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Un paso al costado. El presidente del Gobierno italiano, Mario Monti, trasladó al jefe de estado, Giorgio Napolitano, su intención de dimitir tras la aprobación de la ley de presupuestos, “herido e indignado” por los ataques del partido de Silvio Berlusconi, afirmó ayer un medio italiano.
“He llegado a la conclusión de que no puedo continuar a la cabeza”, le confió Monti a Gerrucio De Bortoli, director del diario más importante de Italia. Según el periódico, el jefe del Gobierno está ofendido por las declaraciones del secretario general del Partido de la Libertad (PDL), Angelino Alfano, después de que esta formación decidiera no apoyar el texto que atacaba los elevados costos de los políticos en Italia.
“No nos gusta el camino que ha tomado nuestra economía”, dijo Alfano justificando la decisión. Para Monti, la abstención del PDL ha supuesto en la práctica una moción de confianza hacia él. “Me siento profundamente indignado por sus palabras”, añadió.
El diario recuerda que Monti anunció su decisión al final de una ajetreada jornada, en la que se desplazó a Cannes a una reunión sobre gobernanza económica, y fue por la tarde, tras regresar a Roma, cuando informó a Napolitano de su intención de dimitir. En conversaciones con sus interlocutores en Cannes, Monti se declaró “consternado ante la situación italiana”. Fue en el camino de regreso a Italia, cuando supo que Silvio Berlusconi había anunciado su retorno a la liza electoral, que Monti decidió transmitir a Napolitano su voluntad de presentar de manera irrevocable su dimisión tras la votación de los presupuestos. “Prefiero anunciarlo ahora, mientras los mercados están cerrados”, dijo.