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Esta noche, en el barrio El Tránsito de Rosario de Lerma, se volverá a encender uno de los símbolos más profundos de la religiosidad popular y la identidad comunitaria: los tradicionales fogones en honor a San Pedro y San Pablo. La celebración, que remonta a décadas pasadas, convoca nuevamente a familias enteras en torno al fuego, a la memoria colectiva y a la fe.
La actividad comenzará a partir de las 19, con presentaciones de academias folclóricas, músicos locales y agrupaciones culturales, y culminará a la medianoche, en punto, con el encendido del fogón central, momento que marca el inicio del día dedicado a San Pedro y San Pablo. Como manda la costumbre, no faltará el tradicional vino hervido que los vecinos compartirán en señal de comunión, abrigo y esperanza.
"El fuego se enciende para ahuyentar los males, purificar el alma y renovar la unión entre los vecinos. Es un momento donde no hay diferencias ni edades: todos trabajan juntos recolectando serenos, yuyos secos como el 'pocoto', y ramas secas que permitan una buena fogata, tal como lo hacían nuestros abuelos", explicó Néstor Bautista presidente del centro "Vecinos Unidos de Barrio El Tránsito".
La tradición de los fogones en esta comunidad tiene raíces muy profundas en la cultura rosarina y representa más que un simple evento religioso: es un acto de encuentro, de reconstrucción del tejido social y de transmisión de valores entre generaciones. Se cree que los primeros fogones fueron impulsados décadas atrás en el barrio El Tránsito por Carmen Astigueta, cuando se desempeñaba como jefa de cultura municipal, quien recuperó esta costumbre casi olvidada y logró que se instalara como un símbolo barrial.
El Tránsito
El Tránsito no es un barrio más: es uno de los más antiguos de Rosario de Lerma. Ubicado al noroeste de la ciudad, fue durante décadas la puerta de entrada desde Campo Quijano, cuando aún no existía la actual ruta provincial 36. Era zona de fincas agrícolas y ganaderas que abastecían al pueblo, y por sus calles de tierra transitaban carros, jinetes y trabajadores rumbo al centro de Rosario. Hoy, esa memoria sigue viva en cada celebración. La comunidad del barrio El Tránsito conserva esta identidad con orgullo, convirtiendo la fiesta de San Pedro y San Pablo en un legado que se actualiza sin perder su esencia.
La tradición del fogón
Según la creencia popular, el fuego en la víspera del 29 de junio (San Pablo) simboliza la luz que guía el alma, purifica el hogar y protege a las familias. En muchas regiones del norte argentino, se enciende para pedir por salud, trabajo y bienestar, y también como ofrenda a los santos patronos. En Rosario de Lerma, los fogones no solo cumplen una función espiritual, sino que representan el renacer de una identidad colectiva basada en la colaboración, el respeto y la memoria compartida. En Barrio El Tránsito la invitación está abierta para este sábado. La organización del evento —compuesta íntegramente por vecinos— hizo extensiva la invitación a toda la comunidad rosarina y del Valle de Lerma. Se espera la participación de jóvenes, adultos y mayores, todos comprometidos en mantener viva una tradición que define al barrio como uno de los más comprometidos con la cultura popular.
En Cerrillos también se realizan fogones en las noches del 28 y 29 de junio. Es más, los cerrillanos consideran a Villa Balcón como la capital de los fogones. Allí se juntan todos los años para vivir una fiesta.
"Queremos que esto no se pierda, que los niños sepan de dónde venimos. El fogón es una forma de enseñar sin decir una palabra: el fuego habla por todos nosotros", expresó el presidente del Centro Vecinal. El gran fogón de El Tránsito será además transmitido en vivo por redes sociales, uniendo a quienes no puedan asistir de manera presencial pero quieran ser parte de este momento cargado de mística y pertenencia.