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Trabajadores municipales de planta permanente y contratados realizaron en las primeras horas de ayer una marcha de protesta por las calles céntricas de la localidad, para reclamar el pago de los haberes de octubre.
Por la difícil situación financiera del municipio, que la semana anterior desafectó a 150 trabajadores eventuales, aún no fueron abonados los sueldos que implican una suma de alrededor de $400.000.
Los municipales de Mosconi entraron en paro el día martes ya que el intendente de la localidad, Julián Albarracín, no cumplió su compromiso de abonar los haberes el día 13 de este mes.
En un marco de conflictividad y confusión creciente, el delegado gremial de ATE, Fermín Hoyos, se arriesgó a divulgar ayer que el intendente había renunciado.
Niegan rumor
Por el contrario, el dirigente de UPCN, Jorge Ruiz,dijo que ni siquiera tiene un rumor en ese sentido y pidió que también intervenga el Concejo Deliberante “porque la situación es muy grave y no se soluciona con renuncias”.
Ruiz recordó que la semana anterior junto al intendente se reunieron con Marcelo Cil de Asuntos Municipales del Gobierno provincial, con un secretario del ministro Carlos Parodi y con el ministro de Gobierno, Julio César Loutaif.
“Lo que nos respondieron no fue para nada alentador porque argumentaron que la caída en regalías para este municipio es muy grande; nos dijeron que había que buscar otros recursos y que nos olvidemos de las regalías de gas y petróleo. Según ellos, tenemos que buscar alternativas”.
Denuncian a “ñoquis”
Administrativos del área de Hacienda del municipio aseguraron a El Tribuno que “la situación no se resolverá hasta que no haya un sinceramiento de la dirigencia política y gremial.
“En Mosconi cobran 80 personas que están adscriptas a la Cámara de Diputados, Cámara de Senadores y otros organismos provinciales, pero a esos "ñoquis" les paga este municipio; hay sindicalistas que están con licencia gremial que alcanzan los $14.000 de sueldo. Los que quedamos al medio y estamos más perjudicados somos los que realmente trabajamos; esto no puede seguir así porque puede terminar muy mal”, expresaron indignados los empleados.