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El peronismo bonaerense se encamina al congreso partidario del sábado atravesado por internas y reproches que dificultan la construcción de la unidad porque la desconfianza entre los referentes de las distintas tribus condiciona las tratativas y obliga a buscar acuerdos de último momento de cara al cierre de alianzas del 9 de julio.
"Vamos a cerrar sin armonía y va ser un matrimonio por conveniencia", deslizó un intendente alineado con el gobernador bonaerense Axel Kicillof sobre las negociaciones en marcha en el justicialismo para la conformación de una estrategia común para las elecciones legislativas del 7 de septiembre.
A pesar de la voluntad de acordar por parte de los dirigentes con responsabilidad institucional que respaldan a Kicillof, en las filas del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) reconocen que el encuentro del domingo pasado entre el gobernador; el referente de La Cámpora, Máximo Kirchner y el jefe del Frente Renovador, Sergio Massa, no derivó en un avance en el acuerdo por la unidad.
"La reunión del domingo fue mala. La confianza se dañó y no encontramos un punto de equilibrio. Cada vez estamos más lejos", sentenció uno de los jefes comunales del conurbano que forma parte de la mesa política del MDF.
Si bien los puentes no están rotos y la idea de encontrar un "punto de equilibrio" pasa por las cabezas de los dirigentes que manejan la lapicera del PJ, en el kirchnerismo siguen sin perdonarle a Kicillof haber impuesto la idea de desdoblar las elecciones. "Ese punto siempre termina trabando las negociaciones", reconocieron las fuentes.