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Un obispo polémico y frontal

Jueves, 03 de noviembre de 2011 22:27
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Justo Oscar Laguna será recordado como un obispo polémico y frontal, amigo del expresidente Raúl Alfonsín -a quien le dio la unción de los enfermos antes de morir- y también crítico de las políticas socioeconómicas implementadas en los gobiernos de Carlos Menem.

Laguna nació en Buenos Aires el 25 de septiembre de 1929. Fue ordenado sacerdote el 18 de septiembre de 1954 en la misma ciudad, se desempeñó como obispo de Morón durante 25 años y fue presidente de distintos organismos del Episcopado argentino.

Si bien estuvo comprometido con la causa de los derechos humanos, en 1996, en una entrevista brindada a El Tribuno, Laguna hizo una fuerte autocrítica sobre su actuación durante la dictadura militar diciendo que no hizo “lo suficiente para salvar las vidas” de muchos detenidos. “Tengo que darle cuenta a Dios, y lo haré en algún momento, de cómo no luché como luchaban otros, de una manera tan clara y decisiva”.

Durante su trayectoria pastoral, Laguna fue párroco de la catedral de San Isidro durante 9 años, director espiritual del seminario diocesano y rector de ese seminario por dos décadas; asimismo, se desempeñó como fiscal eclesiástico, canciller en 1961 y vicario general de 1962 a 1980.

Fue nombrado obispo en 1975 por el papa Pablo VI y en enero de 1980 Juan Pablo II lo nombró obispo de Morón, iniciando su ministerio pastoral en esa diócesis el 22 de marzo de ese mismo año, frente a la cual estuvo 25 años.

En el 2004, Juan Pablo II aceptó su renuncia por haber alcanzado el límite de edad canónica.

Durante varios períodos, Laguna fue presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, de la Comisión de Teología y de Ecumenismo, Relaciones con el Judaísmo, el Islam y las Religiones.

En 2011 fue procesado en una causa de derechos humanos por “falso testimonio” en la causa sobre el asesinato del obispo de San Nicolás, Carlos Ponce de León.

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