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El argentino Rafael Grossi, actual director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), confirmó ayer que presentará su candidatura para aspirar a convertirse en secretario general de la ONU en 2027, cuando finalice el mandato del portugués António Guterres.
"Sí, tengo la intención de hacerlo", comentó Grossi, a los periodistas en el marco de La Semana Atómica Mundial que se celebra en Moscú.
El diplomático dirige el OIEA desde diciembre de 2019 y se ha consolidado como una de las figuras más relevantes en el ámbito de la seguridad nuclear internacional.
Guterres dejará el cargo en enero de 2027 y Grossi había adelantado que analizaba la posibilidad de postularse para reemplazarlo aunque no lo había confirmado hasta ahora. La elección del próximo secretario general de la ONU tendrá lugar en 2026 y trascendió que Grossi recibiría el apoyo del Vaticano.
El titular de la OIEA explicó que el proceso para oficializar la candidatura empezará "en las próximas semanas". La secretaría general de Naciones Unidas rota entre continentes -a excepción de Norteamérica por considerar que ya tiene mucho poder- y el próximo turno correspondería a Latinoamérica.
Antecedentes
Grossi, diplomático de carrera y politólogo de la UCA, asumió al frente del OIEA, encargado de velar por el uso pacífico de la tecnología atómica, a finales de 2019, luego de la muerte de su antecesor, Yukiya Amano. De esta forma, se convirtió en el primer latinoamericano en dirigir el organismo internacional.
Su gestión al frente del OIEA estuvo marcada por el conflicto en torno al programa nuclear de Irán, cuya verificación y supervisión está en manos de la agencia que dirige, y por la guerra en Ucrania, donde la planta nuclear de Zaporizhia está bajo ocupación rusa desde marzo de 2022. El argentino encabezó misiones en la central, donde los equipos de la agencia, incluido él mismo, quedaron en medio de fuego cruzado. Su demanda reiterada de establecer una zona de protección en torno a la planta refleja tanto la urgencia de la situación como su empeño en situar a la agencia como actor central en la prevención de una catástrofe.