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Las clases fueron suspendidas en la Escuela Néstor Palacios, ubicada en el barrio Tierras Fiscales de la ciudad de Embarcación, luego de que se detectara la presencia de una yarará en el patio de la institución, generando preocupación entre docentes, alumnos y familias por el riesgo que representa este tipo de ofidios venenosos en un espacio frecuentado por niños.
Desde la dirección de la escuela manifestaron que la situación no tomó por sorpresa a la comunidad educativa, ya que desde hace tiempo vienen solicitando al Municipio tareas de limpieza y desmalezado en todo el predio y sus alrededores. Sin embargo, hasta el momento, no obtuvieron respuestas ni soluciones concretas.
El hallazgo de la víbora encendió todas las alarmas debido al peligro que significa su presencia dentro del establecimiento escolar. Se trata de una yarará, una serpiente venenosa de cuerpo robusto que puede alcanzar entre 1,20 y 1,80 metros de largo y que posee manchas oscuras características en forma de cruces o figuras en los laterales de su cuerpo. En el norte argentino es común la presencia de la yarará chica y la yarará grande, también conocida como víbora de la cruz.
Especialistas advierten que, aunque las yararás suelen ser tímidas y evitan el contacto con las personas, pueden volverse agresivas si se sienten amenazadas o acorraladas. Su mordedura es altamente peligrosa y requiere atención médica inmediata, ya que puede provocar daños severos si no se actúa con rapidez.
Estos reptiles suelen habitar zonas de pastizales, pajonales, estero y bañados, pero su presencia también es frecuente en áreas urbanas y rurales con altos niveles de vegetación y falta de limpieza. Por eso, desde la comunidad educativa reclamaron una intervención urgente en el predio escolar para garantizar condiciones seguras antes del regreso a clases.
Más allá del riesgo para las personas, la yarará cumple un rol importante en el ecosistema, ya que contribuye al control de roedores, ayudando a reducir la presencia de animales transmisores de enfermedades como el hantavirus y la leptospirosis, y forma parte de la cadena alimentaria como depredador natural.
Ante situaciones como esta, especialistas recomiendan mantener distancia y no intentar manipular al animal, además de alejarse lentamente para no provocarlo. En caso de mordedura, se debe trasladar de inmediato a la persona afectada a un centro de salud para recibir tratamiento adecuado.
Mientras tanto, desde la escuela esperan una respuesta concreta de las autoridades municipales para avanzar con la limpieza del lugar, erradicar posibles focos de riesgo y garantizar la seguridad de los alumnos y el personal.