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Los hinchas de Boca tienen varios motivos para seguir festejando además del título del Apertura, ya que además de sumar un trofeo más a sus vitrinas, el equipo de Julio César Falcioni rompió varias marcas y ahora apunta al récord del “Virrey” Carlos Bianchi (40 partidos sin perder).
Luego de una fiesta previa, en la que el plantel y el cuerpo técnico salieron con anticipación para poder dar una nueva vuelta olímpica en compañía de sus familias, llegó un partido que en los papeles parecía accesible.
El primer tiempo tuvo un desarrollo apenas discreto, porque Boca jugó relajado y a media máquina y All Boys se replegó y defendió el empate. Así hubo muchas imprecisones, poco fútbol y prácticamente ninguna situación de gol.
El campeón, si bien manejó la pelota y el ritmo del partido, mostró pocas ideas y careció de profundidad.
La visita, que jugó con dos líneas de cuatro jugadores definidas, cuidó el cero en su arco y casi no pisó el área rival. Sin embargo, el conjunto de Floresta tuvo una chance clarísima a los 21 minutos: Mauro Matos, su goleador con 7 conquistas, intentó eludir a Agustín Orión y el arquero respondió de manera brillante.
Y en la réplica, 60 segundos más tarde, Pablo Mouche quedó mano a mano con Nicolás Cambiasso, pero el arquero le ahogó el grito con una estupenda atajada.
El segundo período comenzó con la inexplicable expulsión de Juampi Rodríguez. El uruguayo se hizo echar, a los 3 minutos, tras pegarle un golpe a Rolando Schiavi, delante de los ojos de Favale. Pese a la ventaja numérica, el equipo local no mejoró su juego, aunque sí tuvo una situación clarísima de gol, a los 20 min Cvitanich gambeteó al arquero pero definió mal. Y unos minutos más tarde, Eduardo Domínguez le pegó un manotazo a Cvitanich dentro del área, pero Favale no lo vio. Era roja y penal. El punto más emotivo de la tarde noche se produjo a los 27 min, cuando Sebastián Battaglia reemplazó a Pablo Mouche y, así, se convirtió en el jugador con más títulos (17) en la historia del club.
El encuentro era muy malo, pero una jugada que inició Battaglia, siguió Walter Erviti y definió Cvitanich, de cabeza, a los 33 minutos, significó el 1 a 0 y la fiesta fue completa.
Boca cerró una campaña brillante: con 12 triunfos y 7 empates, con 25 goles a favor y 6 en contra. Y de esa manera se convirtió en campeón invicto y el que menos goles en contra recibió a lo largo de 19 fechas.