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La violencia volvió a sacudir a Río de Janeiro, Brasil. Un megaoperativo policial contra el narcotráfico en las favelas de Penha y Alemão dejó al menos 64 muertos y 81 detenidos, según confirmaron fuentes oficiales citadas por la agencia EFE.
La acción, desarrollada desde la madrugada de este martes, movilizó a unos 2.500 agentes de la Policía Civil y Militar, apoyados por helicópteros, vehículos blindados y drones de vigilancia. El objetivo principal fue capturar a cabecillas del Comando Vermelho (CV), una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil, dedicada al tráfico de armas y drogas.
Entre los arrestados se encuentra Thiago do Nascimento Mendes, conocido como Belão do Quitungo, uno de los líderes del Comando Vermelho en la región.
Otro capturado es Nicolás Fernandes Soares, identificado como operador financiero de uno de los principales líderes del CV, Edgar Alves de Andrade , conocido como Doca o Urso , según Globo.com
El secretario de Seguridad Pública de Río de Janeiro, Víctor Santos, afirmó que la operación fue diseñada con antelación y no contó con el apoyo del gobierno federal.
De los 60 fallecidos confirmados, 56 son civiles y cuatro pertenecen a las fuerzas de seguridad. Las autoridades aclararon que se trata de un balance parcial, ya que la operación continúa activa en varios puntos del norte de la ciudad.
Los enfrentamientos se concentraron en los accesos a las favelas, donde los narcos levantaron barricadas con neumáticos y vehículos incendiados para frenar el avance policial. Según imágenes difundidas por el gobernador Cláudio Castro, los criminales llegaron a utilizar drones armados con explosivos para atacar a los efectivos.
“La mayor operación contra el Comando Vermelho”
El gobernador Castro calificó la acción como “la mayor operación ya realizada contra el Comando Vermelho”, destacando la magnitud del despliegue y el riesgo asumido por las fuerzas de seguridad. “Estamos enfrentando una guerra que no tiene que ver solo con la seguridad urbana, sino con la defensa del Estado frente al crimen organizado”, afirmó.
El mandatario advirtió además que las operaciones continuarán durante los próximos días para “garantizar que los líderes del CV no vuelvan a tomar control del territorio”.
Arsenal decomisado
El primer balance de las fuerzas policiales reportó la incautación de medio centenar de armas de fuego, entre ellas 42 fusiles de asalto, además de pistolas, municiones y granadas. También se confiscaron grandes cantidades de cocaína, marihuana y materiales de comunicación utilizados por la organización.
Los investigadores creen que parte del arsenal provenía del contrabando internacional de armas, una red que conecta Brasil con Paraguay y Bolivia.
Impacto en la población y denuncias
Más de 45 escuelas suspendieron las clases y varios servicios de transporte público fueron desviados por los tiroteos. ONG locales denunciaron la imposibilidad de acceso de ambulancias y equipos médicos a zonas bajo fuego cruzado.
Organismos de derechos humanos expresaron su preocupación por el elevado número de civiles muertos y solicitaron que se investiguen posibles excesos en el uso de la fuerza. El Ministerio Público Federal ya anunció la apertura de una investigación independiente.
El Comando Vermelho, un poder en las sombras
El Comando Vermelho (CV) nació en las cárceles de Río en la década de 1970 y se convirtió en una red criminal con presencia en todo Brasil. Controla rutas de tráfico de drogas, extorsiones y distribución de armas, y mantiene una violenta disputa con el Primer Comando da Capital (PCC), con base en São Paulo.
El CV domina varios barrios periféricos de Río y ejerce control territorial a través de grupos armados que desafían al Estado brasileño. La operación de este martes busca asestar un golpe estructural a su poder en la capital fluminense.
Una operación histórica y sus repercusiones
Con 60 muertos confirmados, esta es la operación más letal registrada en la historia de Río de Janeiro. Las autoridades locales la consideran un punto de inflexión en la lucha contra el crimen organizado, aunque analistas advierten que podría desencadenar represalias y un incremento de la violencia en otras regiones del estado.