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Gabriela Buabse hizo la clásica frente a la Comisión de Acuerdos del Senado: defender a cualquier precio su pellejo y su honor.
Dijo que los responsables del informe son tres subalternos y que ella se limitó a firmarlo porque eso es lo que corresponde como jefe del Cuerpo de Investigadores Fiscales. Dejó entrever que el párrafo de la discordia no lo comparte, pero aclaró que no hay que tomarlo en su literalidad ya que tiene un contenido psicológico. “Lo que no quiero es que mi honorabilidad se vea afectada por informes que no son míos”, expresó en forma terminante a los medios como para dejar en claro que los cuestionamientos a su persona fueron injustos.
Con sus palabras dejó entrever, además, que los dardos debían caer en los peritos a su cargo y por añadidura en la fiscal Gabriela González. Explicó que es la fiscalía la que da las directivas a los técnicos sobre las cuestiones a investigar y que estos no se pueden salir de ese protocolo. Esto implicaría, entonces, que fue González la que quería saber si la niña de 9 años mostraba un cuerpo desarrollado para ser objeto de deseo de cualquier depravado.
A los efectos de la responsabilidad penal del imputado cabe la siguiente pregunta: ¿Qué sentido tiene especificar que la víctima está dotada de un físico que invita a ser abusada sexualmente? ¿La legislación prevé alguna atenuación en la pena para estos casos?
Los argumentos defensivos de la titular del CIF se vieron facilitados por el tibio interrogante de los miembros de la Comisión de Acuerdos del Senado. La mayoría de las preguntas fueron de cajón y pocas veces utilizaron el recurso de las repreguntas.
¿Qué opina de los abusos sexuales”, inquirió Mashur Lapad. En tanto que Matías Jorge le consultó acerca de las personas que intervinieron en el informe y cuál es el protocolo que se sigue para estos casos. Gustavo Sáenz quiso saber si ella podía modificar un informe de los peritos. “No estoy facultada para hacerlo”, respondió Buabse. Al final quedó la sensación entre los presentes que la funcionaria hizo la de Poncio Pilatos. Salió airosa de la entrevista, se despidió con un beso a cada uno de los senadores y enfrentó con una amplia sonrisa a los medios.