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La "indeclinable" renuncia del juez Manuel García Mansilla a la Corte Suprema generó malestar en el Gobierno que rechaza la actual composición del máximo tribunal -que quedó integrado por tres jueces, el mínimo exigido para dictar sentencia-, aunque promete que no enviará nuevas propuestas, en el corto plazo, para abultar el número que quedó reducido a tres.
"La renuncia es un gran pérdida y configura un gran daño", sintetizó un importante voz libertaria ayer sobre la carta que presentó el académico, dirigida al presidente Javier Milei, luego de que este lo nombrar por decreto y la Cámara de Senadores rechazara su designación por una abrumadora mayoría de 51 votos sobre un total de 72 senadores.
Para la Casa Rosada, su salida representa "un reflejo más de lo que ha ocurrido en el año", en el que detectan que la dirigencia política opositora "intenta bloquear al Gobierno".
La definición se da en consecuencia con la decisión del Gobierno de responder con un per saltum a la determinación del juez federal Alejo Ramos Padilla, quien imposibilitó al magistrado de tomar decisiones judiciales y administrativas por tres meses.
Con la salida de García Mansilla, la Corte Suprema queda confirmada por tres integrantes: Horacio Rosatti, presidente; Carlos Fernando Rosenkrantz, vicepresidente; y Ricardo Lorenzetti, ministro. Con este número de integrantes, el máximo tribunal se verá obligado a solicitar conjueces en casos en los que no se obtenga la mayoría legal requerida (tres votos) por la recusación, excusación, licencia o vacancia de algunos de sus miembros.
Así, la integración con tres miembros es número que no convence a la administración libertaria ya que consideran que el máximo tribunal "está trabado por seis meses", y utilizan como argumento precisamente que se necesita "tres votos que hoy no los tiene".
No es la primera vez que desde el círculo íntimo del presidente Javier Milei hacen hincapié en el mínimo número de integrantes de la Corte, y de hecho, ese fue el argumento principal para designar por decreto, el 25 de febrero, a García Mansilla y a Ariel Lijo. El primero asumió el 27 de ese mes y Lijo, ante la posibilidad de que el Senado rechazara sus pliegos -como sucedió-, optó por quedarse en el sillón que ocupa desde hace 20 años al frente del Juzgado Federal N°4 en lo Criminal y Correccional.
No hará postulaciones
Frente a este panorama, y a la espera de que el presidente Milei acepte la dimisión, admiten tener la capacidad de enviar nuevos pliegos con propuestas, incluso amenazan con proponer a "dos talibanes liberales" como describen a los jueces Ricardo Rojas y a la chance de insistir con Manuel García Mansilla, pero aclaran que "ahora no tiene sentido" hacerlo.
"Hicimos un gesto al enviar a Lijo, que era del visto bueno de la mitad del Senado y aún así lo rechazaron", justificaron.
Al mismo tiempo, rechazaron la chance de volver a enviar pliegos de candidatos a jueces de la Corte Suprema, por lo menos, en el corto plazo y con las elecciones legislativas nacionales a la vuelta de la esquina.
Tras el revés recibido en el Senado, desde Casa Rosada trascendió que esperarán a la conformación del nuevo Congreso, luego de las elecciones de medio término del 26 de octubre y la asunción de los nuevos diputados y senadores nacionales ya en diciembre. En los comicios esperan ganar más bancas en ambas cámaras para no depender tanto de sus aliados.
Pese a que los números para reafirmar los nombramientos de Ariel Lijo y García Mansilla en la Corte Suprema no estaban, en Balcarce 50 repiten que hicieron "todo lo que estaba ante sus posibilidades", y si bien creen que "perder es parte del juego", no lo toman como "una derrota".
"Se pierden algunas batallas, y se ganan otras. No hay debilidad", plantearon y concluyeron: "Cuando el Presidente dice principios de revelación quiere decir que hacemos cosas que permiten avanzar o permiten cuestionar a los políticos".
Quietos para evitar una nueva derrota
En el círculo íntimo del presidente Javier Milei consideran que, teniendo en cuenta la actual composición del Senado, donde el kirchnerismo (la oposición dura) tiene 34 miembros sobre un total de 72 legisladores, cualquier otro intento de completar las sillas vacías en la Corte Suprema de Justicia de la Nación podría terminar en una nueva derrota para La Libertad Avanza.
Por ello, si bien están en danza varios nombres de letrados que podrían proponer, incluso la posibilidad de insistir con el catedrático Manuel García Mansilla, no enviarán ningún pliego hasta fin de año a la Cámara alta.