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Todavía faltan noventa minutos más. Todavía no hay un campeón, pero en el Gigante del Norte se sintió el aroma que emanan los equipos que quedan en la historia, el olor de un ascenso, por más apresurado que sea mencionarlo.
Ganar ya era importante y Gimnasia lo hacía con el tanto afortunado de Héctor López. Dos goles eran ideales para jugar la revancha con más tranquilidad, pero tres gritos ya dicen mucho más.
El tercer gol que convirtió Pablo Saucedo, otro de los estandartes del equipo albo en esta etapa final del campeonato, es casi decisivo y no hizo más que confirmar lo que todos presintieron en el estadio: cada vez falta menos...
La ilusión es más grande que nunca por más que los protagonistas que escriben esta historia se refugien en la cautela.
Cada jugador de Gimnasia no se animó a pronosticar lo que parece ser un hecho juzgado y está bien que así sea. Saucedo habló bajo esta consigna: “Estoy muy contento por el gol, pero más por el triunfo que logramos. El equipo demostró que tiene personalidad. Nos costó un poco en el primer tiempo pero en el segundo lo sacamos adelante”, sostuvo el volante para El Tribuno.
¿Y cuánto significa su gol, el tercero de la goleada? “En lo personal, significa que vengo haciendo las cosas bien, luché mucho para llegar a este momento y el técnico me está dando la confianza, yo sólo debo agradecerle dentro de la cancha. Después creo que hicimos el cincuenta por ciento del camino, falta el otro cincuenta y vamos a hacerlo de la misma manera. Pero todavía no está nada dicho, hasta que no tengamos el ascenso en nuestras manos no vamos a relajarnos”. Igual, el aroma ya se siente.