Los que nunca han tomado un vino", "Más linda que una flor" y "Todas se burlan de mí", en coautoría con destacados músicos y poetas.

Su voz, su decir tan nuestro y tranquilo, como abrazando con las palabras, hicieron de él un cantor popular. Vestido con su traje de gaucho y su poncho, su guitarra era una invitación a la alegría.

En Salta y desde cada rincón del país que lo vio pasar, se despide a un artista querido. Sus historias, su risa, sus bromas seguirán sonando en la memoria, el corazón, de quienes lo escucharon cantar.

 

 

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