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En comparación con otras celebraciones de Navidad, este año hubo menos sobresaltos en la guardia del Hospital Público Materno Infantil por consecuencias de la pirotecnia. Solo se asistieron a cuatro niños mientras que para la misma fecha del 2010 fueron 19. Según un relevamiento policial, en Orán solo tres nenes resultaron con quemaduras.
La contracara de la Nochebuena es la misma de siempre: los afectados por el mal uso de los fuegos artificiales. Aunque este año, destacaron desde el nosocomio ubicado al frente del Monumento 20 de Febrero de 1813, fue notable la reducción de ingresos. José Angel, responsable de prensa, detalló que entre el sábado y ayer se asistieron a cuatro niños. Uno recibió intervención quirúrgica y fue considerado grave por quemaduras en la mano.
A otros dos niños, los cohetes les estallaron en los dedos. Tras las curaciones, volvieron a sus casas. Angel agregó que una niña también quedó fuera de peligro después de que se quemara un ojo con una “estrellita”.
A los cuatro quemados, hay que sumar los dos que se registraron días previos a la celebración religiosa.
Una Nochebuena otoñal transcurrió en Salta. Tras varios días sofocantes, con temperaturas que superaron los 30 grados, la tregua obligó a ponerse abrigos livianos. En el hospital creen que la llovizna persistente del 24 influyó en la reducción de quemados.
En Orán
Los fuegos artificiales dejaron tres nenes heridos en Orán, según un relevamiento de la Policía de Salta. Un chico de cinco años terminó con quemaduras en los ojos; un niño de nueve años fue asistido en el hospital local por lesiones en la mano; y otro fue afectado en la zona del tórax. Desde otras zonas no reportaron siniestros.
En la guarida del Hospital San Vicente de Paul, a la una de la madrugada asistieron a un pequeño de tan solo cinco años. Su madre ingresó desesperada porque se había quemado en la zona de los ojos. Los médicos lo revisaron y le dieron el alta.
Mientras continuaba la sobremesa en las casas del norte provincial, un nene de nueve años tuvo que abandonar los festejos. Dos de sus dedos de la mano izquierda fueron alcanzados por las chispas.
Más tarde, una madre acompañó a su hijo de nueve años. El nene sufrió quemaduras en el tórax. Tras las curaciones, regresó a su hogar.
Pese a las campañas de concientización, algunos padres siguen exponiendo a sus hijos al peligro.