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Venezuela se asoma a un escenario sin el presidente Hugo Chávez, un panorama que dejó servido él mismo con el nombramiento del vicepresidente Nicolás Maduro como su sucesor antes de ser operado del cáncer que precipitó los acontecimientos en su país.
Las elecciones regionales del domingo, que han tenido una campaña anodina, adquieren así una nueva dimensión ante la perspectiva de que se abra la carrera por la candidatura opositora en elecciones adelantadas si Chávez no puede asumir en enero.
La reaparición del cáncer y la necesidad de prever una solución en el chavismo para el caso de que él no pueda comenzar el 10 de enero el período 2013-2019, dejan al país ante tres escenarios.
Uno, que Chávez se recuperara para poder continuar con normalidad en el poder; el segundo, que se opere pero no quede en capacidad para seguir gobernando y el tercero, que no supere la operación.
Los dos últimos obligarán a elecciones, ya que la Constitución prevé comicios en 30 días tanto si el presidente no puede asumir como si fallece en los cuatro primeros años del mandato.
Validar un sustituto
“Chávez vino a Caracas a validar, empoderar un sustituto”, dijo Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, al aludir a su regreso desde Cuba el viernes. “Tener una cadena de sucesión clara, minimiza los riesgos de implosión del movimiento”, agregó.
El analista enmarcó la actitud del presidente en la necesidad de “poner orden” en el país para evitar una competencia por el liderazgo.
“Capriles es el líder natural de la oposición y la mejor carta para enfrentar a Maduro”, consideró León y agregó que el oficialismo “va a ganar la mayoría de las gobernaciones. Si Capriles consigue rescatar su estado es poco probable que alguien pueda retar su poder”.
De puertas adentro
Según Nícmer Evans, profesor de Ciencia Política de la UCV, Chávez adelantó el escenario y evitó el vacío sobre el sucesor. “El presidente ha anticipado un escenario y si lo ha hecho es porque tiene probabilidades”, dijo. La continuidad del chavismo es, para Evans, similar a la del peronismo: no tiene que ver con que si Chávez está vivo o no. La supervivencia del proceso estará basada “en la legitimación y legitimidad de quien esté llamado al relevo” y en “la comprensión de que después de Chávez la única manera de mantener el proceso es a través de una dirección colectiva”.