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El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, encabezó ayer una caravana de decenas de camiones cisterna con diésel y gasolina con la finalidad de incrementar la oferta de combustibles y acabar con las filas que se formaron por la escasez de esos productos desde hace varios meses.
Paz, junto a varios de sus ministros del área económica, abordó la parte trasera de una camioneta de la Policía Boliviana que dirigió la fila de cisternas desde el sector llamado la Apacheta, al ingreso de la ciudad de El Alto, vecina de La Paz.
Los camiones con combustible portaban en la parte delantera una bandera boliviana y hacían sonar sus bocinas a su paso, mientras que algunos vecinos sorprendidos salían de sus casas para encontrarse con el mandatario.
Paz dijo al canal estatal Bolivia Tv que ya se designó un nuevo responsable de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) para encargarse de la logística, porque "diésel y gasolina ya hay".
"Que se acaben las malditas filas, se estabilice el país, esto es lo que hay que hacer con prontitud", afirmó el mandatario.
Paz también indicó que la llegada del combustible a Bolivia, que -aseguró- comenzó en la víspera, es resultado de las "gestiones internacionales" que realizó cuando aún era presidente electo ante organismos y "gobiernos amigos".
"(Esto es) para estabilizar el mercado de diésel y gasolina. Queremos incrementar la oferta en un 40 % respecto a lo que se tenía antes. La idea es estabilizar el mercado", señaló el ministro de Hidrocarburos, Mauricio Medinaceli.