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El fin de semana XXL, que había transcurrido entre feriados y letargo político, terminó abruptamente en Salta con una seguidilla de noticias que sacudieron el clima provincial. La mañana de ayer, previa a la asunción de los nuevos legisladores, abrió un capítulo inesperado: el ministro de Gobierno, Ricardo Villada, confirmó su alejamiento de la cartera política y desató una oleada de hipótesis sobre el reacomodamiento del gabinete y la estrategia que Gustavo Sáenz prepara para la segunda mitad de su mandato, con un horizonte cada vez más orientado hacia una eventual reelección en 2027.
"Fin de ciclo"
Antes de que comenzara la ceremonia de incorporación de diputados y senadores electos en mayo, Villada sorprendió al confirmar su salida del Ministerio de Gobierno. Lo hizo a primera hora, en declaraciones a varios medios, argumentando un "fin de ciclo" dentro de la cartera política. Si bien no precisió su nuevo destino, versiones posteriores dieron cuenta de que Casa de Salta, en Buenos Aires, sería su próximo lugar de trabajo.
Lo que al principio fue un dato sorpresivo rápidamente se convirtió en el centro de conversaciones, especulaciones y lecturas políticas en los pasillos del Palacio Legislativo.
La salida de Villada —uno de los pilares políticos más estables del saencismo en la provincia desde 2019— fue interpretada también allí como el cierre de un ciclo. Sin embargo, su traslado a la Casa de Salta en Buenos Aires tiene otro peso: no es un retiro, es una función estratégica para una etapa que requerirá interlocución nacional, construcción política fuera de la provincia y presencia donde se gestan fondos, acuerdos y señales de poder.
Sáenz decidió mover piezas con anticipación, antes del 11 de diciembre, aunque sin anunciar nada todavía. La salida de Villada es parte de un armado y no un cierre.
En tiempos donde el vínculo con el gobierno nacional y los gobernadores dialoguistas se redefine semana a semana, el rol en Buenos Aires se convierte en un puesto sensible. Villada aparece allí como un operador político con conocimiento, lealtad demostrada y capacidad de articulación.
La llegada del gobernador Sáenz a la Legislatura intensificó la expectativa periodística, aunque la respuesta oficial fue medida y sin anuncios concretos. "Todos los ministros han presentado su renuncia y estamos evaluando", reafirmó Sáenz, recordando que se trata de un mecanismo habitual que le permite revisar pieza por pieza el funcionamiento del gabinete. También destacó que muchos de sus colaboradores manifestaron su voluntad de continuar: "Todos los que me acompañaron en estos seis años tan difíciles tienen un lugar ganado", dijo.
Con todo, evitó definiciones sobre el reemplazo de Villada y sobre una eventual reestructuración profunda del equipo.
El cartel revelador
En medio de la ceremonia legislativa, hubo otro elemento que alimentó especulaciones: un enorme cartel con la imagen del gobernador y el año 2027. Para buena parte del arco político fue una señal directa, o al menos una admisión implícita, de que la posibilidad de reelección aparece cada vez menos disimulada en el entorno del mandatario salteño.
La posibilidad de reelección ya no es un tema tabú, sino un horizonte en construcción. La pata jurídica aparece como un elemento clave en esa perspectiva.
El dato no es menor porque los último días también estuvieron atravesadas por declaraciones públicas de reconocidos juristas, entre ellos Rodolfo Barra, el exministro de Justicia de la Nación y exprocurador del Tesoro, quien aseguró que, tras la reforma constitucional de 2021, Sáenz estaría habilitado para competir nuevamente.
Ese marco jurídico se entrelaza con uno de los movimientos que hoy toma más impulso: el desembarco de Martín Plaza —hasta ahora delegado de la Casa de Salta en Buenos Aires— en la Corte de Justicia, ocupando la vacante de Ernesto Samson. Plaza, justamente vinculado al estudio jurídico de Rodolfo Barra, es hombre cercano a los analistas del Derecho y aparece mencionado como parte de la "pata legal" que acompañaría un armado político más ambicioso rumbo a 2027, dentro de la Justicia salteña.
Lejos de un "exilio elegante" o un retiro de baja intensidad, el traslado de Villada a la Casa de Salta comienza a leerse entonces como parte de una estrategia más amplia. El hasta ahora ministro de Gobierno, será el interlocutor del gobierno salteño en la capital nacional en momentos en que la relación con la Casa Rosada —y con los gobernadores dialoguistas— es clave para la obra pública, la gestión de fondos y la proyección política del propio Sáenz.
Calletti y su pasado
En paralelo, crecen las versiones que ubican a Pamela Calletti como la futura ministra de Gobierno una vez que concluya su mandato como diputada nacional. Calletti ya ocupó un rol central en la gestión de Juan Manuel Urtubey como ministra de Justicia y Derechos Humanos, lo cual agrega condimentos políticos a su eventual desembarco en el gabinete saencista y otra ola de hipótesis sobre la conformación del gobierno con miras a 2027.
Calletti, además, puede aportar puentes hacia sectores del justicialismo que quedaron difusos tras la reconfiguración nacional del PJ. Su presencia sería leída como un gesto hacia estructuras políticas que Sáenz necesitará articular si su proyecto 2027 avanza.
A la par de estas movidas, también tomó fuerza la posibilidad de que Gustavo Carrizo, actual senador por Capital y extitular del IPV, ocupe el lugar de Martín de los Ríos en el ministerio de Producción.
Más que un simple reacomodamiento, el primer cambio en el gabinete aparece como una reconfiguración del esquema político de Sáenz para 2027.
El reacomodamiento no está exento de tensiones en otros ámbitos, sobre todo porque la nueva ley de ministerios reducirá la estructura de 48 a 30 secretarías, con la posibilidad de que queden finalmente 27.
"Fiel a su estilo, Gustavo no va a abrir ninguna conjetura por lo menos hasta el 11 de diciembre", explicó una fuente cercana al Grand Bourg. Pero el clima político ya está en ebullición: entre movimientos silenciosos, señales discursivas y reubicaciones estratégicas, la segunda etapa de su segundo mandato empezó antes de tiempo.