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Este jueves, a las 18, en el Centro de Convenciones de Limache comenzará una nueva edición del ciclo Hablemos de lo que viene, organizado por El Tribuno, bajo el eje "Desarrollos urbanos". Entre los disertantes estará la arquitecta Claudia Faena, una referente en el campo del diseño sensorial y la neuroarquitectura, que propone repensar los espacios desde una mirada más humana, sensible y científica.
Faena fundó su estudio en Buenos Aires y desarrolló proyectos de distintas escalas, con una amplia experiencia internacional. Participó en trabajos junto a estudios de renombre como los de Philippe Starck, Norman Foster y Zaha Hadid.
Como directora creativa diseñó la identidad de marcas en Nueva York y realizó interiores de hoteles, oficinas y departamentos en la Argentina. Su último reconocimiento fue el Premio Clarín 2025 a la excelencia en interiorismo. Además, diseñó líneas de mobiliario, la más reciente expuesta en la Feria del Mueble de Milán.
"Era muy mental"
"Estamos transitando una era de mucha tecnología. Todo pareciera que está en la mente y nada está en el cuerpo y en los sentidos", explicó Faena en diálogo con Radio Salta. Su reflexión sintetiza una tendencia que viene cobrando fuerza en la arquitectura contemporánea: la necesidad de reconectar con el cuerpo, con las emociones y con la naturaleza a través del espacio.
Desde esa perspectiva, su disertación titulada "Senseful design y neuroarquitectura en los desarrollos" abordará el cruce entre ciencia y arte en la creación de hábitats saludables.
"Desde hace miles de años, el feng shui nos hablaba de cómo los lugares influyen en nuestro cuerpo y en nuestro bienestar. Y ahora la neurociencia lo comprobó. En 1998, dos neurocientíficos descubrieron que se generaban nuevas células en el cerebro en ciertos tipos de espacios. En 2003 se unieron con un arquitecto y nació la neuroarquitectura", contó la profesional.
Espacios para encuentros
Para Faena, el diseño del entorno tiene un impacto directo sobre las emociones, la productividad y la salud. "Voy a hablar de los tipos de espacios que nos favorecen y voy a mostrar cómo lo hago en mis obras, porque me parece que más que nunca hoy, en la era de los robots y los chats, en la que no nos encontramos, es necesario generar espacios que nos den confort y ganas de encontrarnos, de estar juntos", señaló.
"Desde hace miles de años, el feng shui nos hablaba de cómo los lugares influyen en nuestro cuerpo y en nuestro bienestar. Y ahora la neurociencia lo comprobó".
Y añadió: "El ser humano, por más que haya avanzado en tecnologías, sigue necesitando el abrazo, la risa con un amigo, el encuentro".
En esa línea, la arquitecta subrayó que los espacios no son neutros: "Los lugares tienen energía. Hay ambientes que te calman, otros que te estimulan, otros que te abruman. Cuando la arquitectura está pensada para el bienestar, todo fluye mejor: dormís mejor, trabajás mejor, te concentrás más. No se trata solo de estética, sino de cómo el entorno puede acompañar nuestra vida cotidiana".
Movimiento como energía
Durante la charla, la arquitecta explicó por qué muchas personas sienten la necesidad de mover los muebles o cambiar la disposición de los objetos en sus casas. "Cambiar los muebles es muy bueno, porque movés la energía. A veces los tenemos mal puestos, y eso afecta cómo fluye el lugar. La energía es como un viento invisible: a veces se estanca y otras veces corre fresquita. Lo mejor es que fluya fresquita", dijo.
"Hoy, en la era de los robots y los chats, en la que no nos encontramos, es necesario generar espacios que nos den confort y ganas de encontrarnos, de estar juntos".
En la misma línea, recordó que el bienestar empieza por lo más básico: "El feng shui te dice que la base de todo, antes de ubicar nada, es el orden y la limpieza. Eso que nos decían nuestras abuelas —limpiá, ventilá, acomodá— es la base del bienestar".
Belleza y bienestar urbano
Faena también se refirió a los estudios que vinculan la estética urbana con el comportamiento social: "Como decía Platón, la belleza es igual a verdad. Se probó que las ciudades, cuanto más lindas, ordenadas y prolijas son, menos delincuencia y menos criminalidad tienen. La gente está más tranquila, se encuentra, disfruta del espacio público. Un simple banco en una plaza puede mejorar la vida cotidiana".
Desde su visión, el desafío de los desarrolladores y de los gobiernos es incorporar esta conciencia en el planeamiento urbano: "Es un deber de los desarrolladores generar y ser generosos, dar a la ciudad. Y es un deber de los gobiernos promover estas políticas. Me parece que todo el comportamiento humano se puede abordar no solo desde la ley: hay otras herramientas más suaves, aparentemente, pero igual de efectivas, para que todos seamos mejores personas y vivamos mejor".
Una mirada integral
En Oriente, la filosofía del feng shui y la neuroarquitectura son prácticas consolidadas desde hace décadas. En la Argentina, Faena es una de las voces que impulsa esa integración entre ciencia, arte y espiritualidad aplicada al diseño.
"Hay que generar lugares que vibren bien con nosotros. Pensar la arquitectura no solo como protección o estética, sino una herramienta para sanar y conectar".
"Cuanto más avanza la tecnología, más necesitamos el encuentro con alguien cerca. Hay que generar lugares que vibren bien con nosotros. No es magia ni misticismo: son reglas claras, probadas por la neurociencia", enfatizó.
Su presencia en Hablemos de lo que viene promete abrir un diálogo innovador sobre el modo en que los espacios —desde una vivienda hasta una ciudad entera— pueden contribuir al bienestar integral de las personas. "Es tiempo de pensar la arquitectura no solo como protección o estética, sino como una herramienta para sanar, conectar y vivir mejor", resumió la arquitecta.