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(NA) -- La inflación en la Argentina, fogoneada por el aumento del gasto público y las presiones de los precios internacionales, sigue alta, pero no se avizora un escenario de aceleración para los próximos 18 meses.
Así coincidieron los economistas Mario Blejer, ex presidente del Banco Central, y Miguel Peirano, ministro de Economía durante el gobierno de Néstor Kirchner, en el Precoloquio de IDEA, en el Centro de Convenciones de nuestra ciudad.
Ambos coincidieron en que cualquier intento por lograr que los precios de la economía doméstica tiren un ancla debe darse en forma "gradual", porque de lo contrario podría comprometerse la actividad económica.
Blejer indicó que la principal preocupación para los países emergentes, incluida la Argentina, es la inflación, mientras que en los países centrales sólo están focalizados en mejorar el magro crecimiento alcanzado hasta el momento.
Según dijo el economista, la tasa de inflación en la Argentina alcanza al 24 por ciento y en Brasil se ubica en
torno al 17 ó 18 por ciento, los cuales son registros "muy altos" para el funcionamiento de sus "complejas economías".
Para comenzar a atender esta problemática que impacta de lleno contra la vida cotidiana de los consumidores, dijo el economista, "habría que ir bajando el gasto público".
Señaló que no sería recomendable un abrupto recorte del gasto, porque una medida de esas características podría sacudir la economía y empujarla a una caída, sino una disminución progresiva que permita reacomodar los balances.
Dijo que otro de los factores clave es lograr un cambio en las expectativas inflacionarias, porque eso hace cambiar la dinámica de la economía y por consecuencia los precios se ralentizan.
"Se pueden ir aplicando ajustes puntuales y no un abrupto recorte. Así se podría ir bajando la inflación", afirmó el economista.
Por otra parte, Peirano reconoció que la inflación "está en niveles no deseados", pero resaltó que la política económica con la que el Gobierno "ha logrado sacar al país de la crisis" en la que se había sumergido en 2001.
Peirano, uno de los que suenan como posible sucesor del ministro Amado Boudou si Cristina gana en diciembre, llamó a defender los "principales pilares" del modelo económico actual, como los superávits gemelos, la acumulación de las reservas y el crecimiento de las exportaciones de productos manufacturados.
Si bien reconoció que la inflación golpea a los argentinos, el economista optó por adjudicarle las causas de la misma a las "presiones" de los ascendentes precios de las commodities.
"No hay que hacer ningún cambio estructural. Argentina como productor de alimentos y de commodities sufre una presión externa fuerte. Bajar la inflación es un desafío no complejo de lograrlo", sostuvo Peirano.
En ese sentido, el economista señaló que lo que habría que forzar es una mejorar en la relación de crecimiento e inversión privada respecto de la inflación actual y agregó que la estrategia para frenar la suba de precios "siempre debe ser gradual".
"Tampoco hay escenario donde se visualice un ascendencia de los niveles actuales de inflación", afirmó Peirano.
Blejer coincidió con las proyecciones de su par y agregó que la inflación se mantendría en los mismos niveles o podría mostrar una leve desaceleración durante los próximos dieciocho meses.