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10 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Un viaje a Japón, pero en Buenos Aires: guía para visitar el Jardín Japonés de Palermo

El Jardín Japonés es una de las atracciones más populares de la capital argentina. Descubrí sus curiosidades, desde el puente de la vida hasta los robots que sirven en su restaurante.
Sabado, 09 de agosto de 2025 20:09
Vista panorámica del Jardín Japonés de barrio Palermo, en Buenos Aires.
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El Jardín Japonés, en el barrio de Palermo, es una de las principales atracciones de la Ciudad de Buenos Aires. Un pedazo del país asiático en el corazón del parque 3 de Febrero, donde, por instantes, teletransporta a quienes lo visitan a la rica cultura y tradición de aquel país.

Con una entrada general de $4.500 para residentes argentinos y $13.500 para no residentes, el jardín cuenta con un impecable restaurante con comidas típicas de Japón, una infinidad de variedades y colores que son servidos por dos robots (Momotaro y Kimotaro) que ofician de auxiliares de los mozos y las mozas del lugar. Estas simpáticas máquinas, futuristas y con voz propia, hasta te cantan el "feliz cumpleaños" y son el gran centro de atención entre las mesas y los comensales.

 

Desde la terraza del comedor se consiguen imágenes panorámicas impresionantes de todo el predio, donde trabajan 120 personas y recibió, en las últimas vacaciones de invierno, 5.000 visitantes diarios. Allí también se puede apreciar una impecable muestra de kimonos.

Claves del Jardín Japonés

El Puente Zigzag, o el puente de las decisiones, donde "en cada quiebre hay que pensar y reflexionar", explicó a El Tribuno Sergio Miyagi, el director de Prensa y Relaciones Institucionales del Jardín.

El puente curvo (Taiko Bashi), de dificultoso atravesar, pero por el cual se puede experimentar "ese paso de la vida terrenal a la vida celestial", dijo Miyagi.

Actualmente, el jardín sostiene una campaña que consta de armar "Un millón de grullas por una Argentina mejor". La campaña se desarrolla en la sala especialmente destinada al origami, el arte de la técnica japonesa de creación de figuras de papel.

Más atracciones del jardín

"El paseo es increíble, te da una paz y tranquilidad única que se puede sentir y vivir", expresó el señor Miyagi, a quien no se puede dejar de relacionar con el Miyagi de Karate Kid.

Un pasillo del cerezo en flor (árbol Sakura, en Japón) maravilla por su abundante color. "Los japoneses dicen que la felicidad dura poco, lo que dura la floración del sakura", comentó Sergio.

 

Párrafo aparte merecen el espacio destinado para la Cascada, las piedras fundacionales y la laguna en la que sobresalen los peces carpas orientales. 

"La campana de la paz mundial", que luce sobre una estructura de arquitectura japonesa, es uno de los pasos obligados del jardín. Fue donada por la Asociación Mundial de la Campana de la Paz en enero de 1997. "Es un momento importantísimo, donde todos los 21 de septiembre se les permite a los turistas un toque de campana. La gente cierra los ojos y se imagina la paz en el mundo", dijo Miyagi.

 

La creación del jardín

El Jardín Japonés en Palermo abrió sus puertas por primera vez el 17 de mayo de 1967, para honrar a los príncipes Akihito y Michiko, en lo que fue la primera visita de miembros de la familia imperial japonesa al país. Fue rediseñado en 1977 y luego de un período de abandono en la década de 1980, una fundación recuperó el control del predio, donde actualmente también se dictan cursos, talleres, artes marciales y eventos culturales.

En Salta existe un proyecto para construir un Jardín Japonés en una de las laderas del Cerro San Bernardo, que, aunque parece estar suspendido, sigue habiendo conversaciones y asesoramiento con las autoridades del jardín porteño.

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