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La comparsa Los Tonkas festejará sus 50 años desfilando mañana, el sábado y el domingo en el corso del estadio Martearena, a partir de las 23.
Durante medio siglo, sus integrantes contagiaron alegría en el carnaval. Son 200 personas disfrazadas con plumas, con colores, cantando, bailando y tocando las cajas. Los comparseros forman parte de una pieza fundamental de la cultura salteña.
“Para mí comparsero se nace. Desde siempre uno está con la caja escuchando ese ritmo que se lleva en la sangre”, describió Estrada a El Tribuno. Y compartió más recuerdos: “Al principio éramos 14 personas y con el paso del tiempo llegamos a ser 400. Acá conviven al, menos tres generaciones, abuelos, hijos y nietos. Desde los 3 años hasta 77 se contagia esta pasión”.
De los fundadores solo quedan 5, quienes siguen trabajando “incansablemente” para mantener a la agrupación. “Nada es fácil, porque todo se hace a pulmón”.
“No buscamos ganar dinero, a pesar de que cobramos en algunos corsos. Ese dinero se destina a la compra de insumos y a la confección de trajes para que la comparsa pueda mantener su prestigio”, aseguró Estrada.
Es costoso poder lucir esos trajes llenos de plumas y colores, además lleva mucho tiempo su confección. Cada traje cuesta alrededor de 170 pesos, sin contar el adorno de plumas. Las plumas tienen un valor 800 pesos el kilo y se necesitan por lo menos 3 kilogramos para confeccionar un gorro mayor.
“Nosotros somos Tonkas y Tonkas vamos a morir”, reforzó Jesús Estrada su esfuerzo por mantener en pie la tradición.
La agrupación pretendía hacer un festejo alegórico, luciendo 50 gorros mayores, pero Estrada aseguró que “nos avisaron muy tarde desde la Asociación Comuyca para actuar en el Corso de las Estrellas y en una semana no podemos armar los trajes para poder participar”.
A pesar de esto, Los Tonkas confirmaron su presencia. Y con empeño cada semana irán sumando gorros y arreglos a los disfraces, “ya que en una semana es imposible realizar esta tarea”.